España ignota: viaje en automóvil por Extremadura
A menudo ignorada y subestimada, Extremadura es una de las regiones más fascinantes de España, mezcla de historia revolucionaria y delicias culinarias modernas. Patria de más de un conquistador y pegada a la frontera portuguesa, la región es un lugar donde el pasado está muy presente. En todas partes hay pueblos atrapados en el tiempo, castillos devencijados, monasterios serenos, una campiña bucólica y una deliciosa cocina regional.
El siguiente itinerario de siete días por Extremadura toma Madrid como punto de partida, 3 h al noreste de Cáceres (300 km). También se puede partir desde Sevilla y viajar hacia el norte, o desde Salamanca, e ir hacia el sur. Los mejores meses para visitar Extremadura son abril, mayo y septiembre. Si bien es posible llegar a casi todos estos destinos en autobús o en tren, el automóvil ofrece mucha más libertad y flexibilidad.
Día 1: Cáceres mágica
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Cáceres tiene un ambiente mágico, tanto en el zumbido urbano de la Plaza Mayor como en el dulce tañir de una guitarra en las sinuosas calles de la evocadora Ciudad Monumental, declarada Patrimonio Mundial.
Se accede al casco antiguo a través del Arco de la Estrella, del s. XVIII, y se puede desayunar en el bohemio Los Siete Jardines, para después pasear ante los elaborados exteriores de piedra de majestuosas mansiones y palacios renacentistas, y explorar las plazas de Santa María, San Jorge y San Mateo. El excelente Museo de Cáceres merece una visita, y también se puede recorrer el elegante palacio de los Golfines de Abajo antes de subir a la torre de Bujaco, del s. XII.
Cáceres elabora algunas de las ofertas gastronómicas más deliciosas de Extremadura. Es buena idea darse un festín de tapas españolas e internacionales, muy bien preparadas, como el lomo con torta del Casar, en La Cacharrería, una tapería del casco antiguo muy chic que siempre está llena de gente. La mejor experiencia culinaria de la región la ofrece el lujoso Atrio, y después se puede redondear la velada tomando un cóctel entre los muros cubiertos de hiedra de El Corral de las Cigüeñas o cervezas artesanales en Las Claras.
Dónde dormir
El blanquísimo Atrio es un hotel de diseño de cinco estrellas en el casco antiguo, un alojamiento de ensueño. El Hotel Casa Don Fernando ofrece habitaciones modernas y elegantes en plena Plaza Mayor.
Día 2: al aire libre por el Parque Nacional de Monfragüe
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Hay que madrugar para explorar los espectaculares y sinuosos dominios de este parque de 180 km2 que alberga más del 75% de las especies protegidas de aves de España y constituye todo un paraíso de los ornitólogos. También es una gran zona de recreo, repleta de agradables senderos excursionistas.
Desde el sensacional mirador Salto del Gitano y Castillo de Monfragüe es posible ver buitres comunes patrullando los cielos. Otros alados que piueden avistarse son el águila imperial ibérica, la cigüeña negra o el buitre negro, todos ellos especies amenazadas.
La oficina de visitantes principal del parque está en Villareal de San Carlos, 75 km al noreste de Cáceres. Se puede comer carne típica extremeña en el restaurante Monfragüe de Villareal. En el lado sur del parque, Torrejón el Rubio también tiene un centro de información.
Dónde dormir
A Monfragüe se puede ir como excursión de un día desde Cáceres, pero si al viajero le apetece pasar la noche, la casa rural Monfragüe de Villareal tiene bonitas habitaciones rústicas.
Día 3: Trujillo y las Américas
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Desde Trujillo, 52 km al este de Cáceres, partieron los más famosos conquistadores españoles rumbo al Nuevo Mundo a principios del s. XVI. Así, no sorprende que, dado su pasado, la vetusta Trujillo brille con espléndidos palacios barrocos y renacentistas, elaboradas fachadas de piedra esculpida, aljibes ocultos de época morisca, agujas sinuosas de iglesias y frondosos jardines repletos de buganvílias.
Para reunir fuerzas se puede comer en en la majestuosa Plaza Mayor, bajo la inquisitiva mirada de la enorme escultura de bronce de Francisco Pizarro, en el Mesón La Troya, legendario por sus gigantescas raciones de cocina extremeña. Después hay que explorar el casco antiguo, empinado y amurallado. La iglesia Santa María la Mayor, del s. XIII, y la Casa-Museo de Pizarro, del s. XV, son visitas interesantes para seguir la pista de los cinco hermanos Pizarro, todos ellos conquistadores. La última parada puede ser el misterioso castillo morisco del s. X que corona Trujillo, para después ir a cenar a El 7 de Sillerías deliciosos platos de carne de altísima calidad cocinada al estilo local.
Dónde dormir
La Posada Dos Orillas ofrece bonitas habitaciones de inspiración colonial en una casa reformada del s. XV.
Día 4: la bonita Guadalupe
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El día se dedica a un peregrinaje de 78 km desde el este de Trujillo hasta Guadalupe. La recompensa es el flamante y glorioso Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, construido en el lugar donde, según la leyenda, un pastor del s. XV descubrió una talla de la Virgen en madera de cedro. Los conquistadores extremeños llevaron el culto a la Virgen de Guadalupe hasta el Nuevo Mundo, convirtiéndola en la santa patrona de una gran parte de Sudamérica. Peregrinos de todo el mundo siguen visitando Guadalupe para besar el manto de la estatua de la Virgen.
El monasterio posee una extravagante colección de arte, joyas, manuscritos iluminados y otros tesoros. También pueden visitarse dos claustros exquisitos, uno de estilo mudéjar, de finales del s. XIV, y el otro de estilo gótico.
Dónde comer y dormir
La Hospedería del Real Monasterio ofrece comida y alojamiento en habitaciones antiguas con mucho carisma que rodean el precioso claustro gótico del monasterio.
Días 5 y 6: Mérida romana
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Un giro de 125 km al suroeste de Guadalupe lleva a Mérida, la capital de Extremadura, que cuenta con las mejores ruinas romanas de España y que antaño gobernó la provincia romana de Lusitania. Para verla bien se necesitan dos días. Un tiqué combinado de 12 € permite visitar la mayoría de los puntos de interés.
Se puede empezar con el impresionante Museo Nacional de Arte Romano, antes de visitar el espectacular Teatro Romano, con capacidad para 6000 espectadores y construido en el año 15 a.C. Descendiendo la colina se pasa por el templo de Diana, del s. I a.C., para ir a admirar el elegante Puente Romano y avanzar nueve siglos de golpe al visitar la vecina alcazaba musulmana. Cerca de allí, El Trasiego ofrece deliciosa cocina contemporánea. Otros tesoros históricos incluyen el acueducto de los Milagros, la cripta de Santa Eulalia y el Circo Romano del s. I d.C.
A la hora de cenar, el elegante Tábula Calda elabora platos típicos españoles con ingredientes locales, y La Bodeguilla tienta al comensal con exquisiteces extremeñas, desde sabrosas carnes a la parrilla a bandejas del mejor jamón ibérico.
Dónde dormir
Destacan el nuevo Hostal Emeritae y los apartamentos multicolor de Capitolio.
Día 7: hacia el sur, a Zafra
© www.parador.es
A 60 km de Mérida, hacia el sur, se llega a la calurosa Zafra. De camino se puede visitar el castillo de Feria, del s. XV y recién restaurado, que prosperó con la formidable dinastía local Feria y ofrece vistas impresionantes gracias a su privilegiada posición sobre una colina.
De orígenes moriscos, Zafra tiene un casco antiguo que es una joya bañada por el sol y las flores. Se puede visitar el convento de Santa Clara, del s. XV y de estilo mudéjar, todavía activo, donde reposan los restos de la familia Feria. Para almorzar es buena idea ir de tapeo bajo los arcos de la plaza Grande, llena de palmeras, y la vecina plaza Chica, y después visitar el espectacular patio renacentista de mármol del principal castillo de Zafra, hoy un parador nacional. Para cenar, destacan las carnes tradicionales y los ricos postres de La Rebotica.
El viaje por extremadura se completa 45 km al sur de Zafra, en Monesterio. Este pueblo produce algunos de los jamones más preciados de España y alberga un excepcional Museo del Jamón.
Dónde dormir
En el Parador de Zafra, del s. XV y bellamente restaurado, el viajero dormirá como un rey (o una reina).
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