Un viaje a Austria en familia

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Familia en los Alpes, Austria

Atracciones que los niños disfrutarán

En el país de Mozart y la emperatriz Sisí, los numerosos castillos entusiasman a los más jóvenes, que se divierten desentrañando las historias que esconden en su interior. Las montañas invitan a actividades al aire libre tanto en invierno como en verano y se puede nadar en lagos maravillosos. Los pueblos impecables y el ambiente acogedor convierten Austria en un buen capítulo inicial para aquellos padres que se estrenan en la aventura de los viajes en familia.

Recuerdos de emperadores, príncipes y princesas

Austria ofrece altas y adictivas dosis de historia, arte y cultura. Se podrán recorrer interesantes episodios de la apasionante historia europea:

  • En Viena, el Museo Sisí, sito en el palacio de Hofburg, atesora retratos y vestidos de la famosa emperatriz.
  • El palacio Schönbrunn, antigua residencia real de verano, acoge un museo pensado para niños. Documenta el día a día de los infantes cortesanos y al final de la visita uno se puede disfrazar.
  • Un recorrido en coche de caballos por las calles de Viena permite que los más pequeños se sientan parte de la historia.
  • La Kaiservilla, otra residencia real de verano, está en un bonito parque de la localidad termal de Bad Ischl, en Alta Austria.

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Hallstat, Austria © Club4traveler / Shutterstock
 Hallstat, Austria © Club4traveler / Shutterstock

Un ambiente de cuento

En Austria las postales no se compran sino que se ven en directo. El paisaje, la arquitectura y el urbanismo contribuyen a unos decorados de ensueño:

  • Casas pintadas, aldeas rurales, iglesias barrocas con campanas, floristerías y pastos verdes donde pacen las vacas: esta tierra remite a un pasado de fantasía, especialmente en el Tirol, cuna de muchas tradiciones austríacas.
  • Los castillos de Salzburgo: la fortaleza Hohensalzburg, accesible en funicular, y el palacio Hellbrunn, con sus caprichosas fuentes, son una visita obligada.
  • La casa de Mozart, es una buena manera de convertir a los angelitos de la familia en melómanos.

Entretenimiento a medida

Viajar no está reñido con la diversión, más bien todo lo contrario. Y en Austria hay unas cuantas maneras de pasar momentos muy divertidos:

  • En el teatro de marionetas de Salzburgo se asiste a piezas de ópera clásica interpretadas por marionetas de madera.
  • El Prater, el enorme parque de Viena, acoge atracciones, como la famosa gran noria, y el teatro de marionetas.
  • Los espectáculos de la Escuela Española de Equitación, centro ecuestre de fama mundial, son todo un clásico que entusiasmará.

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El Prater, Austria © Tiny Ivan / Shutterstock
 El Prater, Austria © Tiny Ivan / Shutterstock

Actividades al aire libre

El paisaje es uno de los alicientes de Austria: naturaleza en estado puro que además permite practicar todo tipo de deportes:

  • Esquí de fondo y alpino son pasatiempos nacionales, sobre todo en el Tirol y los Alpes austríacos. Las estaciones de Filzmoos (región de Salzburgo) y Heiligenblut (Carintia) son especialmente aptas para familias.
  • Los 50 000 km de senderos señalizados por todo el país son ideales para caminar, y la magnífica red de carriles bici hará las delicias de los ciclistas.
  • Nadar en los lagos cuando hace buen tiempo, por ejemplo, en el lago Neusiedl, o “mar vienés”, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es muy tentador.
  • La isla del Danubio en Viena, con sus playas seguras y actividades recreativas encantará a los más pequeños.

Excursiones para intrépidos

Para los que quieran ir más allá y plantearse algún reto, Austria guarda un par de secretos que interesarán mucho a los más valientes:

  • En la mina de hierro de Erzberg se pueden explorar las galerías subterráneas y, para añadirle emoción, asistir a una recreación, con luz y sonido, de una explosión. Además, hay un circuito en camión minero por la superficie de la cantera abierta.
  • Las cuevas Eisriesenwelt son las mayores cuevas glaciares del mundo abiertas a los visitantes.

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Parque Nacional Hohe Tauern, Austria © auphoto / Shutterstock
 Parque Nacional Hohe Tauern, Austria © auphoto / Shutterstock

Lo que hay que saber

Mejor época de visita

La temporada de deportes de invierno abarca desde mediados de diciembre hasta marzo. Las estaciones de esquí están abarrotadas (y son más caras) durante las fiestas navideñas. El resto del año se puede disfrutar plenamente del rico entorno natural, ir en bicicleta y nadar en los lagos. La mayoría de los festivales importantes se celebran entre mayo y octubre.

Precios

La grandeza austríaca tiene un precio. Resulta un destino bastante caro si se compara con la vecina Italia, pero no tanto como Suiza. El transporte y los restaurantes son un gran gasto, pero se ofrecen generosos descuentos para niños. Las pensiones suponen una buena opción viajando en familia, y en verano muchos hoteles y pensiones de Viena ofrecen alojamiento gratis en bed and breakfast para hasta dos niños menores de 12 años que compartan habitación con sus padres. Los puestos de salchichas permiten comer rápido y barato.

Cómo desplazarse

Si se viaja en automóvil, hay que comprar una pegatina (vignette) para colocarla en el parabrisas, que permitirá circular por autopistas y algunas carreteras. Se venden en la frontera, estaciones de servicio, oficinas de correos y en internet. Los amantes del ciclismo disponen de miles de kilómetros de carriles bici. Las bicicletas se pueden alquilar en una estación de trenes y dejarla en otra, lo cual resulta muy útil. Durante las vacaciones escolares y los domingos, los niños de hasta 15 años viajan gratis en el transporte público. El resto del año los menores de 6 años viajan gratis y los de entre 6 y 16 años a mitad de precio. 

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 'Schnitzel' con patatas fritas, Austria © Magone / Getty Images

Un dato gastronómico

A los niños les encantarán los Schnitzel –carne rebozada, presente en todas las cartas– sobre todo el Wiener Schnitzel, el filete de ternera vienés. Disfrutarán con la gran variedad de salchichas (Wurst) de los restaurantes y puestos callejeros. Los platos se suelen servir con patatas. Los postres austríacos gozan de una merecida fama; los pequeños sibaritas adorarán el Apfelstrüdel (pastel de hojaldre con manzana y uvas pasas) y la Sachertorte (una especialidad vienesa elaborada con chocolate y mermelada de albaricoque).

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