Pittsburgh, EE UU

Escrito por
Lonely Planet

30 Agosto 2024
3 min de lectura
© Tupungato/Shutterstock
Skyline de la ciudad de Pittsburgh.
El reciente renacimiento de Pittsburgh, una ciudad firmemente arraigada en su situación geográfica en la intersección de tres ríos y en las tradiciones de generaciones de inmigrantes, está marcado por joyas nuevas y antiguas. Los enclaves étnicos y los homenajes a iconos culturales como Andy Warhol y Roberto Clemente coexisten junto con una modernidad que marca tendencias y alimenta la escena gastronómica. Es una ciudad asequible, atractiva, discreta y sin pretensiones. Sus sabores y su patrimonio cultural son auténticos y genuinos. Su apetito por el crecimiento y la reinvención –impulsado primero por el acero, la manufactura y la Revolución industrial y más recientemente por la tecnología, la educación y la atención sanitaria– es ambicioso y a menudo visionario. Pittsburgh es un destino ideal.

Imprescindible 

  • Sentarse en una mesa compartida de la luminosa y alegre cervecería Lorelei para saborear un cóctel o una pizza al horno de leña en East Liberty, un barrio que se reinventa.  
  • Divertirse en Kennywood, un parque de atracciones icónico situado a solo 20 min del centro y declarado Monumento Histórico Nacional. Sus centenarias montañas rusas de madera son de visita obligada. 
  • Subir al monte Washington desde Station Square en el Duquesne Incline para disfrutar de las vistas de la ciudad y los tres ríos. Los restaurantes de la cima ofrecen comida y vistas fabulosas. 

Lawrenceville, Pensilvania 

Actualmente no se puede viajar a Pittsburgh sin dedicar un tiempo a Lawrenceville. Situado 10 min en coche al noreste del centro por la orilla sur del río Allegheny, Lawrenceville se ha convertido en la última década en el barrio de moda al reinventar Butler Street, dividida en Upper, Central y Lower Lawrenceville, como una zona peatonal con una serie de cafeterías, tiendas, restaurantes y cervecerías independientes para todos los presupuestos, desde los más elevados hasta los más modestos.

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El Andy Warhol Museum, homenaje de la ciudad a su hijo más célebre. PaulMcKinnon/Getty Images ©

El Andy Warhol Museum, homenaje de la ciudad a su hijo más célebre. PaulMcKinnon/Getty Images ©

La situación de Lawrenceville junto al Allegheny hizo de ella un valioso enclave durante la guerra de Secesión, cuando albergó un importante arsenal; luego llegó la época industrial del hierro y el acero, ya en la década de 1900. En la segunda mitad del s. XX, como muchas otras comunidades del oeste de Pensilvania, fue víctima de la depresión económica que asoló la zona con el fin de la industria siderúrgica.

El momento actual de Lawrenceville, con toques de determinación hipster y un brillo de sofisticación, no se salva de un debate habitual: ¿su éxito se debe a la reinvención o a la gentrificación? 

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Pittsburgh al atardecer desde el monte Washington. ESB Professional/Shutterstock ©

Pittsburgh al atardecer desde el monte Washington. ESB Professional/Shutterstock ©

Sea cual sea la respuesta, el crecimiento meteórico de la zona y sus seguidores leales son innegables. Y aportan mucho público a las empresas que impulsan su relevancia cultural: locales de música como Spirit y Thunderbird Cafe, el cine independiente Row House Cinema, galerías de arte y el Roberto Clemente Museum (solo previa reserva), que rinde homenaje a la arraigada tradición deportiva de Pittsburgh y honra la vida y el legado del famoso activista y exterior derecho de los Pittsburgh Pirates en un antiguo parque de bomberos. 

Paseando por el Strip 

A solo una manzana del centro, el Strip District de Pittsburgh, llamado simplemente "el Strip", es una zona agradable y bulliciosa de 1,2 km² que no ha perdido el encanto local que atesora desde hace décadas, una mezcla de personalidades y comercio que dejan entrever los duros orígenes de la ciudad y los reviven para las nuevas generaciones.  

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Calle en el Strip District. Getty Images ©

Calle en el Strip District. Getty Images ©

Desde el Heinz History Center, un homenaje al pasado de Pittsburgh, y caminando al noreste por Penn Avenue, el Strip es un lugar donde es fácil pasar una mañana o una tarde con un café y biscotes recién hechos. Los cercanos mercados italiano y asiático están flanqueados por puestos de productos agrícolas y vendedores ambulantes que venden desde camisetas de los Steelers hasta pierogi polacos caseros. 

Se puede visitar el local original de Primanti Brothers para disfrutar del icónico bocadillo de ensalada de col avinagrada y patatas fritas, típico de Pittsburgh, o ir al cercano Terminal, que acoge una moderna zona de restauración en un antiguo almacén renovado. Incluso los gélidos fines de semana invernales el ambiente tranquilo del vecindario atrae a una multitud.

Tres es el número mágico 

Las Three Sisters de Pittsburgh son tres puentes idénticos en las calles Sexta, Séptima y Novena, llamados así en honor a las leyendas locales Roberto Clemente, Andy Warhol y Rachel Carson, respectivamente. Cruzan el río Allegheny para conectar el centro con el lado norte. Construidos a finales de la década de 1920, estos puentes amarillos de suspensión son una imagen icónica del centro de Pittsburgh.

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