La auténtica zona de bienvenida de Copenhague alberga la estación central, la oficina principal de turismo y la atracción más famosa de la ciudad: los Jardines del Tivoli. Cruzando la calle desde los jardines está la Rådhuspladsen (plaza del Ayuntamiento). Dominada por el ayuntamiento (Rådhus), su diseño está parcialmente inspirado en el Palio, la famosa piazza de Siena.
Al llegar, lo más recomendable es dirigirse a la oficina de información, que ofrece wifi gratis y un mapa de la ciudad con las líneas de autobuses. Enfrente está el Radisson Blu Royal Hotel, obra del maestro danés Arne Jacobsen. Desde allí hay un corto paseo hasta el Rådhus, el fantástico ayuntamiento.
Otro rápido paseo conduce hasta el Nationalmuseet. Tras pasar unas cuantas horas viendo su colección, que abarca varios milenios, se puede almorzar en el Kanal Caféen. También se puede almorzar en el jardín de invierno del Ny Carlsberg Glyptotek antes de admirar sus extraordinarias antigüedades y obras impresionistas.
Para cambiar el arte por la adrenalina, solo hay que cruzar la calle hasta los Jardines del Tivoli. Se aconseja reservar mesa en el animado Gemyse, uno de los muchos restaurantes del Tivoli. Si es viernes y verano, merece la pena quedarse para el concierto gratuito, aunque también puede acabarse el día con una copa de vino artesanal en el Nimb.