El paisaje de North Beach, salpicado de bloques de apartamentos, ofrece una versión ligeramente diferente del hedonismo de Miami Beach. Aquí en lugar de art déco hay grandes edificios construidos tras la II Guerra Mundial en el llamado estilo MiMo (moderno de Miami). Aunque hay menos restaurantes, bares y tiendas, North Beach tiene mucho encanto, empezando por su fabulosa playa.
Se empieza el día con un paseo por el verde Boardwalk, seguido de un tranquilo paseo sin aglomeraciones por la playa, para después ir a ver algunos ejemplos de la monumental arquitectura del barrio, como el Fontainebleau y el Eden Roc Renaissance.
Se almuerza marisco en el Fifi’s Place y luego se sube hasta el Oleta River State Park para unas cuantas actividades al aire libre. Después se puede alquilar un kayak para un tranquilo paseo por el estuario del río Oleta y ver fauna en los senderos de naturaleza. A última hora de la tarde, se puede disfrutar de un tratamiento de spa en el Carillon Miami Wellness Resort o, si se busca algo menos burgués, probar unos azotes con una rama de abedul en los Russian & Turkish Baths.
Por la noche se reserva mesa en el 27 Restaurant para disfrutar de creativa cocina americana moderna en un animado entorno muy a la última. Luego se queda en el frondoso patio contiguo del Broken Shaker para tomar innovadores cócteles; si todavía se tienen fuerzas, se puede ir de fiesta al Liv para bailar con la gente guapa.