Monte Hood y garganta del río Columbia, EE UU

Escrito por
Lonely Planet

2 Octubre 2024
3 min de lectura
© Bob Pool/Shutterstock
Campos de tulipán con monte Hood en el fondo.
Si para el viajero un día perfecto implica una caminata de 8 km hasta una cascada o bien una copa de vino en el balcón con vistas a un viñedo, debe visitar la región del monte Hood y no tendrá que elegir entre ambas opciones. A solo 40 min de Portland, una ciudad centrada en la gastronomía, una de las zonas geográficas más distintivas del Pacífico Noroeste, acoge una comunidad relajada donde la cocina innovadora y sostenible se está convirtiendo en un atractivo tan importante como las aventuras al aire libre por las que ya es conocido el monte Hood. 

Imprescindible

  • Localizar Hiyu Wine Farm, viñedo-restaurante que ofrece vinos naturales elaborados con la técnica del field blends, por la que se plantan y fermentan distintas variedades de uvas.
  • Caminar por Multnomah Falls, donde las vistas son impresionantes todo el año y los senderos llevan a varias cascadas.
  • Hospedarse en el lujoso Timberline Lodge, joya de la parkitecture, en la cima del monte Hood. El desayuno es fabuloso.
  • Probar el 'windsurf' en la divertida localidad de Hood River, que ofrece excelente comida y cerveza y es conocida como la capital mundial de este deporte.

Disfrutar de la naturaleza

Pocos paisajes cuentan con un terreno tan diverso y a la vez son tan accesibles y gratificantes para el amante de aventuras. Esquiadores, snowboarders, excursionistas y windsurfistas conocen este secreto desde hace décadas. ¿En qué otro lugar empieza un sendero épico de 64 km alrededor de una montaña como el Timber-line Trail desde el aparcamiento de un histórico hotel de lujo? ¿O acaba una salida en kayak con una cerveza artesanal y una hamburguesa a unos pasos? Quienes acuden para disfrutar del aire libre comprueban que también es un lugar increíble para comer y beber.

Senderismo por el monte Hood. © Romiana Lee/Shutterstock

Senderismo por el monte Hood. © Romiana Lee/Shutterstock

Desde las arboladas laderas de la garganta del río Columbia hasta la escarpada cima del monte Hood, con frutales y bayas entre medio, esta pequeña zona atesora una variedad impresionante. Uno de los resultados es la gran cantidad de microclimas, que resultan excelentes para el cultivo de manzanas, peras, bayas y uvas. Y, tras algunos años a la sombra del más famoso valle de Willamette, se está convirtiendo en una importante región vinícola. La clave es toda esa variedad. Los diferentes microclimas permiten que prosperen muchas variedades de uvas para elaborar vino. Y donde hay buen vino siempre hay buena comida.

El Fruit Loop

El valle de Hood River alberga alrededor de 30 puestos agrícolas, huertos, bodegas, sidrerías y cervecerías que destacan por sus excepcionales elaboraciones a partir de la riqueza agrícola del valle, ya sea en el campo, en la copa o en el plato. Se cultivan manzanos, perales y cerezos desde la década de 1850, y más recientemente han surgido cervecerías, sidrerías y restaurantes de la granja a la mesa. El Fruit Loop, un recorrido panorámico de 56 km por caminos rurales, permite elegir lo mejor. 

Un puesto de manzanas locales en el valle de Hood River. © Danita Delimont/Shutterstock

Un puesto de manzanas locales en el valle de Hood River. © Danita Delimont/Shutterstock

Se puede ir a una granja familiar como Draper Girls o Kiyokawa Family Orchards, en la aldea de Parkdale, y recolectar uno mismo los frutos que desee. O elegir un bote de mermelada de moras o una pinta de sidra sin filtrar y disfrutar de un producto hecho con fruta local. Varias bodegas ofrecen catas y luego se puede comprar la botella que más guste. En un radio de pocos kilómetros se hallarán los ingredientes para un festín que aporte fuerzas para recorrer los senderos.

Saborear la tradición

La excursión de Multnomah Falls es un punto destacado de la garganta del río Columbia.

La excursión de Multnomah Falls es un punto destacado de la garganta del río Columbia. © Theerapat Chawannakul/Shutterstock

El salmón y la trucha hace mucho tiempo que recorren las aguas del río Columbia para desovar y son una de las fuentes de alimento más importantes del Pacífico Noroeste. Los pueblos indígenas yakama, warm springs, umatilla y nez perce los han pescado desde hace miles de años. Tradicionalmente, los pescadores se suben a andamios de madera y capturan los salmones con redes sujetas a largos postes, lo cual requiere fuerza y destreza. Hoy los visitantes pueden comprar pescado capturado de esta manera o con métodos más modernos en la misma orilla del río; no se encontrará salmón más fresco. Hay que buscar los carteles de "Fresh Fish" cerca del Bridge of the Gods o ir al Brigham Fish Market, en Cascade Locks, regentado por dos hermanas de la Reserva Indígena de las Tribus Confederadas de Umatilla. 

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