Con tres fronteras terrestres, entradas por puertos marítimos y fluviales, y dos aeropuertos internacionales, no es difícil acceder o salir de Guatemala.
El aeropuerto La Aurora de Ciudad de Guatemala (GUA) es el principal aeropuerto internacional del país. El otro único aeropuerto que recibe vuelos internacionales (desde Ciudad de Belice) es el de Flores (FRS). La aerolínea nacional guatemalteca, Avianca, es una filial de la compañía colombiana del mismo nombre.
Desde EE UU hay vuelos directos con aerolíneas como Avianca (www.avianca.com). Aero-Mexico (www.aeromexico.com) e Interjet (www.interjet.com.mx) vuelan directamente desde Ciudad de México. Avianca y Alternative Airlines (http://taca.alternativeairlines.com) tienen vuelos desde casi todas las capitales centroamericanas. Si se viaja desde otros países, lo más seguro es que haya que cambiar de avión en EE UU, México u otros lugares de América Central.
Se aconseja cruzar la frontera lo más temprano posible. Los servicios de transporte una vez pasada la frontera se reducen por la tarde, y las zonas fronterizas no son siempre los lugares más seguros. Si se abandona el país por tierra, no se paga ninguna tasa de salida, aunque muchos agentes de la frontera piden 10 GTQ. Si uno está dispuesto a discutir y esperar, puede que se libre, pero la mayoría se limita a no oponer resistencia y pagar.
Guatemala comparte frontera con sus países vecinos. Compruébense las exigencias del visado antes de la llegada.
El autobús es el medio de transporte más habitual para entrar en Guatemala por tierra. Casi todos los autobuses internacionales de 1ª clase salen de Ciudad de Guatemala y no hacen paradas. También hay servicios de 1ª clase a Belice desde Flores/Santa Elena. En los autobuses de 1ª clase (sobre todo a Honduras y El Salvador), el conductor pide el pasaporte a los pasajeros y se ocupa de los trámites fronterizos. Si se viaja a Belice o México tendrá que hacerlo uno mismo. Las tasas fronterizas (oficiales o de otra índole) no van incluidas en el precio del billete.
Los autobuses de 2ª clase no suelen cruzar la frontera.
El abundante papeleo y los riesgos de conducir por Guatemala suelen disuadir a muchos viajeros. Para entrar a Guatemala en automóvil son necesarios:
Los seguros contratados en el extranjero no tienen validez en Guatemala, lo que obliga a contratar una nueva póliza. En casi todos los puestos fronterizos y en los pueblos cercanos hay oficinas que contratan seguros de daños a terceros. Para evitar que los extranjeros vendan sus vehículos en Guatemala, las autoridades obligan al viajero a abandonar el país con el mismo vehículo con el que se ha entrado. La persona que conduzca el automóvil al cruzar la frontera debe ser la misma que lo conduzca al abandonar el país.
Hay estaciones de servicio en todas las poblaciones salvo en las más pequeñas. Si se ve a algún chico agitando un embudo al paso del viajero es que le está ofreciendo combustible mexicano de contrabando, más barato; muchos lo usan sin problemas, pero hay quien afirma que su alto contenido en sedimentos daña el motor.
También hay mecánicos por doquier, pero los talleres autorizados solo están en las grandes poblaciones. Y aunque es fácil encontrar repuestos genéricos, si se buscan piezas originales hay que tener en cuenta que Toyota es el fabricante con mayor presencia en el país, seguido (de lejos) por Mazda y Ford.
Hay dos pasos fronterizos entre el estado mexicano de Chiapas y El Petén. El más utilizado es el que cruza de Frontera Corozal (México) a La Técnica o Bethel (Guatemala). Frontera Corozal tiene buenas conexiones de transporte a Palenque (México), y hay autobuses regulares de La Técnica y Bethel a Flores/Santa Elena.
La otra ruta fluvial desde México al departamento de El Petén (Guatemala) es remontar el río La Pasión desde Benemérito de las Américas, al sur de Frontera Corozal, hasta Sayaxché, aunque no dispone de instalaciones de inmigración ni servicios de confianza.
Hay barcos públicos que conectan Punta Gorda (Belice) con Lívingston y Puerto Barrios (Guatemala). Los servicios de Punta Gorda conectan con los autobuses a/desde la ciudad de Belice.
Al abandonar Guatemala por mar hay que pagar una tasa de 80 GTQ.
Cuando se redactó esta guía, los únicos vuelos interiores disponibles eran los que cubrían Ciudad de Guatemala-Flores a diario, operados por Avianca (www.avianca.com) y TAG (www.tag.com.gt).
El terreno montañoso de Guatemala y el estado de las carreteras, a veces espantoso, desaconseja el pedaleo por vías interurbanas. Pero si se actúa con prudencia, la bicicleta es una manera magnífica de moverse por las ciudades pequeñas; Antigua, Quetzaltenango y San Pedro La Laguna son algunas de las ciudades donde pueden alquilarse bicicletas de montaña aceptables (no se aconsejan las de paseo, con ruedas estrechas). Hay tiendas de bicicletas en casi todas las localidades; una nueva cuesta a partir de unos 800 GTQ.
La localidad caribeña de Lívingston solo es accesible por barco, cruzando la bahía de Amatique desde Puerto Barrios, o descendiendo el río Dulce desde la localidad de Río Dulce, trayectos ambos de gran belleza. En el lago de Atitlán, lanchas rápidas surcan las aguas que separan los pueblos y es, con diferencia, la mejor manera de desplazarse.
Los autobuses llegan a casi todas partes en Guatemala. La mayoría son viejos autobuses urbanos de EE UU y Canadá, y no es raro que una familia de cinco personas se apretuje en asientos que fueron pensados para dos niños. Conocidos como parrilleras, son frecuentes, baratos y van abarrotados. La hora de viaje cuesta 10 GTQ o incluso menos.
Las parrilleras paran donde sea y a quien sea. Siempre hay alguien que grita “¡hay lugares!” y anuncia, también a gritos, el destino del autobús. Para los viajeros más altos, los trayectos en autobús resultan muy incómodos. Para tomar una parrillera, basta con colocarse junto a la carretera y extender el brazo.
En algunas rutas, sobre todo entre las grandes ciudades, circulan autobuses más cómodos con lujos tales como un asiento por persona. Los mejores llevan un cartel que pone “Pullman”, “Especial” o “Primera clase”. En ocasiones, disponen de baño (no hay que contar con que funcione), TV e incluso comida.
Las rutas de los pullman siempre salen y terminan en Ciudad de Guatemala.
Por lo general salen más autobuses por la mañana (algunos desde las 2.00) que por la tarde. Los servicios disminuyen después de las 16.00; los autobuses nocturnos son raros y no se recomiendan. Una excepción son los autobuses nocturnos desde Ciudad de Guatemala hasta Flores, que llevan ya algunos años sin registrar incidentes.
Las distancias en Guatemala no son enormes y, salvo en la ruta Guate-Flores, no se suele permanecer más de 4 h seguidas en un autobús. En un típico viaje de 4 h se recorren 175-200 km por 60-100 GTQ.
Algunos de los autobuses más cómodos permiten comprar los billetes con antelación, lo que vale la pena para asegurarse un asiento.
En algunas de las rutas más cortas, los microbuses, también denominados busitos, están sustituyendo a las parrilleras; regidos por el mismo principio de apretujamiento, pueden ser incluso más incómodos porque tienen menos espacio para las piernas. Allí donde no circulan autobuses ni microbuses, las picops (camionetas) funcionan como autobuses; se paran de igual manera y se paga lo mismo.
Al menos un par de veces al mes, un autobús se despeña por un acantilado o se pasa de frenada en una curva y provoca una colisión frontal. Los periódicos están llenos de detalles sangrientos y diagramas del último accidente.
Los microbuses gestionados por las agencias de viajes son una opción rápida y cómoda para cubrir trayectos entre las principales rutas turísticas. Están bien anunciados dondequiera que se ofrezcan. Y salvo contadas excepciones, son mucho más caros que los autobuses (entre 5 y 15 veces más), pero también más prácticos, ya que normalmente brindan un servicio puerta a puerta, con comida programada y paradas para ir al baño. Las principales rutas de enlace son Aeropuerto de Ciudad de Guatemala-Antigua, Antigua-Panajachel, Panajachel-Chichicastenango y Lanquín-Antigua.
En Guatemala se puede conducir con el carné del país de origen o con el internacional. Las costumbres al volante serán probablemente muy distintas de las del propio país: adelantar en curvas con poca visibilidad, ceder el paso a los vehículos que suben por una cuesta en los estrechamientos de las vías y tocar el claxon ruidosamente sin que se sepa por qué no son más una muestra. La señalización viaria es escasa, y nulas las indicaciones de otros conductores para avisar de lo que van a hacer. No hay que prestar atención a los intermitentes: casi nunca se usan. Las luces de emergencia significan por lo general que el conductor está a punto de hacer algo imprudente y/o ilegal.
Los vehículos que suben siempre tienen preferencia de paso. Por todo el país hay bandas reductoras de grandes dimensiones, repartidas generosamente, en ocasiones en lugares tan poco adecuados como la avenida principal de las poblaciones. El uso del cinturón de seguridad es obligatorio, aunque pocos lo utilizan.
En Guatemala no es aconsejable conducir de noche por varias razones, entre las que se cuentan los asaltos a mano armada, los conductores ebrios y la escasa visibilidad.
Todo conductor implicado en un accidente con heridos o víctimas mortales pasa a disposición judicial hasta que un magistrado emita un veredicto.
Si un vehículo se avería en la carretera (sobre todo en las de montaña), el conductor advertirá a otros colocando arbustos o una rama en la carretera unos cientos de metros más atrás. Si se va conduciendo y se ven estos avisos, lo mejor es ser prudente y reducir la marcha.
Si el viajero tiene previsto ceñirse a los principales puntos de interés, alquilar un automóvil no suele ser una buena idea desde el punto de vista logístico. Antigua se recorre mejor a pie, a los pueblos del lago de Atitlán es mejor ir en lancha y la distancia que separa ambos lugares de Tikal hace que sea más conveniente viajar en autobús o en avión. Ahora bien, en lo que a libertad y confort se refiere, no hay como disponer de dos o cuatro ruedas.
Para alquilar un automóvil hay que mostrar el pasaporte, el permiso de conducción y una tarjeta de crédito. Normalmente la persona que alquila el automóvil debe tener más de 25 años. Es posible que los seguros incluidos en el alquiler no cubran la pérdida o el robo, por lo que el viajero podría ser responsable de daños por valor de varios cientos o incluso miles de dólares. Hay que aparcar el vehículo en lugares seguros, sobre todo en Ciudad de Guatemala y por la noche. Aunque en el hotel no dispongan de aparcamiento, es posible que sepan de un garaje seguro en las proximidades.
Se alquilan motocicletas en Antigua y en los alrededores del lago de Atitlán, pero es muy aconsejable llevar los elementos de seguridad necesarios.
Es una práctica poco habitual en Guatemala, pues no es segura. Sin embargo, en los lugares donde los servicios de autobuses escasean o son inexistentes, se utilizan furgonetas como transporte público. Si el viajero se coloca junto a la carretera y extiende el brazo, alguien se detendrá. Debe pagarse directamente al conductor como si se tratara de un autobús; las tarifas suelen ser parecidas. Este es un sistema seguro y fiable utilizado por guatemaltecos y viajeros, y el único inconveniente es que los vehículos suelen ir a rebosar.
Cualquier otra modalidad de autostop nunca es totalmente segura, por lo que no se recomienda. Los viajeros que hacen autostop deben entender que corren un riesgo pequeño pero potencialmente grave.
Fuera de Ciudad de Guatemala, el transporte público es un servicio que se presta principalmente con microbuses nuevos y abarrotados de pasajeros; son útiles para los viajeros en ciudades más extensas como Quetzaltenango y Huehuetenango. Ciudad de Guatemala cuenta con los viejos autobuses rojos (no se aconsejan por motivos de seguridad) y con flotas más nuevas de los autobuses de TransMetro y TransUrbano.
Los microbuses de enlace de las agencias de viajes, muy publicitados, ofrecen transporte cómodo y rápido por las rutas turísticas principales. Con contadas excepciones, son mucho más caros que los autobuses (entre 5 y 15 veces más), pero también más cómodos; por lo general ofrecen un servicio puerta a puerta, con paradas programadas para comer e ir al baño. Las rutas principales son Aeropuerto de Ciudad de Guatemala-Antigua, Antigua-Panajachel, Panajachel-Chichicastenango y Lanquín-Antigua.
Abundan en las localidades de mayor tamaño. Una carrera de 10 min puede costar unos 60 GTQ, lo que resulta bastante caro; los taxistas suelen achacarlo al precio de la gasolina. A excepción de algunos taxis en Ciudad de Guatemala, no existe el taxímetro; hay que acordar la tarifa antes de subir al vehículo.
Una opción para quienes prefieran no conducir es contratar un taxista por un largo período, por lo general es solo un poco más caro que alquilar y garantiza toda la libertad y el confort sin el estrés que implica conducir.
Si uno ha viajado a Asia, estará más que familiarizado con el tuk-tuk, diminuto taxi de tres ruedas con capacidad para el conductor y tres pasajeros, aunque siempre habrá quien se anime a acomodar el doble de viajeros. Así llamados por el ruido que hacen sus pequeños motores para cortacésped, los tuk-tuk son útiles sobre todo para carreras cortas por la ciudad; lo normal es pagar unos 5 GTQ/persona, y se paran de igual manera que los taxis.