Lo Imprescindible

La Costa Brava

© Simona_Bottone_Shutterstock
Begur, Costa Brava, Cataluña, España

Pequeñas calas rodeadas de acantilados rocosos conforman gran parte del paisaje de la Costa Brava, el tramo litoral más agreste de Cataluña, que se extiende a lo largo de 214 km desde Portbou hasta la desembocadura del río Tordera, cerca de Blanes, frente a un mar azul que, cuanto más al norte, más embravecido se presenta. Esta costa, amada e inmortalizada por pintores y escritores de la talla de Salvador Dalí o Josep Pla, guarda rincones tan singulares como el aislado pueblo de Cadaqués, célebre por su vinculación con el propio Dalí; el golfo de Roses, siempre atento al canto de los pájaros que anidan en el Parc Natural dels Aiguamolls de l’Empordà, uno de los humedales más importantes de la península Ibérica; el archipiélago de las Illes Medes, con un fondo submarino que parece extraído de un reportaje del malogrado Jacques Custeau; Begur, pueblo de aire medieval donde los haya; Calella de Palafrugell, que luce una de las calas más bellas de toda la costa y donde cada verano se oye cantar habaneras mientras se bebe un cremat; Palamós, célebre por sus gustosas gambas de un rojo intenso; Sant Feliu de Guíxols, ciudad de aspecto señorial con un festival de música de talla internacional; o Tossa de Mar, con su propio recinto amurallado frente al mar. Pero la Costa Brava es mucho más que la suma de sus paisajes y localidades, pues en sus playas cada verano se celebran actividades acuáticas de todo tipo y el número de restaurantes de calidad, cuyas cartas se nutren de la mejor cocina marinera y de las típicas recetas ampurdanesas, crece día a día.

 

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