Massarelos, barrio contiguo a Miragaia, junto al río, es más tranquilo, un lugar ideal para escapar de los reclamos turísticos, con amplias vistas y museos particulares. Hay que bajar el ritmo paseando sin prisas por el jardín más fascinante de Oporto o visitar alguno de esos interesantes museos.
Se da un paseo siguiendo el río y parando a ver la Igreja do Corpo Santo de Massarelos, del s. XVIII. Subiendo la cuesta se pasea por los Jardins do Palácio de Cristal, que ofrecen espléndidas especies botánicas y miradouros con vistas de la ciudad. Lo siguiente es el Museu Romântico, donde en tiempos vivió un exiliado rey sardo.
Tras un almuerzo en la Taberna Cais das Pedras, se ven los tranvías de época en el Museu do Carro Eléctrico o se tiene el valor de escalar el Ponte da Arrábida con Porto Bridge Climb.
Se acaba el día tomando unas copas al atardecer en el Miradouro Ignez, una relajada azotea.