Lagunas, senderos, playas, un zoo… Lincoln Park es uno de los lugares de recreo favoritos de la ciudad. El circundante barrio homónimo alberga restaurantes de primera, vivaces tiendas y animados clubes de blues y rock. El lindante y atractivo casco antiguo cuenta con bares de corte artístico y el Second City, bastión de la comedia de improvisación.
Se empieza deambulando por Lincoln Park, que cuenta con un zoo ideal para pasar la mañana. Si apetece algo más tranquilo, se pueden contemplar las flores del Lincoln Park Conservatory o las mariposas del Peggy Notebaert Nature Museum.
Para disfrutar del sol, nada mejor que la playa de North Avenue, al sur. Cerca está el Chicago History Museum, donde se exhibe el cencerro de la vaca de la Sra. O’Learay (la res a la que se culpa de haber provocado el Gran Incendio de 1871). Después, se va al casco antiguo por Wells St, llena de curiosas tiendas como la Spice House y La Fournette.
Si tienta un menú de cocina molecular, se recomienda tratar de reservar mesa en Alinea. De lo contrario, se puede dedicar la noche a disfrutar de los monólogos en el Second City, seguido de unas copas en la Old Town Ale House. Más tarde, se cena una pizza en Pequod’s y se escucha blues en el Kingston Mines o el BLUES.