Explora lo mejor en viajes 2024
La ciudad sagrada de Lhasa es la introducción perfecta al Tíbet; solo llegar ya pone la piel de gallina. Las espectaculares salas de oración del palacio de Potala, el tempo medieval de Jokhang y las ciudades monásticas de Drepung y Sera son los principales reclamos, pero no hay que perderse las capillas y caminos de peregrinación menos visitados. Las callejuelas encaladas del casco antiguo albergan la verdadera alma del barrio tibetano; se podrían pasar horas entre talleres artesanos, templos ocultos y salones de té.