Irse de aventura con sorprendentes animales
Si has soñado alguna vez con viajar a lomos de un elefante, recorrer las extensiones heladas del Ártico en trineo de perros, dormir entre osos polares o conocer a las serpientes más peligrosas del planeta, seguro que te interesarán estas propuestas.
1. Mirar a los ojos de un tigre en la India
Quizá ya no sean los reyes de la jungla, pero espiar a un tigre desde el lomo de un elefante es una gran experiencia. Cada vez quedan menos tigres en las junglas de la India, China y el sureste asiático y las reservas de Madhya Pradesh, en la India, son la mejor opción para ver a un bagha (tigre). También se puede visitar Bandhavgarh o el Parque Nacional de Kanha, entre abril y mayo, cuando la jungla está seca y es más fácil que los animales, sedientos, se dejen ver.
Hay excursiones en elefante en Bandhavgarh y el Parque Nacional de Kanha. Para ver tigres hay que salir a primera hora de la mañana o última de la tarde.
2. Haer una inmersión en jaula con el gran tiburón blanco en Australia
Antes de querer remojarse entre tiburones en el océano Antártico hay que saber que algunas de las escalofriantes escenas de Tiburón se filmaron en aguas cercanas a la ciudad de Port Lincoln, en el sur de Australia. Y estas inmersiones se hacen al sur de Port Lincoln, en las islas Neptune, sede de una gran colonia de focas. Primero lanzan cebos al mar para atraer a los tiburones blancos y, a continuación, se sumerge la jaula (45 min) con la persona dentro, que podrá terminar rodeada por una de las criaturas más terroríficas del mundo; las más grandes tienen hasta tres veces el tamaño de un humano.
Calypso Star Charters organiza inmersiones en jaula.
3. Velar tortugas marinas en Nicaragua
Las siete especies de tortugas marinas existentes están en peligro de extinción, en parte por el comercio ilegal de su carne y huevos. Hay proyectos de conservación para garantizar la seguridad de las madres, los huevos y las eclosiones; y, sobre todo de noche, se patrullan zonas de anidamiento cruciales, como el estuario Padre Ramos, una joya nicaragüense ilimitada que acoge casi la mitad del anidamiento de tortugas carey en el Pacífico oriental. Un periodo de voluntariado incluye formación con personal experto y sondeos nocturnos para buscar, medir y etiquetar a madres en proceso de anidación o proteger sus eclosiones (a oscuras, para no desorientar a las tortugas).
Para saber más de la conservación de las tortugas en Nicaragua (y en todas partes) se puede entrar aquí, y para informarse en general sobre la conservación de tortugas marinas en esta web.
4. ‘Mushing’ en Alaska
¿Una vida de perros? ¿Hay algo comparable a pasear por un glaciar de Alaska en un trineo tirado por el mejor amigo del hombre? Todo empieza con un emocionante trayecto en helicóptero a la helada llanura rodeada de montañas del glaciar Mendelhall. Quizá el viajero vea osos en los prados y orillas del río antes de divisar a los más de 400 perros del campamento canino del glaciar. Por sus ladridos parece que a estos laboriosos canes les encanta su trabajo. El recorrido en trineo es trepidante y los perros surcan el glaciar con expectación; algunos han participado en la Iditarod, la famosa carrera de resistencia, por lo cual para ellos este corto trayecto no es más que un paseíllo y están encantados.
Una sugerencia: hay que preparar la aventura para el mes de marzo, y así coincidir con la llegada de los participantes de la Iditarod a la línea de meta. Más información aquí.
5. La carrera de caballos más dura del mundo: el derbi mongol
La mejor forma de recorrer la inmensidad de la estepa de Mongolia es hacerlo como Gengis Kan: a caballo. El derbi mongol es el evento deportivo que Gengis Kan organizaba para sus tropas, una carrera de 1000 km por las estepas de Mongolia. Los caballos se cambian con frecuencia y hay veterinarios que velan por su bienestar, pero el jinete recorre toda la distancia sin comodidades; solo puede llevar un kit de emergencias de 5 kg, y dependerá de los criadores de caballos de la zona para refugiarse en sus yurtas y comer. Conviene acostumbrarse a la leche fermentada de yegua; durante la carrera se bebe hasta la saciedad.
Si la carrera es demasiado dura, Mongolia es perfecta para que los versados en hípica compren o alquilen un caballo y hagan rutas independientes.
6. Seguir el rastro a los chimpancés en Tanzania
Fue Jane Goodall, pionera en la investigación de estos primates, quien puso en el mapa el Parque Nacional de Gombe Stream al cautivar al mundo entero con sus crónicas sobre el comportamiento de los chimpancés locales. Sentarse entre los árboles del bosque y ver a estos animales usando herramientas para conseguir comida es impresionante porque son una de las especies más próximas a la humana. Aunque se pasa poco tiempo con los animales, la experiencia es inolvidable. Varias compañías ofrecen safaris fotográficos de chimpancés en Gombe. La mejor época es la seca (jun-oct).
7. Safari de serpientes en Kenia
Si el viajero es de los que cree que recorrer Kenia en busca de las serpientes más letales de África es una buenísima idea, esta aventura está hecha para él. Conduciendo por los parques o caminando por la jungla estará siempre alerta a medida que el experto guía que le acompaña le descubra cobras, víboras, pitones y demás serpientes. Por muchas de estas increíbles criaturas que se vea, uno nunca se acostumbrará; incluso el último día, cuando vea a la imponente mamba verde deslizarse por un árbol cercano, los pelos se pondrán de punta.
Bio-Ken Snake Farms organiza safaris de serpientes de entre 3 y 12 días alrededor del Parque Nacional de Tsavo East.
8. Pastorear toros salvajes en los Andes
Se puede acompañar a los chagras (vaqueros ecuatorianos) en el rodeo anual del ganado por los Andes. Los jinetes van en línea para arrear al ganado por los valles. Hay que tener cuidado con usar el tradicional poncho rojo: la mayor parte del ganado son toros bravos. Los corrales son perfectos para practicar con el lazo atrapando cabestros y caballos salvajes destinados a la yerra. Además, hay banquetes de carne a la brasa, bailes con rasgueo de guitarras y mucha bebida.
El ganado suele bajarse a finales de enero. Hay que prepararse para el clima de montaña y las duras condiciones de monta.
9. Dormir entre osos polares, Canadá
La ciudad de Churchill (Manitoba) no es un buen sitio para salir a fumar un pitillo o tomar el aire en plena noche. Esta remota localidad está en la ruta migratoria de los osos polares, que abandonan la tundra estival para pasar el invierno cazando focas entre el hielo de la bahía de Hudson. Churchill ha desarrollado una industria turística en torno a los osos. Tras ver durante el día alguna de estas poderosas bestias de las nieves, se podrá pasar la noche entre ellas en los tundra lodges: habitaciones sobre una plataforma móvil en mitad de la tundra. Hay mucha seguridad, pero siempre surge la duda cuando se oye un golpe seco en la noche.
A Churchill se llega en avión o tren desde Winnipeg. Más información sobre los tundra lodges aquí.
10. Rodearse de animales extraños en El Pantanal, Brasil
El Pantanal es el lugar indicado para observar la flora y fauna de Brasil sin una densa capa vegetal de por medio. Al navegar por el río Cuiabá, uno de los afluentes más ocultos del Amazonas, uno puede apreciar la fantástica biodiversidad del país en todo su esplendor: un martín pescador cazando, un caimán que asoma la cabeza con sigilo, una nutria gigante haciendo piruetas, una capibara refrescándose, un tapir saciando su sed... y, de repente, un jaguar con los ojos clavados en el viajero. En definitiva, una aventura sin igual.
Entre mayo a septiembre, las temperaturas son más suaves y las zonas húmedas disminuyen, por lo que los animales se concentran en espacios más reducidos.