Vila Nova de Gaia propone un viaje al nacimiento del oporto, en el s. XVII, cuando los mercaderes británicos transformaron el vino en la copa de sobremesa por excelencia añadiéndole un chorrito de brandy. Las imponentes bodegas en la otra orilla del Duero permiten hacer visitas a los sótanos llenos de barricas, participar en catas o cenar en terrazas con vistas del centro histórico de Oporto.
Se cruza el Ponte de Dom Luís I, con vistas de la ciudad y del Duero. Al otro lado se sale al Jardim do Morro, salpicado de palmeras. Desde aquí se puede tomar el teleférico de Gaia y volver a la orilla.
El Espaço Porto Cruz ofrece una introducción al mundo del oporto, con exposiciones y catas. Luego se puede almorzar con vistas en De Castro Gaia . Acto seguido se visitan bodegas de oporto. Las rivales Graham’s y Taylor’s son las mejores por sus vistas de la ciudad, didácticos circuitos de sus instalaciones y catas.
Con el último sol sobre las fachadas de la Ribeira, se toma un aperitivo en el 360º Terrace Lounge antes de cenar en el estiloso Vinum sobre un cerro.