Un recorrido por la columna vertebral del país que abarca sublimes paisajes andinos, aletargadas aldeas y una mezcla de encanto colonial y ruinas precolombinas. Ideal para hacer excursiones, bicicleta de montaña y escalada. La aventura empieza en Quito para aclimatarse a la altura y descubrir una de las capitales más fascinantes de América del Sur. Tras dos noches allí, se pone rumbo al sur y se pasan una o dos noches en alguna de las haciendas históricas de la falda del volcán Cotopaxi, donde se puede montar a caballo, hacer excursiones o, si se está preparado, acometer una de la cumbres más famosas del país. El cuarto día se va al sur, hasta Latacunga para adentrarse en los paisajes montañosos del Circuito de Quilotoa, una estupenda excursión a pie entre aldeas indígenas a gran altura, pernoctando por el camino en sencillas pensiones.
Tras pasar dos días entre las nubes en la zona de Quilotoa, se desciende hasta el maravilloso pueblo subtropical de Baños para gozar de sus fuentes termales. Hay una gran oferta de encantadores alojamientos con vistas, y se puede hacer un descenso en bici visitando las refrescantes cascadas de Puyo, en el Oriente. Después de Baños, hay que dirigirse a Riobamba, un enclave ideal para emprender una ruta de infarto, a pie o en bici, alrededor del volcán Chimborazo. Desde Riobamba se va en autobús a Alausí y se viaja en tren por la famosa Nariz del Diablo para gozar de sus vistas de Chimborazo, El Altar, Laguna de Colta y el resto de paisajes que tachonan la Avenida de los volcanes. De vuelta en Alausí, se continúa en autobús hasta la maravillosa ciudad colonial de Cuenca. Allí se disfrutará de unos días entre iglesias, plazas tranquilas y bucólicas orillas fluviales antes de emprender la marcha al yacimiento inca de Ingapirca. Se puede visitar en autobús, con un viaje organizado de un día o, aún mejor, en una excursión a pie de tres jornadas por el Camino del Inca, contratando el material y el guía en Cuenca. Finalmente, se regresa a Quito para una última noche de fiesta, primero en Zazu y luego, de copas y baile en La Juliana.