23 imprescindibles en un viaje por el sureste asiático

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Templos de Bagan, Myanmar

Los hitos imprescindibles de un viaje mochilero por Oriente

El “gran viaje” por excelencia es el que se hace al sureste asiático. Son países que se pueden recorrer con mochila y con un coste relativamente bajo; la gentes es amable, hay playas soleadas, junglas emocionantes, ciudades modernas y pueblos que parecen dormir en otros tiempos. Por algo es el destino preferido de los mochileros que deciden hacer su primer gran viaje. Esta es la lista de 23 lugares que no se olvidan nunca.

 

1. Templos de Angkor (Camboya)

Uno los monumentos más impresionantes del planeta y la mayor construcción religiosa del mundo. El Bayon es su monumento espiritual más singular, como reflejan los rostros tallados sobre sus inmensos bloques de piedra, mientras que el Ta Prohm permite contemplar la naturaleza exuberante de la selva camboyana. Siem Reap es la mejor base para explorarlos: una meca mochilera con buenos bares y restaurantes, y con una amplia oferta cultural, pueblos flotantes y hasta clases de cocina.

2. Bali (Indonesia)

Bali destaca entre las 17 000 islas que componen Indonesia. Este auténtico paraíso de mochileros ofrece olas épicas de día y exclusivos clubes nocturnos. Con una de las culturas más ricas del sureste asiático, Bali brinda la oportunidad de escapar del bullicio y hospedarse con una familia en la zona del centro artístico de Ubud, donde la música y las danzas típicas resuenan más allá de los arrozales cada noche.

3. Luang Prabang (Laos)

Cercada por los ríos Mekong y Nam Khan, esta antigua ciudad puede presumir de historia, espiritualidad y naturaleza. Fue la antigua capital real, y por eso está llena de templos y monjes budistas que cada mañana realizan su ronda limosnera. También hay unas maravillosas estampas de ríos y una gran cocina de raíces francesas. Se recomienda recorrer sus callejuelas en bicicleta, tomar clases de cocina, dar un paseo en elefante o relajarse con un masaje reconfortante y asequible.

4. Bangkok (Tailandia)

La gran ciudad del sureste asiático tiene de todo y en abundancia: comida, compras, diversión... Es ideal para recuerdos, ropa, masajes y tratamientos de belleza, pero también para tomarse unas cervezas mientras se comparten anécdotas inverosímiles. No hay que irse de la urbe sin hacer una travesía por el río al atardecer, degustar unos fideos en Chinatown y maravillarse con sus templos.

5. Bahía de Halong (Vietnam)

Más de 3000 islotes calizos conforman esta bahía, Patrimonio Mundial por la Unesco y uno de los principales reclamos turísticos del país. Un crucero con noche a bordo es perfecto para disfrutar del paisaje y los fascinantes cambios de luz a lo largo del día.

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Bahia de Halong, Vietnam © Teresa Blasco Lesmes

 Bahía de Halong © Teresa Blasco Lesmes

6. Ko Tao (Tailandia)

Esta isla es uno de los lugares más económicos y accesibles del mundo para aprender a bucear. Sus aguas son cálidas y agradables y el espectáculo submarino no tiene competencia. Su costa está salpicada de calas rocosas y arrecifes de coral frecuentados por toda clase de peces y válidos para los principiantes.

7. Chiang Mai (Tailandia)

Rodeada de montañas de ensueño, Chiang Mai es un gran reclamo cultural y artístico. Su ciudad antigua está rodeada de un foso y repleta de viejos templos de teca que hacen gala del distintivo arte y arquitectura del norte de Tailandia. Muchos viajeros acuden para aprender idiomas o técnicas de masaje, meditar o charlar con monjes.

8. Hoi An (Vietnam)

La vieja Hoi An fue el puerto más cosmopolita de Vietnam, y de aquel tiempo sobreviven sus elegantes tiendas-vivienda, hoy reconvertidas en restaurantes para gourmets, bares de moda, cafés, boutiques o sastrerías. Es una ciudad llena de lugares de interés, pero también de paseos históricos por su laberíntico casco antiguo, grandes pagodas, instructivos mercados y clases de cocina.

9. Hanói (Vietnam)

Es típico callejear sin rumbo por el casco antiguo de Hanói un frenesí comercial lleno de ecos del pasado. Es un destino ideal para comer y ver gente. Al caer la noche, una buena idea es unirse a la jovial muchedumbre y disfrutar de una refrescante bia hoy (cerveza de barril) en bares improvisados en cualquier esquina.

10. Kuching (Malasia)

La ciudad más sofisticada de Borneo aúna un encantador casco antiguo, un romántico paseo marítimo, una gran cocina y locales nocturnos que parecen occidentales. Pero su mayor reclamo está en sus alrededores: un conjunto de maravillas naturales (de las mejores de Sarawak), ideales para visitar en excursiones de un día en las que se puede observar orangutanes, buscar rafflesias gigantes o contemplar monos narigudos y cocodrilos.

11. Penang (Malasia)

El aura colonial del sureste asiático aún se palpa en esta húmeda isla portuaria, nudo de las culturas malasia, china y británica. Su capital, George Town, es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y se están recuperando sus tiendas-vivienda chinas, casas de clanes y edificios coloniales. Fuera de la ciudad hay playas, selvas y centros comerciales.

12. Si Phan Don (Laos)

El turbio Mekong adopta un tono turquesa más tropical cerca de su desembocadura entre las 4000 islas conocidas en conjunto como Si Phan Don. Esto es la quintaesencia de Laos: una idílica ribera somnolienta, pueblos tranquilos con hamacas, rutas en bicicleta y jarana nocturna. Los kayaks y el buceo con tubo animan un poco este remanso de paz. En temporada, se avista el raro delfín de Irawadi.

13. Bagan (Myanmar)

Más de cuatro mil templos budistas salpican las llanuras de Bagan, el lugar donde se estableció el primer reino de Birmania y anexo arquitectónico de los templos de Angkor. Erigidos entre los siglos XI y XIII, la mayoría de ellos se encuentran restaurados, pues Bagan aún es un activo enclave religioso y de peregrinación. Lo mejor es acercarse en bicicleta y disfrutar por libre de estos templos no tan en ruinas.

14. Lago Inle (Myanmar)

Cubierto por un espléndido velo de verdor, el lago Inle es tan sobrecogedor que cada viajero lo experimenta de forma diferente. Si el tiempo apremia, habrá que ceñirse a los lugares de rigor: los templos sobre el agua, los mercados junto a la orilla y los jardines flotantes. Con menos prisas, se podrán realizar caminatas de un día para explorar los rincones más remotos del lago.

15. Singapur

Esta pequeña ciudad-Estado destaca por su cocina multicultural fácil de degustar en los cientos de puestos. Durante generaciones, los descendientes de emigrantes chinos, malasios, indonesios e indios han juntado sus fogones y recreado los platos de las tierras de sus ancestros. Entre horas se visitan los Gardens by the Bay, unos impresionantes jardines e invernaderos, o la Casa Baba, un hogar peranakan restaurado que es toda una lección de historia y cultura gratis, sorprendentemente sin colas.

16. Parque Nacional del Gunung Mulu (Malasia)

Las maravillas de este parque, Patrimonio Mundial, van desde cuevas hasta formaciones kársticas. El sistema de cuevas, como catedrales subterráneas, se consideró el más grande del mundo hasta descubrirse otro en Vietnam. Al atardecer, de su boca salen miles de murciélagos en busca de comida. También hay caminatas por la pluvisilva hasta pináculos y pasarelas sobre la cúpula arbórea. Hay que reservar con antelación durante el verano europeo.

17. Palawan (Filipinas)

La popularidad de Palawan ha subido como la espuma al salir en las revistas de viajes como una de las mejores islas del mundo. La joya de la corona es el archipiélago de Bacuit cerca de El Nido, un paisaje surrealista de acantilados calizos donde se navega en kayak entre tortugas marinas. Más al sur están las playas de Port Barton y Sabang, y al norte, pecios japoneses en la bahía de Corón. Los circuitos de isla en isla alrededor de Corón o El Nido son fantásticos.

18. Arrozales de Ifugao (Filipinas)

Esto increíbles campos en terrazas fueron esculpidos con gran esfuerzo por los ifugao hace dos mil años en la remota cordillera al norte del país. Considerados la octava maravilla del mundo, estos arrozales bordean las poblaciones de Banaue y Batad, pero los viajeros más osados encontrarán otros ejemplos en casi toda la escarpada cordillera. Practicar senderismo por estas escaleras de color esmeralda (y pernoctar entre ellas en la idílica Batad) es toda una experiencia.

19. Phnom Penh (Camboya)

La capital camboyana ha resurgido cual ave fénix con un caos urbano (especialidad regional) y unos negocios elegantes que hasta amenazan a Bangkok. Su preciosa ribera acoge restaurantes de diseño, bares a la última y hoteles chic. De por medio, las atrocidades de los Jemeres Rojos (recordados en el asombroso Museo Nacional y en el extraño Museo de Tuol Sleng) exigen un sentido de la aventura más sensible y una conciencia cívica con la historia.

20. Isla Atauro (Timor Oriental)

Ideal para alquilar un barco en grupo y zarpar hacia los espectaculares enclaves de submarinismo de Atauro. La experiencia es de primera gracias a la mezcla de aguas frías y profundas, arrecifes vírgenes, abundante vida marina y una ubicación privilegiada en el Triángulo de Coral.

21. Parque Nacional de Komodo (Indonesia)

Más de 5000 dragones de Komodo acechan a los turistas en las áridas playas de este parque. Lo mejor es concertar los circuitos por el parque desde el vecino Labuanbajo, en la isla de Flores, cuajada de volcanes. Este es el próximo destino de moda en Indonesia: media docena de islas cercanas con playas de variadas tonalidades, submarinismo y buceo con tubo cerca de la costa, y una onda relajada pero sofisticada.

22. Parque Nacional de Tanjung Puting (Indonesia)

Se trata de uno de los mejores destinos para ver orangutanes en su hábitat natural. El viaje hasta allí parece sacado de El corazón de las tinieblas, e incluye una travesía en klotok (típicas barcas de río que hacen las veces de hoteles flotantes) entre la exuberancia ribereña del Sungai Sekonyer.

23. Temburong (Brunéi)

Visto desde una avioneta (o en Google Earth), el distrito de Temburong se asemeja bastante al antiguo aspecto de toda Borneo: un manto uniforme de selvas primarias, sin rastro de carreteras ni de tala indiscriminada. En tierra firma, la mayoría de la región oriental del sultanato es de acceso restringido salvo a científicos, aunque se puede gozar de la selva virgen en el Parque Nacional de Ulu Temburong, accesible solo en barca y lleno de arroyos y pasarelas sobre los árboles. 

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