Es uno de esos momentos mágicos que no pueden anunciarse en las guías de viaje, un instante con el que tropiezas sin buscarlo y que, al final de un recorrido de casi un mes por la
Si tiene una semana de vacaciones y sueña con un hotel en una playa tropical, ponerse una pulsera en la muñeca y beber mojitos en una barra dentro de una piscina, no siga leyendo.