El Kiyomizu-dera es uno de los templos más visitados de la ciudad. Construido en torno a un manantial sagrado (kiyomizu significa “agua pura”), ha atraído a los peregrinos desde el s. VIII. Además de salas con notables imágenes budistas, el recinto comprende un santuario sintoísta vinculado con asuntos del corazón: aquí se puede comprar una placa de oración para asegurarse éxito en el amor.