El conocido Triángulo del Císter, formando por los monasterios de Poblet, Santes Creus y Vallbona de les Monges, constituye uno de los destinos más conocidos de Cataluña. Y aunque los tres vértices de este triángulo de fama internacional son impresionantes, Poblet, fundado en 1150 y declarado Patrimonio Mundial por la Unesco, es quizá el más extraordinario. Tras el portal exterior, aparece la imponente estructura de la Porta Daurada, abierta en el recinto amurallado; luego se encuentra la fachada del auténtico recinto monástico, con su Porta Reial, abierta entre dos torreones octogonales. Ya dentro del complejo, la iglesia, de casi 100 m de longitud, guarda las tumbas reales de la Corona de Aragón y un espectacular retablo mayor renacentista; también llaman la atención el refectorio, el claustro, la sala capitular, la biblioteca, que ocupa las estancias del antiguo scriptorium de los monjes, y los antiguos dormitorios. Asimismo, hay dos museos, el Museu de la Restauració y el Museu del Palau del Rei Martí, que ilustran sobre la historia y el presente del monasterio. Al ser un cenobio en activo, algunas zonas no están abiertas al público, pero existe una hospedería, inaugurada en el 2010, situada en el mismo lugar donde en el s. XIII se levantaba el antiguo hospital de pobres y peregrinos, donde uno puede quedarse a dormir y vivir una experiencia monástica.