Este barrio que bordea el Ringstrasse en la esquina sur del Innere Stadt abarca el sublime teatro de ópera Staatsoper y se extiende hacia el sur, más allá del enorme mercado y paraíso gastronómico de Naschmarkt, en la interesante Vorstädte (zona suburbial), cuyos locales excelentes para comer, beber y bailar rebosan personalidad.
Se empieza en la magnífica Karlskirche observando los frescos barrocos para luego admirar el exquisito Friso de Beethoven que pintó Klimt en el fecundo pabellón de la Secession, dedicado a obras de estos artistas pioneros de comienzos del s. XX.
Después, hay que sumergirse en el bullicio multilingüe, la comida callejera chisporroteante y el toma y daca de los paradistas en el Naschmarkt, o bien comer en unos de sus restaurantes. A continuación, dirigirse al relajado Freihausviertel hacia el sur, donde de repente Viena se convierte en un pueblo con sus cafés bohemios, talleres y tiendas de alimentación atendidas por personas apasionadas.
El muy animado Said the Butcher to the Cow se especializa en hamburguesas, tartas de queso y ginebra. De noche, el telón se levanta para escuchar ópera y música clásica de gran calibre en algunas de las mejores salas de conciertos del mundo, incluida la incomparable Staatsoper, y para recorrer los bares animados que dan fama a esta zona, sobre todo en Gumpendorfer Strasse.