Dejarse llevar por la música, según la cultura italiana
- Secreto para la serenidad Usar el poder de la música
- Tradición Canto gregoriano
- Momento Cualquiera
- Origen Italia y Francia
Alarmas irritantes, autobuses que chirrían, tonos de teléfonos rompiendo la paz, estridentes canales de televisión bombardeando noticias las 24 horas… No es de extrañar que la plaga acústica de la vida moderna acarree todo tipo de consecuencias negativas, desde zumbidos hasta hipertensión o problemas cardíacos.
Retrocedamos un milenio e imaginemos vivir en un monasterio aislado en la cima de una montaña, sin la intromisión de sonidos artificiales. Y ahora intentemos crear un género musical melódico que acerque a todo el público hasta lo sagrado por la gracia de tus cuerdas vocales.
Aunque la música sacra cristiana existe desde la época del Nuevo Testamento, el canto gregoriano no surgió hasta los ss. IX y X cultivándose en monasterios y abadías benedictinas de Italia (y Francia) sobretodo, aunque su popularidad se extendió hasta los confines del mundo conocido, sentando las bases de toda la música occidental.
La electroencefalografía ha demostrado que este canto genera una mayor actividad de ondas alfa (las que se crean cuando una persona medita). Además, ayuda a mitigar el triunvirato de las dolencias modernas: hipertensión, taquicardia y ansiedad.
Si no entra en tus planes irte a un monasterio, no importa. Hay muchas maneras de obtener los mismos efectos.
Como bien saben las madres y los padres cuando crían a su bebé, cualquier canto suave genera bienestar. Y si el canto gregoriano no es tu estilo, siempre puedes buscar otro género musical cerrar los ojos, escuchar con atención y dejarte llevar por la música.