Nápoles, la ciudad italiana que hay que visitar ahora
Con su sólida red social y vecinal, una cultura callejera en estado puro y una arquitectura que se desmorona, Nápoles atrae a quienes quieren ver la cara más salvaje e indómita de Italia.
En el s. XX iconos culturales como Hemingway, Pablo Neruda y Andy Warhol ya se dejaron seducir por Nápoles; en la actualidad, jóvenes artistas y autores que marcan tendencia también se sienten atraídos por esta ciudad, cautivados por el retrato vital y duro de la ciudad que pintan novelas como La amiga estupenda, de Elena Ferrante, o Gomorra, de Roberto Saviano.
En este artículo te contamos por qué Nápoles se ha convertido en una ciudad ‘cool’ de referencia.
Bares con ambiente y conciertos improvisados en Nápoles
El encanto de la vida nocturna napolitana no se halla en los bares modernos con muebles de palés y bombillas desnudas, sino en la total ausencia de locales de este tipo. Al caer la noche, lo que hacen los napolitanos es salir a la calle y arremolinarse alrededor de los bares y cafés de la Piazza Bellini. En el flanco oeste, los estudiantes se dan cita en el Caffè Dell’Epoca por su famoso Aperol spritz a 2 € y después van a bailar ritmos africanos a Teranga. Quien prefiera cócteles y música en directo los encontrará en los bares sofisticados del flanco este de la plaza, en locales como Nea, que de día es una galería de arte, y en la frondosa Intra Moenia, que también funciona como editorial.
Triptease, sesión experimental de DJ en Spazio Intolab © Spazio Intolab
En los bassos (los minúsculos apartamentos en la planta baja de algunos edificios) de los Quartieri Spagnoli (el barrio español) se improvisan conciertos; y las sesiones experimentales de DJ en Spazio Intolab –una fábrica de lana abandonada cerca de la estación– atraen a multitudes, pero los ya iniciados saben que cada noche de la semana invita a salir a la calle y visitar un bar distinto cada vez: los miércoles el cavernoso Buco Pertuso acoge a bandas emergentes y sirve copas baratas; los jueves Francesco Sepe abre hasta tarde su Antica Cantina Sepe, el negocio familiar, con motivo de sus noches ‘Aperisepe’, donde sirve vino a 1,50 € y las berenjenas a la parmigiana que prepara su mamma; y los viernes, frente al Spiedo D’Oro, Enzo, su querido propietario ofrece pequeños conciertos.
El ‘aperitivo’ del Chandelier, Nápoles © Sophia Seymour/Lonely Planet
Los napolitanos adinerados van a tomar el aperitivo de antes de la cena a una zona más selecta, Chiaia, junto al mar. Sus calles estrechas, conocidas como baretti, están llenas de coctelerías como Antiquario y Chandelier, donde los negronis se acompañan de un banquete a base de charcutería y ensaladas.
Arte urbano subversivo y galerías vanguardistas de Nápoles
Entre garabatos amorosos, tags de grafiteros y manifiestos de protesta, el arte urbano de artistas locales e internacionales decora algunas de las paredes de la ciudad. Incluso el alcalde de Nápoles ha manifestado su apoyo a este tipo de arte desde su perfil de Facebook, escribiendo que el arte urbano encaja con “el impulso social y de revolución política de la ciudad”. En la Piazza dei Girolamini, en pleno centro histórico, se puede ver un Banksy –el único que hay en Italia– que representa a una madonna (una virgen) en tonos grises y azules con una pistola en la cabeza en lugar de la clásica aureola.
La ‘madonna’ con pistola de Banksy en Nápoles © www.visitnaples.eu
El dúo autóctono Cyop & Kaf ha pintado más de 220 murales en fachadas y persianas de tiendas, y también en algunas esquinas de los Quartieri Spagnoli. Con imágenes planas en bloques de color, sus murales muestran a personajes surrealistas, oníricos y a menudo inquietantes que hacen referencia al folclore local y subvierten las fuerzas de opresión, incluida la mafia local. En las afueras Jorit Agoch ha pintado un retrato gigante del futbolista Maradona –toda una deidad terrenal para los napolitanos– en la fachada sur de un bloque de apartamentos de 10 pisos. En el extremo opuesto del edificio se encuentra el mayor retrato jamás pintado de la cara del Che Guevara.
Mural de Cyop & Kaf en el Parco don Gallo de Nápoles © www.cyopekaf.org
El caché cultural de la ciudad y la abundancia de estudios a buen precio atrae de vuelta a los artistas napolitanos que hace un tiempo abandonaron la ciudad. La artista y comisaria de exposiciones Raffaela Naldi Rossano lidera el ‘Sibilla Cabinet’, un movimiento ecofeminista (que combina el ideario feminista con el ecológico) y una librería de teoría crítica en su propio espacio artístico, una galería. Invita a artistas y escritores para que visiten la ciudad y participen en su programa Residency 80121, que gira en torno a una charla sobre qué significa vivir en Nápoles; porque, como ella misma explica, “Aquí nada se puede dar por seguro”.
Artistas locales como el colectivo Fake Gallery y &nd Project Napoli ofrecen una serie de espectáculos, inauguraciones y eventos en locales que improvisan. Recientemente, el estatus de estrella emergente de la ciudad quedó avalado por la llegada de la prestigiosa Thomas Dane Gallery londinense. Como Naldi Rossano, Dane también invita a artistas internacionales a pasar una temporada en Nápoles y exponer sus obras en la galería, contribuyendo así al pujante tirón artístico de la ciudad.
Nápoles, pionera de lo ‘vintage’ y ‘boutiques’ con carisma
El concepto de la moda vintage nació en Nápoles durante la II Guerra Mundial, cuando los napolitanos ingeniosos recogían los uniformes del ejército aliado para reciclarlos y venderlos en el mercado negro. Per Voi Giovani, una diminuta tienda de inspiración modernista que es toda una joya y está situada detrás de la estación de Nápoles, vende ropa vintage a artistas y músicos desde los años sesenta. Hileras de camisetas, chaquetas y pantalones ordenados por colores llenan sus estanterías. Hay más tiendas vintage en Via Mezzocannone, la estrecha calle estudiantil que discurre entre las dos universidades de la ciudad, Il Federico II y L’Orientale. A medio camino, a mano derecha, se encuentra Retrophilia, una boutique luminosa y amplia que vende una cuidada selección de ropa de mujer.
Interior de la ‘boutique’ Materia Mediterranea © Sophia Seymour / Lonely Planet
El director de cine Pier Paolo Pasolini admiraba la capacidad de Nápoles por sucumbir al consumismo masivo, y la ciudad cuenta con una plétora de pequeñas boutiques independientes que siguen gozando de muy buena salud. Un patio modesto alberga el curioso taller Ospedale delle Bambole (Hospital de las muñecas) y la elegante boutique Materia Mediterranea, que vende obras de arte, cerámica y joyas hechas a mano por artesanos locales. En Via Toledo se pueden comprar oro antiguo y joyas de coral en la histórica Leonardo Gaita, con sus paneles de madera, y también en la hilera de locales minúsculos y pasados de moda de Via San Biagio Librai. Sastres que confeccionan trajes de caballero a medida como Mariano Rubinacci o Camiceria Piccolo, y artesanos de los paraguas como Talarico llevan más de un siglo equipando a equipando a dandis de toda Europa.
Cálida acogida en apartamentos y B&B de propietarios napolitanos
En Nápoles abundan los alojamientos interesantes, y las mejores opciones son las que destacan por aunar ubicación, diseño, confort y anfitrión. The Church es un apartamento en el Palazzo Marigliano, uno de los palacios más aristocráticos del centro histórico. Las habitaciones, amplias y luminosas, contienen muebles recuperados y reutilizados por obra y gracia de los anfitriones, un grupo de amigos que disfruta creando un entorno acogedor y ofreciendo un delicioso desayuno en la terraza con vistas a los tejados de terracota del casco antiguo de la ciudad.
Detalle de una de las estancias de Casa del Monacone, Nápoles © www.casadelmonacone.it
Casa del Monacone es un antiguo convento transformado en B&B por el diseñador napolitano Riccardo Dalisi y un equipo de jóvenes napolitanos. Esta amueblado con piezas únicas a base de muebles antiguos y azulejos de mayólica pintados de fabricación local. Situado junto a la Basilica Santa Maria della Sanità, el B&B forma parte del proyecto La Paranza, liderado por el párroco local, el padre Antonio. El objetivo de La Paranza es implicar y dar empleo a los jóvenes de La Sanità, una zona que antaño estuvo plagada de violencia y que ahora se halla en pleno renacimiento.
Cerca de allí, Casa D’Anna eleva a nuevas cotas el concepto de la decoración de interiores elegante: este lujoso B&B está lleno de pinturas, libros y tesoros napolitanos; y por las mañanas los huéspedes se despiertan con el aroma del pan recién horneado que les aguarda en el desayuno.