Comer en los nuevos espacios ‘foodies’ de Madrid
El nuevo atractivo turístico de Madrid son sus mercados, los nuevos y los de siempre. El primero fue el Mercado de San Miguel, que hoy forma parte de cualquier ruta turística; y hay más de una docena de nuevos espacios entre los cuales hay de todo: más o menos sofisticados o auténticos, con aire neoyorkino o ecológico, pijos o de barrio, con piscina y teatro, con vistas o sin ellas… y están en todos los barrios.
Hay pocas cosas tan castizas y típicamente madrileñas como sus mercados de barrio. Los grandes supermercados no han borrado ni un solo de los encantos de la antigua tradición de ir a comprar a la frutería, la carnicería o la pollería de toda la vida.
Pero a estos espacios también les llegó hace unos años el momento de renovarse para atraer nuevos clientes, y cada uno lo ha hecho a su manera: algunos se han reconvertido en espacios gourmets donde los turistas acuden en masa; otros conservan los viejos puestos y los alternan con propuestas diferentes, desde un bar de sushi hasta una librería de intercambio o una galería de arte. También los hay de nueva creación aprovechando viejos teatros o edificios originales, y dirigidos al gourmet ecológico, al que le gusta el after hours con terraza y piscina o los que se apuntan a la moda del food truck. Estos son todos los nuevos mercados de Madrid, una visita ya imprescindible en los itinerarios turísticos por la capital.
Mercado de San Miguel, el clásico
Fue el primero de todos, y su éxito creó toda una moda. En esta plazuela junto a la Plaza Mayor y la Calle Mayor siempre existió un mercado al aire libre, y desde 1916 un mercado de hierro al estilo francés, cuya estructura se conserva todavía. Cuando solo quedaban unos pocos puestos abiertos, un grupo de empresarios decidió transformarlo en una combinación de puestos de producto de temporada de calidad, y otros de tapeo. Hoy es uno de los lugares más frecuentados por los turistas, un rincón para el ocio y el picoteo en una de las zonas más típicas del recorrido por el centro de la ciudad. Perfecto para tomar un vermut, degustar platos del clásico restaurante Lhardy o probar unas magníficas croquetas. Imprescindible para los viajeros pero también para los madrileños. (Plaza de San Miguel, s/n)
Mercado de San Antón, con vistas a Chueca
En pleno barrio de Chueca, este mercado es completamente nuevo: tanto el edificio (levantado sobre el antiguo mercado), como el concepto. Tras su reforma integral, se adaptó al espíritu del barrio y en el conviven los puestos clásicos para hacer la compra (eso sí: todo gourmet y de altísima calidad), con las barras y mesas para probar todo tipo de cocinas. Lo mejor: su última planta con un espacio de ocio gastronómico llamado La cocina de San Antón y una agradable y concurridísima terraza. Se puede comprar abajo la carne o el pescado que se desee para que lo cocinen en el restaurante. (c/ Augusto Figueroa, 24)
Mercado de San Ildefonso, ‘urban food’ en Malasaña
Entre Chueca y Malasaña encontramos otro de los mercados de moda, que bien podría estar en Nueva York o en Londres. Ambiente joven y moderno, en un mercado street food, con dos plantas de estilo industrial y una última ajardinada, perfecta para actividades de showcoking y coctelería. En sus puestos hay de todo, desde tapas clásicas a gallegas, pasando por cocinas del mundo, pastelería exquisita o platos caseros, todo en puestos para pedir y llevar a las mesas y taburetes del centro o a alguna de sus terrazas interiores para los que quieren tomar una caña mientras se fuman un cigarro. (c/ Fuencarral, 57)
Platea Madrid, refinado y teatral
Lo realmente original de este gran espacio gourmet, en plena Plaza de Colón es que no ocupa ningún antiguo mercado, sino un teatro, lo que fueron los Cines Carlos III, y mantienen su estructura de escenarios, foso, platea y palcos. Un espacio enorme pero muy acogedor en el que se diferencian los diferentes puestos de comida, restaurantes, coctelería y hasta espacio para talleres de cocina o espectáculos. El tono de auténtico mercado lo ponen algunos puestos de carne o frutas selectas que sirven de entrada. (c/ Goya, 5-7)
Mercado de Moncloa, con piscina y vistas
Este espacio, bastante desconocido para los madrileños, no es realmente un antiguo mercado remodelado, sino un espacio gastronómico nuevo creado en lo que fue la sede de Repsol, junto al intercambiador de Moncloa, en plena zona universitaria. No es tampoco un espacio gourmet, sino una propuesta gastronómica y de ocio para todos los bolsillos, incluidos los universitarios que pueden comprar comida para llevar a casa. Lo más increíble es su terraza con piscina en la novena planta, en conjunción con el Hotel Exe y unas vistas impresionantes a la Casa de Campo. El resultado es un ambiente juvenil y perfecto para eventos afterwork. (C/ Arcipreste de Hita, 10)
Comer en los cielos: Gourmet Experience
Incluso empresas tradicionales, como El Corte Inglés, se han sumado a la moda de los mercados y ha creado espacios donde conviven los chefs más cotizados con diferentes puestos que ofrecen desde pizzas o hamburguesas hasta comida mexicana, japonesa o china. No hay más que subir al Gourmet Experience de la Gran Vía, en la antigua cafetería de la novena planta, siempre lleno de gente. El principal reclamo es tomar algo, pero sobre todo ver unas panorámicas de película de la Gran Vía y disfrutar de una completísima comida. (Plaza de Callao, 2)
Un mercado sobre ruedas: MadrEAT Food Market
Un fin de semana del mes se celebra en la zona empresarial de AZCA un mercado de food trucks. Y cuando esta zona está de obras, se lleva a otros espacios como la Casa de Campo. Las llamativas furgonetas vintage invaden la zona para que los madrileños puedan disfrutar de diferentes tipos de cocina, algunos de ellos de grandes chef con estrella Michelín. Lo que une a todos es la moda de la comida en camionetas y el street food que la normativa española no permite instalar de forma libre. Codeándose con famosos y hipsters se podrá comprobar que la alta cocina sobre cuatro ruedas está de moda. (Plaza Pablo Ruiz Picasso, 1)
El Huerto de Lucas, el ecológico
Un pequeño mercado especializado en productos orgánicos que pueden comprarse para llevar a casa o degustarse en el espacio central, La Cantina. Aquí todo es ecológico 100%, hasta los materiales empleados en la decoración, pero esto no resta variedad a la oferta, con más de 500 referencias de productos básicos que pueden comprarse incluso a granel. Llama la atención su decoración, fresca y relajante, con un original bosque colgante. Un escondite casi secreto en medio de las calles de Chueca donde se respira paz y silencio. (c/ San Lucas, 13)
Mercado de La Paz, un alto en el Barrio de Salamanca
En el barrio más exclusivo de Madrid se puede también hacer un alto en un mercado. Se trata del mercado de toda la vida, uno de los más antiguos de Madrid, al que siempre ha ido la gente acomodada de la ciudad, pero que ahora se ha modernizado con espacios para tomar algo y con puestos gourmet, desde los postres de Mamá Frambroise a las hamburguesas de Hamburguesa Nostra. Hay también productos de todo el mundo y algunos restaurantes muy originales, como el de Artesanos de la Pasta, un italiano exquisito, Casa Dani, un bar donde sirven una de las mejores tortillas de Madrid o Le Croquette, un puesto de deliciosas croquetas. (c/ Ayala, 28)
Mercado de San Fernando, el compromiso social en Lavapiés
En este mercado municipal de Lavapiés, junto a las ruinas de las Escuelas Pías, lo que se ha modernizado no son las instalaciones sino los puestos. Un grupo de jóvenes emprendedores decidió en 2012 rehabilitar muchos de los espacios libres y los tenderos veteranos se unieron con entusiasmo a la iniciativa. El objetivo es mantener el empleo y el comercio de cercanía y atender nuevas demandas: hay una frutería ecológica (La Repera), puestos para pequeños productores de la región, un colmado de conservas artesanas y quesos, cervezas artesanas y algunos puestos de cocinas del mundo (griega y peruana, entre otras), e incluso un puesto de intercambio de libros usados. (c/ Embajadores, 41)
Mercado Municipal de Barceló
Uno de los últimos mercados en ser restaurado ha sido el de Barceló, y tras su completa y larguísima remodelación ahora convive con un polideportivo y una biblioteca. En sus más de 7000 metros cuadrados hay de todo, pero sin perder la esencia de un mercado de abasto: los puestos de toda la vida, agrupados ahora por temáticas, junto con otros que responden a las tendencias de moda. (Jardines del Arquitecto Ribera, s/n).