El Tour d’Afrique, un recorrido por todo el continente africano
Es una prueba dura para la bicicleta y extenuante para el cuerpo. El Tour d’Afrique hace honor a su nombre: un recorrido por toda África, desde El Cairo hasta Ciudad del Cabo.
Con la vista nublada por las gotas de sudor, miré al frente: la carretera, una fina línea gris que dividía en dos una interminable llanura de arena, se perdía en la distancia. Habíamos pedaleado ya durante 80 km y nos quedaba aún otro tanto por recorrer. El sol era implacable y el viento del desierto no cesaba. Era como circular por dentro de un secador de pelo, además con arenilla. ¡Vaya lugar para montar en bicicleta!
Era mi primer día del Tour d’Afrique, un circuito de largo recorrido que va desde El Cairo hasta Ciudad del Cabo, que tradicionalmente se consideran los extremos norte y sur de África. Esta prueba de resistencia anual cubre unos 12000 km divididos en ocho etapas de 14 días, lo que significa cuatro meses para atravesar el continente de una punta a otra. Aunque algunos pedalean esa distancia total, quienes dispongan de menos tiempo pueden hacer solo una etapa, lo que en sí mismo ya es una proeza. Existe la opción de hacerlo en equipo, por relevos. En el 2009 formé parte de un equipo de Lonely Planet en el que dos ciclistas completaban cada etapa y pasaban el testigo a los siguientes.
El Tour d’Afrique empieza en un punto emblemático, las pirámides de Giza, a las afueras de El Cairo. Aunque los detalles de la ruta varían de año en año (según se inauguran nuevas carreteras o se cierran fronteras, o cuando la inestabilidad de algún país desaconseja visitarlo), el Tour d’Afrique sigue siempre un patrón general. Desde la capital egipcia los ciclistas se dirigen hasta el mar Rojo, siguen por la costa y regresan por el interior al valle del Nilo, que ofrece un paisaje de palmeras y campos de cereales que ha cambiado muy poco desde la época de los faraones.
Un ferri que cruza el lago Nasser lleva a los ciclistas hasta el segundo país, Sudán, para una sacrificada etapa de varios días por carreteras de arena para cruzar el desierto de Nubia, prolongación oriental del Sáhara. En esta parte de África la bicicleta supone añadir otro nivel más de resistencia y emoción.
Mi propia aventura empezó en Jartum, donde me uní a un compañero del equipo en la carretera que atraviesa el interminable paisaje desértico. Como las distancias entre ciudades eran largas, nos deteníamos a menudo para beber y descansar en moteles muy básicos, poco más que una choza solitaria rodeada de arena. Disfrutábamos del té negro servido en pequeños vasos, y de unas inesperadas galletas con glucosa. Eso nos aportaba energía suficiente para una o dos horas más de duro pedaleo.
Desde Sudán atravesamos la frontera con Etiopía. Casi al mismo tiempo, el llano desierto se transformó en un paisaje fértil de verdes colinas ondulantes, y las carreteras rectas dieron paso a las frecuentes curvas en el ascenso al macizo Etíope, una cordillera que también se conoce como el Techo de África.
Desde la posición ventajosa que ofrece la bicicleta, contemplamos a las gentes trabajando en los campos, a los niños camino de la escuela, a todo el mundo en su vida diaria. Un grupo de ciclistas etíopes se unieron a nosotros. Uno de los puntos álgidos del viaje fue cruzar a su lado ese paisaje espectacular, charlando sobre la vida en Etiopía y los detalles del ciclismo en ese país.
Después de Etiopía, el Tour d’Afrique nos llevó a Kenia. La ruta se aparta de las zonas montañosas, pero se complica al atravesar el árido desierto de Dida Galgalu. A su paso por esa zona en el 2009, el equipo se vio sorprendido por un temporal que convirtió los caminos de tierra en un auténtico barrizal. Uno de los participantes explicó después: “Fue mucho más que montar en bici. Era una cuestión de supervivencia”.
Un día entero circulando por las laderas del monte Kenia es todo un alivio, con el atractivo añadido de cruzar el Ecuador. Desde aquí resulta fácil desplazarse hasta Nairobi y, de ahí, a Tanzania, por el clásico paisaje de la sabana. Viajando en bicicleta es fácil ver monos, jirafas, cebras y otros animales que nos perderíamos desde un coche. La vista es aún más espectacular con el fondo del Kilimanjaro cubierto de nieve.
Nuestro próximo destino era Malaui. En ese país empobrecido se encuentran bicicletas por doquier, como si fueran animales de carga metálicos que transportan de todo. Gracias a tener en común las dos ruedas, los participantes del Tour d’Afrique encuentran siempre la excusa perfecta para intercambiar un saludo amistoso con la gente del país.
En Zambia, se atraviesa un vasto e inhóspito paisaje por largas carreteras rectas que conducen a otro de los iconos africanos, las cataratas Victoria, donde el río Zambeze se precipita por una garganta levantando una nube de microgotas visible desde muy lejos.
Más allá del Zambeze están Botsuana y Namibia, dos países relativamente desarrollados. Aunque en mejores condiciones, hay que pasar días enteros sobre el sillín, incluida la etapa reina de la carretera Trans Kalahari (unos 208 km). Por si no fuera suficiente, a lo largo del camino los ciclistas pueden toparse con elefantes.
Finalmente empieza la última etapa, Sudáfrica. Una vez más la bicicleta nos acerca a paisajes asombrosos. El tramo final atraviesa el Namaqualand y la cordillera del Cederberg, entre peñascos anaranjados esculpidos por el viento.
El Tour d’Afrique termina como empezó, en un lugar emblemático. Los ciclistas atraviesan la cima plana de la montaña de la Mesa para llegar a Ciudad del Cabo, poniendo así punto final a un viaje épico.
Hoja de ruta
- Inicio El Cairo (Egipto)
- Final Ciudad del Cabo (Sudáfrica)
- Distancia 12000 km aprox. La ruta puede variar, pero normalmente recorre Sudán, Etiopía, Kenia, Tanzania, Malaui, Zambia, Botsuana y Namibia. Se puede optar entre la carrera (competición por etapas la mayoría de los días) o la “expedición” (es decir, solo participar).
- Duración Para el recorrido entero se necesitan unos 120 días, 90para viajar y 30 para descansar y contemplar el paisaje.
- Cuándo ir El Tour d’Afrique tiene lugar cada año, normalmente entre mediados de enero y mediados de mayo. Organiza: TDA Global Cycling.
- Más información Las provisiones y el material de acampada se llevan en camiones de asistencia. Algunos ciclistas pueden utilizar los camiones también para reducir distancias.