Ruta por 7 locales de Madrid
La calle Ponzano, repleta de bares de tapas y coctelerías, en el madrileño barrio de Chamberí, ha visto catapultada su popularidad en los últimos años. De hecho, incluso existen varios hashtag como #ponzano o #ponzaning que tienen mucho movimiento en las redes sociales y están relacionados con los bares de toda la vida, las tapas contemporáneas y el ambiente alegre, sellos distintivos de esta calle.
Como la gente que sale de fiesta pasa por varios locales en una misma noche, la variedad de opciones –desde bares ruidosos hasta restaurantes románticos– realza el atractivo de Ponzano.
A continuación, un repaso a 7 de los mejores locales que alberga esta calle madrileña:
1. Micheladas y margaritas en Taquería La Lupita
La pintoresca barra de Taquería La Lupita, calle Ponzano, Madrid, España © www.lalupita.es
Taquería La Lupita, en la esquina de las calles de Ponzano y Maudes, sirve comida mexicana sencilla a quienes buscan algo diferente a las típicas tapas. Los clientes la visitan para saborear tacos de carne y micheladas (cerveza con zumo de limón y especias), mientras calaveras de colores caleidoscópicos del Día de los Muertos les vigilan desde los estantes de la barra. En caso de duda, el camarero aconseja al comensal para escoger entre los tacos de carne de cerdo, ternera, pollo o pescado (para quienes no comen carne suele haber alguna opción vegana).
Cuando la noche se anima, la comida se convierte en algo secundario a medida que la clientela consume ronda tras ronda de Dos equis y cócteles. Durante los fines de semana, la margarita gigante, una enorme bebida a compartir entre seis personas, suele hacer su aparición estelar.
2. Cervecería El Doble: cerveza de toda la vida, bar de toda la vida
Cervecería El Doble, calle Ponzano, Madrid, España © Cassandra Gambill / Lonely Planet
Bien situada junto a la estación de metro Alonso Cano, la Cervecería El Doble sirve tapas y copas a su clientela habitual desde 1987. Con luces brillantes y la gente pidiendo rondas y más rondas de cerveza, El Doble es un sencillo bar de barrio que cualquiera quisiera tener en su calle.
Es el típico bar de toda la vida donde la gente arroja las servilletas de papel al suelo y lleva la cuenta de las cervezas que se ha tomado (porque se lo preguntan a la hora de pagar); pero por encima de todo este bar es famoso por su cerveza de barril, que se sirve como una generosa doble (dos veces la cantidad de la clásica caña, de 200 ml). Lo normal es acompañarla con algo para picar, como patatas fritas con anchoas o mejillones en conserva. Si el bar de Alonso Cano está lleno, se puede ir al otro que tienen unas manzanas más arriba, en el número 58 de la calle de Ponzano.
3. Taberna Averías: pequeño, pero merece la pena apretarse
Las recomendaciones de la Taberna Averías apuntadas en la pizarra, calle Ponzano, Madrid, España © Cassandra Gambill / Lonely Planet
Solo hay un bar de la calle de Ponzano que no sirve cerveza de barril: la Taberna Averías. De hecho, y con sus más de 400 vinos por copas, esta bodega se define sin complejos como “un culto al vino”. Sus simpáticos propietarios y empleados son gente apasionada, gustosa de aconsejar al cliente para que descubra algo nuevo para su paladar; y si un vino no gusta, solo hay que explicarles qué se está buscando.
Con una carta de manjares creada por la mente pensante de La Tasquita de Enfrente, la comida destaca por sí sola. Embutidos, quesos y salmón ahumado son solo algunos de los bocados con los que se puede acompañar una copa de tinto o de blanco. Y, por supuesto, también hay muchos vinos dulces para la hora del postre.
4. Ambiente joven en La Malcriada
La barra principal de La Malcriada, calle Ponzano, Madrid, España © Cassandra Gambill / Lonely Planet
Abierto a diario desde el mediodía hasta tarde, La Malcriada vive su mejor época gracias a una fiel clientela de universitarios y treintañeros. Con suelos de madera, paredes de obra vista y azulejos de inspiración ibérica, su sencilla decoración es reflejo de la actual estética industrial y, a la vez, un guiño a sus raíces.
Entre semana suele haber un ambiente tranquilo, con amigos que comparten copas y tapas como las bravas picantes, la ensaladilla rusa o las croquetas de setas. El fin de semana la cosa se anima mucho, el local se llena y la clientela ocupa incluso la calle.
5. Buen café en Rebel Café
Una de las máquinas de café del Rebel Café, calle Ponzano, Madrid, España © www.ebelcafe.business.site
Hipsters, nómadas digitales y modernos profesionales locales quedan unidos por su amor al café en el Rebel Café. Es un buen sitio para tomar un expreso, un café con leche, un café con hielo o incluso un café preparado con una cafetera AeroPress o una Chemex.
Con su acogedor interior de sillas antiguas y madera reciclada, el Rebel Café es una tentadora incorporación a las rutas de bares de la calle de Ponzano. Las tartas son caseras, y también hay sándwiches, rollitos y cuencos de açaí por si alguien necesita una dosis de energía. A última hora de la tarde se puede disfrutar de sus cervezas artesanales.
6. DeAtún, sabroso local monotemático
El interior de DeAtún, con siluetas de atunes en las paredes, calle Ponzano, Madrid, España © Daniel Welsch / Lonely Planet
Los amantes del pescado no deberían perderse DeAtún, un local con una carta compuesta casi por completo por platos con atún. Con un ambiente limpio, de estilo andaluz moderno, y música flamenca sonando por los altavoces, es como un pedacito de Cádiz en Madrid.
El atún rojo de los platos es muy fresco y procede de la costa sur; y se puede comer en tapas o como platos completos, si se prefiere. Destacan la tostada con mayonesa de wasabi y trufa negra, el tártar y el tataki. Incluso el vino de la casa, un tinto de Cádiz con mucho cuerpo, tiene un nombre que hace referencia al pez protagonista del local: ‘Sangre de Atún’.
7. Cócteles clásicos y modernos en Catarsis
Las ‘pociones mágicas’, alineadas en los estantes de Catarsis, calle Ponzano, Madrid, España © Daniel Welsch / Lonely Planet
Lo primero que se ve al entrar en Catarsis es el montón de botellas de ‘pociones mágicas’ que se alinean en los estantes que hay detrás de la barra. Son cócteles originales, elaborados con hierbas aromáticas, frutas y otros ingredientes macerados o infusionados con ginebra, ron o whisky. La dilatada experiencia mixológica de los baristas no conoce rival, y entre sus especialidades se incluye el gin-tonic con fruta de la pasión y mango picante.
Algunas copas se sirven con un estilo de lo más inusual: si el viajero siempre ha querido beber de una zapatilla de cristal o tomar un cóctel con un mini flotador hinchable de piscina, Catarsis es su bar ideal. Y si no, no pasa nada: también se pueden pedir los cócteles clásicos de toda la vida.
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