Resulta sencillo entrar en el país, los aduaneros son eficaces y rápidos, sobre todo en los aeropuertos. En las fronteras terrestres es posible que dediquen algo más de tiempo a examinar el pasaporte. Oficialmente hace falta disponer de un billete de salida y de algún documento que acredite disponer de fondos suficientes para sufragar la totalidad del viaje, aunque casi nunca lo solicitan. Normalmente basta con demostrar que se dispone de 20 US$ diarios o con mostrar una tarjeta de crédito. Sin embargo, es posible que las aerolíneas internacionales que vuelan a Quito exijan al pasajero que disponga de un billete de ida y vuelta o de un visado de residencia en Ecuador antes de permitirle embarcar; el viajero debe estar preparado para esta eventualidad, aunque sea muy poco habitual. Aunque no está obligado por ley, el viajero también debe demostrar que ha sido vacunado contra la fiebre amarilla si entra en Ecuador desde una zona infectada.
En el sitio web www.lonelyplanet.com/bookings se pueden reservar vuelos, circuitos y billetes de tren.
Ecuador tiene dos aeropuertos internacionales.
El nuevo aeropuerto internacional de Quito (www.aeropuertoquito.aero) está unos 38 km al este del centro. El aeropuerto José Joaquín de Olmedo (GYE; 04-216-9000; www.tagsa.aero; av. de las Américas s/n), en Guayaquil, está a unos kilómetros del centro.
TAME (en Quito 02-396-6300; www.tame.com.ec) es la principal línea aérea de Ecuador y en los últimos años ha mantenido un buen historial de seguridad con su moderna flota de Boeing, Airbus y Embraer, así como varios ATR con turbohélice. Ofrece vuelos internacionales de Quito y Guayaquil a Nueva York, Fort Lauderdale, Lima, São Paulo, La Habana, Bogotá, Cali y Buenos Aires.
La temporada alta, de mediados de junio a principios de septiembre y de diciembre a mediados de enero, es la peor época para encontrar buenas tarifas. Una buena opción es acudir a una agencia de viajes especializada en destinos latinoamericanos.
Los impuestos de salida se incluyen en el billete; ya no se pagan en el aeropuerto.
Los dos únicos países que comparten fronteras con Ecuador son Perú y Colombia. Los trámites para entrar y salir del país suelen ser muy rápidos si la documentación está en orden. Los turistas no deben pagar ninguna tasa para entrar o salir del país por tierra.
Si el viajero abandona el país y ha perdido la tarjeta de embarque, puede solicitar que le entreguen otra sin ningún coste adicional en la frontera, siempre que el sello del pasaporte no haya expirado. Si el viajero ha pasado más días de los permitidos en el país, tendrá que abonar una cuantiosa multa o será enviado de vuelta a Quito. Si no dispone de un sello de entrada en Ecuador, también será enviado a Quito.
El único paso fronterizo seguro que hay en la actualidad es el de Tulcán, en la sierra norte. El paso situado al norte de Lago Agrio, en el Oriente, no es seguro debido al contrabando y a la inestable situación del país.
Hay tres pasos fronterizos que conectan Ecuador y Perú.
Huaquillas Este paso, situado al sur de Machala, recibe la mayor parte del tráfico internacional de viajeros entre los dos países. Consiste en puestos fronterizos contiguos situados en la carretera a unos kilómetros al norte de la ciudad. Los autobuses a Huaquillas no paran allí, pero los internacionales (Ecuador-Perú) sí, y esperan a que todo el mundo cumpla con las formalidades. También se puede ir y volver en taxi desde Huaquillas.
Macará Cada vez más concurrido, se accede desde Loja a través de la bella sierra meridional. Hay autobuses directos entre Loja y Piura, en Perú (8 h), con parada en Macará; los conductores esperan a que el viajero realice los trámites antes de seguir camino. Es una opción bastante cómoda.
La Balsa, en Zumba Al sur de Vilcabamba se halla este pequeño y remoto paso fronterizo, conveniente y con poco tráfico. Algunos visitantes pasan unos días en Vilcabamba antes de dirigirse a Zumba para entrar en Perú.
Viajar a Ecuador en autobús desde Colombia o Perú es fácil. Suele incluir un cruce a pie por una de las fronteras internacionales y el transbordo a otro autobús al llegar al otro lado (en Huaquillas es más complicado). Algunas compañías de autobuses internacionales ofrecen servicios directos desde ciudades importantes como Lima o Bogotá.
Acceder en un vehículo particular puede ser un auténtico quebradero de cabeza, aunque depende en gran medida del humor del funcionario que caiga en suerte. Para entrar un automóvil en Ecuador hay que disponer de un Carnet de Passage en Douane (CPD), un documento aduanero de validez internacional que permite al viajero “importar” temporalmente un vehículo sin tener que pagar impuestos. El documento se puede obtener en un club automovilístico del país donde está registrado el automóvil, y se recomienda encarecidamente solicitarlo con mucha antelación. Cruzar la frontera en motocicleta resulta mucho más sencillo.
No es fácil pero se puede viajar de Ecuador a Perú por el Napo, que se une al Amazonas cerca de Iquitos. Las instalaciones de la frontera son muy austeras y las barcas no pasan con frecuencia. También es posible recorrer el río Putumayo hasta Colombia y Perú, pero es una región peligrosa debido al tráfico de drogas y al terrorismo.
Ecuador cuenta con un eficaz sistema de transportes y su reducido tamaño permite casi siempre llegar a la mayor parte de los lugares fácilmente.
La única nacional es Tame. Tiene vuelos nacionales de Guayaquil a Quito, Cuenca, Loja, Esmeraldas y Latacunga, así como a Baltra y San Cristóbal, en las Galápagos. Desde Quito, vuela a Guayaquil, Manta, Loja, Lago Agrio, Esmeraldas, Cuenca y Salinas.
Con la excepción de los vuelos a las islas Galápagos, los trayectos internos suelen ser bastante económicos; el precio de un trayecto de ida rara vez supera los 100 US$. Todos los vuelos dentro del territorio continental duran menos de 1 h, y permiten admirar fantásticas vistas de los Andes.
Los vuelos a casi todos los destinos salen de Quito o Guayaquil. Las siguientes son líneas aéreas de Ecuador:
Avianca (en Quito 1-800-003-434; www.avianca.com) Tiene vuelos a Quito, Guayaquil, Cuenca, isla Baltra (Galápagos), isla San Cristóbal (Galápagos), Manta y Coca, además de a Bogotá (Colombia) y a Lima (Perú).
Emetebe (en Guayaquil 04-230-9209; www.emetebe.com.ec) Compañía con sede en las Galápagos que ofrece vuelos entre las islas Baltra, San Cristóbal e Isabela.
LAN (en Quito 1-800-842-526; www.lan.com) Vuela de Quito a Cuenca, Guayaquil y las Galápagos (San Cristóbal e isla Baltra, ambas por Guayaquil), y también a Miami (EE UU) y otros destinos internacionales.
Tame (en Quito 02-396-6300; www.tame.com.ec) Lleva a Coca, Cuenca, Esmeraldas, isla Baltra (Galápagos), isla San Cristóbal (Galápagos), Guayaquil, Lago Agrio, Loja, Macas, Manta, Quito, Lima (Perú), São Paulo (Brasil), Nueva York y Fort Lauderdale (EE UU).
Recorrer los Andes en bicicleta es extenuante, no solo debido al terreno montañoso sino también a la altitud. Las normas de circulación son escasas y hay pocos carriles-bici. Pero, tras la gran inversión nacional en obras públicas, las carreteras están en buen estado.
Las tiendas de bicicletas escasean fuera de Quito y las que hay suelen tener muy pocos recambios, por lo que se aconseja llevar los más habituales y las herramientas desde el país de origen. Los mejores operadores de circuitos en bicicleta de montaña están en Quito y Riobamba.
El alquiler de bicicletas solo se utiliza para excursiones cortas, sobre todo desde Quito, Riobamba, Cuenca y Baños.
El transporte en barco es habitual en ciertas partes del país y puede dividirse en varios tipos.
La embarcación más común es la canoa a motor, que se utiliza como taxi o autobús acuático en los principales ríos del Oriente (sobre todo en el Napo) y en partes de la costa septentrional. La mayoría de los viajeros utiliza este medio de transporte al realizar un circuito por el Amazonas, pues es el único modo de acceder a los refugios situados en la selva.
A menudo estas canoas transportan hasta 30 pasajeros. Normalmente son largas y muy incómodas, con bajos bancos de madera con capacidad para dos personas cada uno. El mejor consejo es llevar una almohadilla para sentarse: el viaje será otro.
En las Galápagos el viajero puede elegir entre todo tipo de embarcaciones, desde un pequeño velero hasta un crucero equipado con camarotes con aire acondicionado y baño privado. Varios ferris de pasajeros de servicio poco frecuente cubren el trayecto entre las islas; es la opción más asequible para desplazarse de una a otra. De todos modos, solo son útiles para los viajeros que visitan las islas de forma independiente.
Además de las canoas utilizadas en el Oriente, también hay un crucero relativamente lujoso, el Amazon Manatee Explorer, que recorre el río Napo.
El autobús es el principal medio de transporte del país y garantiza servicios a casi todos sus rincones. El trayecto puede ser estimulante, abarrotado, cómodo, maloliente, divertido, espeluznante, social o agotador, dependiendo del estado de ánimo de cada uno, del destino y del conductor.
En los últimos años ha habido varios accidentes trágicos. Casi ningún autobús tiene cinturones de seguridad, pero se aconseja abrochárselo donde lo haya.
En casi todas las ciudades principales hay una terminal de autobuses, aunque en algunas hay muchas otras, privadas, con distintos destinos. Casi todas las estaciones están a una distancia que se puede cubrir fácilmente a pie o en una corta carrera de taxi desde el centro. En los pueblos pequeños, los autobuses paran en la carretera y el viajero debe andar hasta su destino final. Normalmente el trayecto es corto, puesto que solo los pueblos más pequeños carecen de terminal de autobuses.
El equipaje más voluminoso se guarda en el compartimento de abajo y suele quedar a buen recaudo. Hay más robos dentro del autobús. Para evitarlos, se aconseja llevar lo que se suba en el regazo, no en el suelo ni en la rejilla sobre el asiento.
Los trayectos en autobús cuestan como media 1 US$ por hora de viaje. Cabe recordar que debe tenerse siempre el pasaporte a mano, pues en las carreteras puede haber controles (sobre todo en el Oriente).
Normalmente no se puede elegir el asiento, sino que al viajero se le asigna cualquiera disponible. La mayor parte de los vehículos carece de lavabo, excepto en los trayectos de más de 4 h. Algunas rutas de larga distancia entre las grandes ciudades disponen de autobuses con aire acondicionado y lavabo, aunque no son muy numerosos.
Suelen hacer una parada de 20 min para cada comida del día. La comida en los restaurantes de las terminales es bastante sencilla.
Casi todas las empresas de autobuses tienen horarios fijos de salidas, pero pueden cambiar a menudo y no son siempre fiables. Si se llena pronto, el autobús puede salir antes de hora. Al contrario, un autobús casi vacío podrá pasar ½ h dando vueltas con el asistente del conductor gritando asomado a la puerta para atraer a más pasajeros.
Las terminales de mayor tamaño suelen tener quioscos de información donde se puede consultar rutas, horarios y precios.
Excepto los fines de semana y festivos, no suele haber problemas de disponibilidad, pero nunca está de más adquirir los billetes con un día o dos de antelación o llegar a la estación 1 o 2 h antes de la salida.
Desplazarse por Ecuador en automóvil o motocicleta puede ser un desafío, con baches, curvas sin visibilidad y camioneros que conducen a velocidades de vértigo. La buena noticia es que las infraestructuras han mejorado mucho, pues hay nuevos puentes y carreteras, y mejores señales de tráfico, lo cual hace más seguro el viaje sobre ruedas.
La asociación automovilística de Ecuador se llama Aneta (1-800-556-677; www.aneta.org.ec) y ofrece algunos servicios a los miembros de clubes automovilísticos extranjeros. También ofrece asistencia en carretera las 24 h a sus socios.
El viajero está obligado a llevar el permiso de conducir y el pasaporte siempre que se desplace en automóvil. El permiso internacional también puede ser útil al alquilar un automóvil, aunque oficialmente no es imprescindible.
En Ecuador hay dos tipos de gasolina con distintos niveles de octanaje: la extra (82 octanos) y la súper (92 octanos). La gasolina se vende por galones (3,7 l); el galón de Extra cuesta unos 1,50 US$, y el de súper unos 2 US$; esta no siempre se encuentra en las zonas rurales.
Debido a la eficacia del transporte público, son pocos los viajeros que optan por alquilar un automóvil. Casi todas las compañías de alquiler internacionales, como Avis (www.avis.com), Budget (www.budget.com), Hertz (www.hertz.com) y Localiza (www.localiza.com) tienen oficinas en Ecuador, pero es difícil encontrar una fuera de Quito, Guayaquil o Cuenca.
Para alquilar un automóvil hay que tener al menos 25 años y disponer de tarjeta de crédito, permiso de conducir válido y pasaporte. Algunas compañías alquilan automóviles a clientes de entre 21 y 25 años, pero el depósito suele ser mayor. El alquiler oscila entre los 40 US$ diarios de un pequeño turismo y los 100 US$ o más por un todoterreno (que suelen ser muy útiles para adentrarse en pistas sin asfaltar). Es importante preguntar si la tarifa incluye seguro, kilometraje ilimitado y el IVA (normalmente no lo están).
El mejor lugar para alquilar una motocicleta es Quito. En el Mariscal, Freedom (02-250-4339; www.freedombikerental.com; Mera N22-37, Quito; motocicletas por día desde 39 US$) alquila motos de ciudad o para explorar el campo con equipo, así como bicis y ciclomotores.
También se pueden alquilar motos en Baños, donde hay Enduros de 250 cc desde 10 US$/h o 40 US$/día. Los conductores con vehículo propio hallarán información práctica en Horizons Unlimited (www.horizonsunlimited.com).
Las agencias de alquiler ofrecen pólizas de seguro en sus vehículos, pero en ocasiones incluyen una elevada penalización en caso de accidente (entre 1000 y 3500 US$, en función de la agencia), por lo que conviene leer la letra pequeña del contrato. Incluso si el accidente no es culpa del viajero, es muy probable que tenga que abonar la penalización.
Los riesgos más habituales son los baches, las curvas sin visibilidad y, sobre todo, los conductores de autobús y los camioneros que adelantan a otros vehículos de gran tonelaje sin tomar la más mínima precaución. Hay que tener cuidado con los vehículos estacionados en la carretera, los cortes repentinos de las mismas y el ganado que a veces se cruza. La señalización de las carreteras brilla por su ausencia.
No se recomienda practicarlo en ningún país. Los viajeros que decidan hacerlo deben tener claro que asumen un riesgo considerable. Siempre es aconsejable viajar en parejas e informar a alguien del destino al que uno se dirige.
Hacer autostop en Ecuador no merece la pena por tres razones: poca gente tiene automóvil privado, el transporte público es relativamente asequible y los camiones suelen utilizarse como transporte público en las zonas remotas, por lo que intentar que a uno le recoja un camionero es como intentar viajar gratis en un autobús. Muchos conductores se ofrecen a llevar al viajero a cambio de una pequeña cantidad de dinero.
Los autobuses locales suelen ser lentos y van muy llenos, pero también son muy baratos. En casi todas las poblaciones el viajero puede desplazarse por 0,25 US$. A menudo los servicios locales se desplazan a pueblos cercanos, una opción asequible para explorar los alrededores de una ciudad.
Fuera de Quito, el concepto de parada de autobús fija es prácticamente inexistente. Los conductores de autobús paran cada vez que alguien les hace señas desde la calle. Para apearse de un autobús local, hay que gritar: “¡Baja!”’. Para conseguir que el autobús pare, también es una buena opción gritar: “¡Gracias!”.
En Ecuador hay taxis de distintas formas y tamaños, pero todos son amarillos. En general muestran un letrero iluminado con la palabra “Taxi” en la parte superior, o una pegatina con la misma en el parabrisas.
Siempre debe negociarse el precio antes de subir, pues muchos cobran de más a los turistas. Rara vez se ven taxímetros fuera de Quito y Guayaquil. Un trayecto largo en cualquiera de ambas ciudades no debería sobrepasar los 5 US$ (a menos que se viaje a las estaciones de autobuses de la capital, que están muy lejos del centro). La bajada de bandera es de 1 US$, y en Quito siempre hay que pagar este importe aunque el taxímetro solo indique 0,80 US$. Los fines de semana y por la noche, el precio de las carreras aumenta entre un 25 y 50%.
El viajero puede alquilar un taxi para todo un día por entre 40 y 60 US$. Alquilar un taxi para varios días es como alquilar un automóvil, pero con la diferencia de que el viajero no debe conducir. Eso sí, hay que pagar el alojamiento y la manutención del taxista. Algunas agencias de viajes de Quito alquilan vehículos todo terreno con conductores experimentados.
En algunas localidades, sobre todo en las zonas rurales donde las carreteras no están asfaltadas, las camionetas se utilizan como taxis. Si el viajero necesita desplazarse a un parque nacional, un refugio de escalada o una ruta de senderismo, la mejor opción es informarse entre los lugareños y alquilar una camioneta.
Si no se dispone de mucho tiempo, lo mejor es organizar un circuito desde Quito, donde hay cantidad de agencias para todos los presupuestos y todos los destinos, incluidos los cruceros por las Galápagos, las salidas de excursionismo, equitación o ciclismo de montaña, circuitos por la selva o visitas a alguna hacienda.
El precio de los circuitos varía enormemente en función de los requisitos del viajero. La tarifa mínima de un circuito de acampada por la selva es de 40 US$ por persona y día, mientras que los alojamientos más caros pueden alcanzar los 200 US$ por persona y noche, incluidas todas las comidas y las excursiones. La ascensión a un volcán cuesta una media de 160 US$ por persona en una expedición de dos días. Los cruceros por las Galápagos cuestan entre 800 y más de 3000 US$ por semana, sin contar el vuelo, los impuestos y la entrada al parque nacional. Un circuito de un día por los alrededores de Quito cuesta entre 30 y 80 US$.
Para deleite de los amantes de los trenes, el sistema ferroviario de Ecuador ya se ha restablecido. Por desgracia, ya no sirve para viajar, pues las rutas ofrecen excursiones de un día pensadas para turistas. Las rutas son breves, suelen limitarse a los fines de semana y a veces la vuelta es en autobús. La línea más famosa cubre el impresionante descenso desde Alausí por La Nariz del Diablo, un espectacular tramo que en su día representó uno de los mayores logros de ingeniería ferroviaria del mundo. La segunda es el tren que cada fin de semana cubre el trayecto entre Quito y el Área de Recreación Nacional El Boliche, cerca de Cotopaxi.
Otras rutas salen desde Durán (cerca de Guayaquil), Ibarra, Ambato, Riobamba y El Tambo (cerca de Ingapirca).
Para consultar los horarios, precios de los billetes e itinerarios hay que visitar Tren Ecuador (www.trenecuador.com).
En las zonas remotas, los camiones suelen hacer las veces de autobuses de pasajeros. En ocasiones son grandes camiones con plataforma con el techo de hojalata, laterales de madera abiertos e incómodos asientos de madera. Estos curiosos autobuses reciben el nombre de rancheras o chivas, y se utilizan en la costa y en el Oriente.
En las regiones rurales de la sierra, también se utilizan camionetas abiertas (las clásicas pickups estadounidenses) para el transporte de pasajeros; lo único que hay que hacer es subirse a la parte posterior. Si el tiempo acompaña, se pueden admirar fantásticas vistas de los Andes y disfrutar de la suave brisa. Si hace mal tiempo, los pasajeros se refugian bajo una lona impermeable.
En estas camionetas el conductor fija el precio, que suele depender de la distancia recorrida. Se aconseja preguntar a los otros pasajeros el importe que les han cobrado; suelen costar lo mismo que el autobús.