Atracciones que los niños disfrutarán
Explorar los templos de Angkor, toparse cara a cara con un elefante, pasear en barca por el Mekong o un recorrido en tuk-tuk... Cualquier excusa es buena para disfrutar del país de la eterna sonrisa, un destino muy adecuado para explicar a los más pequeños dónde se sitúa el continente asiático. El aliciente final será reservar unos días de playa y descanso. ¡A los exploradores en ciernes (y a sus padres trotamundos) les va a encantar!
Templos y yacimientos extraordinarios
Los templos y los yacimientos son los principales puntos de interés de Camboya, y convertirán a los pequeños viajeros en intrépidos Indiana Jones.
- Angkor Wat, pero también el Ta Prohm o el Beng Mealea, más curiosos, parcialmente engullidos por la vegetación.
- El Palacio Real en Phnom Penh, sobre todo la pagoda de Plata, con su impresionante suelo de baldosas de plata y sus budas.
Vida en la selva
La posibilidad de disfrutar del contacto con la naturaleza y la fauna convertirá con toda seguridad el viaje en una experiencia inolvidable.
- Caminar con elefantes por su hábitat natural y conocer su historia y su comportamiento en el Elephant Valley Project.
- Salir a observar (¡no siempre con éxito!) delfines del Irawady en el río Mekong, en los alrededores de Kratie.
- La Reserva de Fauna de Phnom Tamao, al sur de la capital, para conocer la fauna del país, también los tigres y los osos malayos.
- Un viaje organizado por el corredor de conservación de Koh Kong, desde los montes Cardamomos hasta la selva virgen tropical poblada de animales.
Chapuzones de todo tipo
Ninguna aventura viajera está completa sin una buena dosis de diversión acuática. Y en Camboya el viajero puede sumergirse sin fin.
- Natación, submarinismo o salidas en barcas banana por las playas de Sihanoukville, especialmente en las populares Ochheuteal y Serendipity.
- Jugar a ser un náufrago en las playas prácticamente vírgenes de la islas próximas a Kep.
- El parque acuático de Phnom Penh, con sus piscinas y toboganes.
- Un chapuzón en la famosa cascada de Bou Sraa (Mondulkiri) en plena selva.
- Sumergirse en las aguas cristalinas del lago volcánico Boeng Yeak Lom, uno de los lugares más bonitos del país.
Conocer otras formas de vida
El viaje es una manera fantástica de acumular y afianzar conocimientos sobre el mundo y sus habitantes, y este país es un maravilloso museo al aire libre.
- Un crucero por el lago Tonlé Sap para explorar la aldea flotante de Chong Kneas y el espectacular bosque anegado de Kompong Phluk, con palafitos.
- El museo cultural rural camboyano en Siem Reap, con sus pueblos reconstruidos y réplicas en miniatura de los monumentos más importantes.
- Pernoctar en una casa particular en una aldea de Mondulkiri para conocer la cultura del pueblo phnong.
Lo que hay que saber
Mejor época de visita
Se puede visitar Camboya todo el año, pero el mejor momento es diciembre y enero, cuando la humedad disminuye y el calor, que puede sobrepasar los 40°C, no es tan intenso. La estación lluviosa (de junio a octubre) está bien, ya que los aguaceros duran poco.
Precios
Camboya es económico, más que Tailandia, y por un precio asequible se puede comer bien y dormir en cómodos alojamientos. La moneda preferente son los dólares estadounidenses (la única que aceptan los hoteles), pero si se paga con rieles, la comida y los pequeños artículos cuestan menos. Quien visite Angkor debe saber que la entrada de un día cuesta 20 US$, la de tres 40 US$ y la de una semana 60 US$. A ello hay que sumar el transporte hasta el lugar, desde y por los alrededores de las ruinas; además, la comida y las tiendas próximas son más caras de lo normal.
Consejos de salud
- La malaria está presente todo el año salvo en Phnom Penh y por Tonlé Sap, Siem Reap. Se recomienda un tratamiento preventivo y llevar protección (aerosol, mosquiteras), que además servirá para evitar el dengue.
- Las instalaciones sanitarias son adecuadas en ciudades y pueblos. En otros sitios, es mejor acudir a un médico que ir al hospital.
- No se puede beber el agua del grifo.
Cómo desplazarse
La red de autobuses es amplia y los vehículos suelen ser cómodos. Se deben evitar los microbuses en zonas rurales porque los conductores pueden ser temerarios. Navegar por vías fluviales es divertido, pero antes hay que averiguar si las embarcaciones cumplen con las normas de seguridad; la mayoría de las que navegan entre Phnom Penh y Siem Reap no ofrecen garantías suficientes. A los niños les encantará subirse a un cyclo (rickshaw a pedal), tuk-tuk o remork-moto (moto con remolque). Si se alquila un automóvil, se recomienda hacerlo con conductor. Los ferrocarriles solo transportan mercancías.
Advertencias
- En el campo aún quedan minas diseminadas. Hay que impedir que los niños, bajo ningún concepto, salgan de los senderos.
- En la capital el tráfico es peligroso; para cruzar la calle siempre hay que agarrar de la mano a los niños.
- Cuidado con los ladrones en las playas de Sihanoukville.
Un dato gastronómico
Como no podía ser de otra manera, el arroz es el rey. A los niños les gusta al vapor, frito o como gachas (bobor), que se sirve con pollo o pescado a la parrilla. Conviene tener cuidado con las especias, que podrían disuadirles de algunos platos. Entre comidas se pueden probar algunos dulces como akao (albóndigas de arroz glutinoso y azúcar de palma). La fruta exótica, como el mango y el rambután, también conocido como lichi peludo, seguro que apetece a los más jóvenes.