8 propuestas para aventureros que viajan a Indonesia
Con más de 4000 km de territorio de este a oeste, el extenso archipiélago de Indonesia, repleto de islas, ofrece un sinfín de oportunidades para los viajeros más activos y aventureros. Es excelente para el submarinismo y el buceo con tubo, gracias a un paisaje submarino diverso y colorido, y en la superficie las olas desafían a surfistas de todo el mundo. En tierra firme, el senderismo, el ciclismo, el rafting de aguas bravas y la observación de fauna se combinan en un paisaje de picos escarpados, junglas tropicales y ríos poderosos.
Actividades al aire libre que pueden practicarse en Indonesia:
1. Excursionismo y senderismo
2. Submarinismo y buceo con tubo
3. ‘Rafting’ y kayak
4. Ascenso a volcanes
5. Surf
6. Observación de fauna
7. Ciclismo
8. Practicar un turismo sostenible
Con un clima relativamente fresco, Tana Toraja, en Sulawesi, es una zona bellísima para el senderismo © Mark Eveleigh / Lonely Planet
1. La variada oferta en Indonesia para el excursionismo y senderismo
La ubicación de Indonesia a lo largo del Ecuador hace que la práctica del senderismo sea todo un desafío. Sin embargo, la oferta senderista de este inmenso país es de lo más variada, desde expediciones de varias semanas por las montañas de Borneo central hasta paseos en familia entre los campos de arroz de Ubud.
Debido al clima caluroso y tropical, el mejor senderismo se da en las tierras altas. Los suaves montes de Tana Toraja, en Sulawesi, albergan las condiciones perfectas para el senderismo entre paisajes pintorescos, incluso para el estándar indonesio.
También hay que tener en cuenta a Bukittinggi (que significa “colina alta”) en las tierras altas de Sumatra, uno de los centros de senderismo más infravalorados del mundo. Las montañas de Flores, con más de 17 espectaculares volcanes, y el bello lago Toba, en el norte de Sumatra, son zonas de senderismo maravillosas, cuyas rutas también pasan por aldeas tradicionales, sumando experiencias culturales a la oferta.
Incluso en Bali es posible huir de los circuitos más trillados. Los valles casi ignotos que rodean Sidemen se están forjando una sólida reputación entre los excursionistas que desean evitar las multitudes de la zona de Ubud.
Un buceador explora el arrecife de coral de Raja Ampat, Indonesia © Darryl Leniuk / Getty Images
2. Submarinismo y buceo con tubo en el Triángulo de Coral
El Triángulo de Coral, que ocupa principalmente aguas indonesias, contiene casi el 75% del total de especies de coral del mundo, lo cual significa que hay mucho por explorar bajo el agua.
Las mantarrayas y los peces luna de Nusa Lembongan atraen a diario a cientos de buceadores de tubo alojados en Bali; las islas Gili también son un paraíso para ellos. Bucear por las paredes y arrecifes que rodean la pequeña isla de Manjangan en la punta noroeste de Bali puede incluso superar la experiencia de hacerlo en las famosas Maldivas, y a veces se ven delfines, ballenas piloto e incluso tiburones ballena.
Mientras los buceadores más técnicos pueden disfrutar por todo el país en amplia variedad de condiciones, los buceadores de tubo menos expertos gozarán de parajes espectaculares como la ‘Manta Alley’ de Komodo, donde las mantarrayas son tan grandes que parecen naves espaciales, o en el volcán Sangeang Api, nadando entre fumaderos submarinos. En los últimos tiempos, Komodo ha visto arrebatada su corona de paraíso del buceo a manos de la majestuosa Raja Ampat, una región de una belleza espectacular y excelente para el buceo, con tiburones ballena y unas 1427 especies de peces.
Otro lugar destacado es Sulawesi, con Pulau Bunaken, y el Archipiélago Wakatobi, que ofrece arrecifes casi desconocidos entre sus 143 islas.
Remando en una ensenada llena de manglares habitados por ciervos salvajes, cerca del Menjangan resort, en Bali © Mark Eveleigh / Lonely Planet
3. ‘Rafting’ y kayak para disfrute del mar y los ríos
Para ser una isla famosa por sus olas, Bali también posee aguas tranquilas para remar. Toda la costa norte es una expansión de arrecifes turquesas (frecuentados por delfines, tortugas e incluso ballenas) y ensenadas bordeadas de manglares. Es posible alquilar kayaks en las playas de Lovina y Pemuteran, y en varios resorts. En Bali occidental, en Menjangan, se puede remar por una ensenada habitada por ciervos salvajes y sobre arrecifes repletos de peces tropicales; y al viajero le costará convencerse de que sigue estando en Bali.
Para disfrutar de una actividad más movida se puede ir al río Ayung, cerca de Ubud, el paraíso del rafting de aguas bravas del país, con tramos de nivel II-III, pero el río Telaga Waja, al este de la isla, es igual de bonito y está menos concurrido. El río Citarak, en Java occidental, ofrece trepidantes tramos de nivel IV, igual que el río Sa’dan de Tana Toraja, donde se puede disfrutar de una expedición de rafting de tres días. En Bukit Lawang es posible combinar excursiones nocturnas por la jungla entre orangutanes salvajes con descensos de tubing por el río Bohorok.
Indonesia posee los volcanes más activos del planeta, algunos de los cuales tienen excursiones y rutas senderistas muy solicitadas. © Mark Eveleigh / Lonely Planet
4. Ascenso a volcanes de Indonesia
Indonesia tiene más volcanes activos que cualquier otro país del planeta, unos 127. A pesar de que su actividad y las erupciones impiden que los viajeros se acerquen a ellos en cualquier momento del año, muchos ofrecen bonitas rutas senderistas.
La ruta al alba que sube al volcán Batur de Bali atrae a cientos de excursionistas cada día, y el espectacular Kawah Ijen (con su misterioso ‘río de llamas azules’), en Java oriental, es casi igual de popular. Algunos paisajes volcánicos realmente impresionantes que albergan excelentes rutas excursionistas son Tomohon, en el norte de Sulawesi, las tierras altas que rodean Bandung, en Java occidental, y los cráteres y picos de Halmahera, en Maluku.
Gunung Batukaru es el segundo pico más alto de Bali (y el volcán más occidental), aunque rara vez recibe senderistas y apenas se visita. Ofrece vistas increíbles de la mayor parte de la isla y de toda la ruta al humeante pico del infame Gunung Agung.
Con más de 50 000 km de costa, Indonesia tiene sinfín de olas para la práctica del surf de todos los niveles. © Mark Eveleigh / Lonely Planet
5. Indonesia, un paraíso del surf
G-Land, en Java; Uluwatu, en Bali; Occy’s Left, en Sumba; The Point, en bahía Lagundri, Nias… Indonesia posee un montón de olas tremendas desde mucho antes de que existiera el término gnarly (que describe a las olas grandes, difíciles y peligrosas).
La península Bukit, en el extremo sur de Bali, junto con Seminyak y Canggu, forman el epicentro del boom surfista de la región. Cualquier surfista que se lamente de la masificación de las olas solo tiene que recordar que, en un país con más de 50 000 km de costa, siempre habrá zonas poco concurridas, si se sabe dar con ellas. Las islas Mentawai, cerca de Sumatra, han atraído desde siempre a los surfistas consagrados, pero otras zonas que empiezan a forjarse su reputación como ‘la nueva Bali’: las islas de Sumbawa, en Nusa Tenggara occidental, y Krui, en el sur de Sumatra.
La costa norte de Papúa Occidental, sin apenas surfistas, disfruta del mismo oleaje del Pacífico Norte que llega a las Fiyi y a Hawái. Rote, al sur de Timor occidental, cada vez es más conocido por sus excelentes olas, con enclaves como Boa y T-Land. No obstante, cada surfista viajero tiene su ‘enclave secreto’ en Indonesia que no está dispuesto a compartir, así que hay que estar muy atento para dar con un buen sitio.
Un tigre de Sumatra deambula por el Parque Nacional Kerinci Seblat, en Indonesia. © Felineus / Shutterstock
6. Observación de la espectacular fauna de Indonesia
Si el objetivo del viaje es ver animales, Indonesia ofrece opciones espectaculares. Es el único país del mundo con dos especies de orangutanes: hay orangutanes de Borneo en el Parque Nacional de Tanjung Puting, en Kalimantán, y orangutanes de Sumatra, menos comunes, en Bukit Lawang.
Y si se va en busca de dragones, la isla de Komodo se ha convertido en sinónimo de las rutas faunísticas del sureste asiático, aunque la vecina Rinca ofrece una experiencia más salvaje e impredecible.
El Parque Nacional de Bali Occidental recibe pocas visitas, pero alberga varios tipos y especies de monos, ciervos, jabalíes, varanos gigantes, zorros voladores y una increíble vida aviar, y es una estupenda iniciación a la fauna para los más pequeños.
Al cruzar la famosa Línea de Wallace al este de Bali se accede a una zona donde las especies australásicas reemplazan a las asiáticas, hasta llegar a Papúa Occidental, con sus aves del paraíso, sus marsupiales y sus curiosos canguros arborícolas.
El enorme Kerinci Seblat es uno de los parques nacionales más infravalorados de Indonesia, y eso que en él viven elefantes, panteras nebulosas y la última población viable de tigres de Sumatra del mundo.
Los ‘trishaws’ siguen siendo el modo de transporte preferido en los barrios antiguos de muchas ciudades indonesias. © Mark Eveleigh / Lonely Planet
7. Ciclismo para descubrir los grandes paisajes indonesios
Según la energía y determinación de cada uno, las laderas de los volcanes de Bali pueden convertirse en un reto ciclista digno del Tour de Francia o en un delicioso descenso al más puro estilo freeride cargado de adrenalina.
El tráfico puede ser muy denso en Bali, pero los operadores de rutas ciclistas suben al viajero hasta las alturas y lo guían de vuelta bajando por carreteras bastante tranquilas que cruzan crestas y arrozales.
Las islas sin coches, como las Gili y Nusa Lembongan, son ideales para dar paseos ciclistas en familia. Si se busca algo más intrépido, la Trans-Flores Highway, de 666 km, es un memorable viaje por carretera; y si se prefiere algo de nivel medio, se puede pedalear por la costa norte de Bali, más llana y menos concurrida, visitando comunidades acogedoras y singulares que pocos viajeros alcanzan a conocer.
En las remotas islas Tanimbar, cerca de la costa de Papúa, se tejen telas a mano y sus ventas ayudan a la comunidad local. © Mark Eveleigh / Lonely Planet
8. Turismo sostenible en Indonesia
La masificación turística es culpable de muchos de los problemas sociales y medioambientales de Indonesia, pero el turismo sostenible ofrece algunas de sus soluciones más viables.
Una serie de iniciativas y organizaciones han dado un paso adelante para atender las necesidades ecológicas y sociales en zonas que necesitaban de ayuda urgente. Estas organizaciones, tanto globales como locales, trabajan para prevenir futuros daños ecológicos y concienciar de la existencia de tribus indígenas, ayudándolas a prosperar.
La creciente flota indonesia de barcos-hoteles y, sobre todo, los pinisi tradicionales (veleros indígenas bugis) son pioneros del futuro turístico del país, ya que ofrecen alojamiento ecológico en zonas que de otro modo quedarían fuera del alcance de los viajeros. Además, en los archipiélagos menos conocidos y culturalmente fascinantes, como Alor y Maluku, este tipo de barcos son el único alojamiento existente, y al usar productos locales, contratar guías locales y apoyar a las comunidades de la zona, consiguen unos ingresos turísticos vitales que ayudan a preservar las culturas indígenas.