Bienvenidos a Tonga

Islas exuberantes rodeadas de arrecifes, con una costa arenosa que se funde bajo el sol tropical. Hay que bajar el ritmo para adecuarse a la vida local.

Adiós a los destinos de moda y un cálido Malo e lelei (¡hola!) al Reino de Tonga. Alejada de los complejos turísticos de lujo y los abarrotados cruceros artificiales, Tonga es cruda, áspera y realmente auténtica. Aquí la vida sigue su propio ritmo: la religión lo invade todo, gallinas y cerdos vagan en libertad y no hay nada que no pueda esperar a mañana. No hay que buscar experiencias culturales, están por todas partes. 

Tras adaptarse al ritmo de Tonga se descubre que estas islas están repletas de playas preciosas, complejos hoteleros tranquilos, miles de oportunidades de buceo, submarinismo, vela y remo, rutas de senderismo, costas abruptas y habitantes acogedores, sobre todo los niños. Se pueden practicar actividades al aire libre y luego relajarse con una copa al anochecer escuchando las olas romperse en los arrecifes.

 

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