4 grandes aventuras en el estado malayo
Los acantilados, cuevas y bosques antiguos de Perak, en Malasia, son mucho más que un festín visual. Estos majestuosos paisajes invitan a nadar, ir de excursión, practicar rafting y sudar la camiseta con ganas. Para ir de aventura en este estado malayo solo hacen falta unas botas de montaña y tiempo.
Con forma de media luna, Perak se extiende sobre la esquina noroeste de Malasia peninsular. Los acantilados calizos son su imagen más emblemática, pero Perak es un tapiz de manglares pantanosos, junglas y playas; un territorio tan variado que garantiza el disfrute (y el agotamiento). A continuación, cuatro aventuras para acelerar el pulso…
1. Desaparecer del radar en el Royal Belum State Park
El único sonido audible cuando el barco surca el lago Temenggor es una especie de siseo rítmico. Penetramos en lo más profundo del Royal Belum State Park, una zona natural de 117 500 Ha que se vuelve infranqueable por el nivel del agua. Este tramo de jungla del norte de Perak, en la frontera que separa Malasia y Tailandia, se inundó en 1972, cuando se construía la presa de Temenggor. Conseguir señal telefónica en este remoto parque natural es igual de ‘fácil’ que ver al escurridizo oso malayo.
Royal Belum State Park, Perak, Malasia © Fakrul Jamil Photography / Getty Images
El barco golpea la madera de la rampa de desembarque del Belum Eco Resort, la isla que será mi hogar durante las próximas noches. Mientras el personal del resort amarra el barco, mis compañeros de viaje ya se han quitado la ropa y se lanzan de bomba en el lago. Chapoteamos escuchando el coro de loritos dorsiazules y grillos parlanchines que nos rodea.
Al alba nos calzamos las botas y nos echamos repelente de mosquitos. El transporte en barco y un buen guía excursionista son esenciales en este entorno espeso y pantanoso. El guía nos conduce por una pluvisilva de 130 millones de años, una de las más antiguas del mundo. En ella viven tapires, tigres esquivos y rafflesias, unas de las flores más grandes del planeta. Recorremos senderos resbaladizos viendo pequeñas orquídeas que se achican entre las raíces de los árboles, y los saltamontes pasan volando como helicópteros de juguete junto a nuestras cabezas. Los calaos saltan de rama en rama, sus picos naranjas destacan entre el paraje plomizo.
Cómo llegar: Royal Belum está a 170 km en automóvil al norte de Ipoh, la principal ciudad de Perak (o 150 km al este de Penang). Hay autobuses diarios de Ipoh al pueblo de acceso, Gerik, desde donde se puede tomar un taxi al parque. Las estancias en Belum Eco Resort incluyen el transporte en barco desde el muelle de Pulau Banding Jetty, 42 km al este de Gerik en automóvil.
2. Safari en todoterreno al Kinta Nature Park
“Ningún otro lugar del mundo tiene 10 especies de calaos en un mismo sitio”, declara Jek Yap con orgullo. Para él, un lugareño entusiasta de las aves, la avifauna de Perak no tiene rival. En contraste con el remoto Royal Belum, algunas reservas están muy cerca de las ciudades de Perak, como el Kinta Nature Park.
Kinta Nature Park, Perak, Malasia © Anita Isalksa / Lonely Planet
A unos 20 km al sur de la capital del estado, Ipoh, este antiguo territorio de minería de estaño es un laberinto de árboles bajos y estanques llenos de peces. En el parque viven 130 especies de aves, y es el mayor centro de concentración de garzas y garcetas de la región.
“Los pájaros aparecen al alba y al anochecer”, indica Jek. A pesar de su advertencia, cuando llego al parque en todoterreno ya es de día. Pero tampoco me he perdido mucho: el parque rebosa vida, y casi todos los animales están acostumbrados al sonido del motor del vehículo.
Veo garzas grises sobre verjas, y pequeñas garzas rechonchas que parecen ligeras al posarse sobre finas ramas de árboles. Varanos enormes recorren los senderos. Estoy listo para fotografiar a un abejaruco coliazul, pero su batir de alas color jade es más veloz que el disparador de mi cámara. Es una buena excusa para dejar la cámara y admirar la reserva libre de distracciones.
Cómo llegar: es buena idea contratar al experto guía de Ipoh, Mr Raja, para una excursión guiada en todoterreno al Kinta Nature Park por 400 MYR por persona (mínimo 2 personas). También es posible recorrer en bicicleta algunas zonas del parque.
3. Visitar las cuevas y los rápidos de Gopeng
El techo de Gua Tempurung bosteza sobre mi cabeza. A medida que me adentro en la cueva, una de las más grandes de la Malasia peninsular, mis pasos retumban. Largos husos calizos se yerguen desde el suelo resbaladizo, y del techo cuelgan estalactitas. Entorno los ojos y veo otros excursionistas más adelante, en senderos con poca luz, parecen diminutos junto a los enormes pliegos de roca caliza.
Gua Tempurung, Perak, Malasia © shaifulzamri / Shutterstock
Los excursionistas con frontales no son los únicos que se aventuran en esta cueva de 4,5 km de largo. En los años cincuenta era un escondite comunista, y después los japoneses la usaron como prisión; datos que son minucias en su historia geológica: se estima que la cueva tiene 400 millones de años.
Explorar esta gruta húmeda a pie da tiempo para asimilar su escala: en el punto más alto mide 72 m de altura. También ofrece retos más claustrofóbicos, como vadear entre cámaras de cuevas con el agua helada a la altura del pecho.
Fuera abundan las aventuras acuáticas. El intrépido río Kampar ha convertido al pueblo de Gopeng, a 7 km de la cueva, en un mini centro de deportes acuáticos. Al este de los viejos edificios coloniales de Gopeng, Nomad Adventure Earth Camp organiza salidas por los 22 rápidos del río; tras una excursión por la cueva húmeda, no hay otra forma más enérgica de refrescarse.
Cómo llegar: las excursiones guiadas a Gua Tempurung duran de 40 min a 4 h; conviene reservar las actividades de espeleología. Es buena idea alojarse en Gopeng o sus alrededores para estar cerca del río. Nomad Adventure Earth Camp organiza salidas de ráfting y rápel de cataratas.
4. Las grutas sagradas de Ipoh
Los espeleólogos no fueron los primeros en disfrutar de la tranquilidad de las cuevas. A finales del s. XIX y principios del s. XX, los monjes ermitaños se refugiaron en los acantilados de Perak. Meditaban sobre riscos calizos y vivían en cuevas. Desde aquellos inicios tan espartanos, algunos de ellos se ‘acomodaron’ en grandes recintos de templos.
Templo Sam Poh Tong, Perak, Malasia © CO Leong / Shutterstock
A poca distancia de Ipoh destacan tres templos: Gua Kok Look Tong, con jardines ornamentales y estatuas de Buda en su cueva central, es el más apacible, mientras que Sam Poh Tong es popular por su estanque de tortugas de la suerte. Pero la excursión más interesante es Perak Tong, un templo en una cueva con frescos, 6 km al norte de Ipoh.
El punto más elevado de este conjunto de cuevas, al que se accede por unas escaleras de piedra y senderos espirales que parecen no tener fin, tiene vistas a una embarullada combinación de follaje y expansión urbana. Veo en la distancia las líneas uniformes de las casas de Ipoh, enmarcadas por los árboles que las rodean. Los edificios compiten con la silueta de los acantilados de Perak, mientras las colinas boscosas se perfilan a lo lejos.
Me duelen las pantorrillas de la subida, pero las vistas me inspiran a lanzarme de cabeza a la próxima aventura.
Cómo llegar: si se les pide, los autobuses de Ipoh a Kuala Kangsar paran cerca de Gunung Lang, un recorrido de 3 km desde Perak Tong. Lo mejor es alquilar un vehículo desde Ipoh (hay mucho sitio para aparcar cerca del sendero del templo).
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