Los destinos más fresquitos para pasar el verano
Todavía hay tiempo para escapar del calor estival tomando rumbo al norte. En lugares como Islandia, Noruega o Suecia, se puede dormir con edredón y ponerse algo de abrigo para salir a dar una vuelta. Son destinos donde la luz del día se prolonga durante la noche, y sus habitantes aprovechan para vivir a tope. Es el momento para recorrer los países nórdicos o hacer una escapada a sus ciudades, que ahora están más animadas que nunca.
Naturaleza salvaje y diseño en Finlandia
Los vastos y arbolados parajes finlandeses se cuentan entre los menos poblados de Europa. Sus grandes parques nacionales, con excelentes senderos, refugios y campings, la convierten en uno de los mejores sitios para excursiones. El kayak y el piragüismo también son excelentes opciones.
Aunque el invierno tiene su encanto, con actividades en la nieve de lo más original, el verano nos permitirá disfrutar de una luz diurna casi eterna, innumerables festivales e incluso descuentos en el alojamiento. Y en septiembre, los colores de la estación ruska otoñal lo convierten en el mes ideal para recorrer el norte.
Además de naturaleza, los finlandeses presumen de su diseño, mundialmente famoso. Las tiendas de Helsinki abarcan desde emporios señeros hasta estudios vanguardistas. También pueden hallarse muestras de la mejor arquitectura moderna del mundo en distintas poblaciones.
Noruega: criaturas insólitas y una costa majestuosa
Los famosos fiordos son célebres con razón. Desde el norte hasta el sur la accidentada geografía noruega es realmente inolvidable y sobrecogedora.
Por sus agrestes contornos, Noruega es uno de los mejores destinos para las actividades al aire libre. Las montañas y mesetas atraen a senderistas y ciclistas, mientras que la costa invita a hacerse a la mar, ya sea en un kayak o en un buque de cruceros.
Noruega cuenta también con una impresionante variedad de animales, desde ballenas que resoplan mar adentro hasta alces y renos que deambulan a sus anchas. Incluso hay una población reintroducida del raro buey almizclero, así como gran abundancia de aves marinas. En el norte, los osos polares y las morsas son los amos de Svalbard.
Suecia, un país de agua y hielos
El norte de Suecia ofrece atractivos invernales de primer orden (como la aurora boreal) pero también en verano nos reserva la magia de paisajes insólitos. La abundancia de agua en todo el país, una vez que se derrite la nieve, hace que Suecia sea el lugar idóneo para la navegación, tanto si se desea recorrer las aguas interiores en piragua como explorar la costa en yate o kayak.
Además, Suecia presume de un magnífico patrimonio. En otros tiempos, el país controló gran parte de la Europa septentrional y tiene una rica historia y un magnífico patrimonio artístico, que se exhibe en excelentes centros de arte y museos por todo el país. También hay magníficas muestras al aire libre que documentan las tradiciones más humildes de la vida cotidiana sueca.
Islandia, una isla tallada a fuego y hielo
Forjada a fuego, Islandia posee un esplendor paisajístico que pocas naciones pueden igualar. Su inhóspita y épica grandiosidad parece querer recordar a los visitantes su insignificancia en el universo. Lo más destacado son las piscinas termales naturales, los géiseres y los majestuosos glaciares.
Hay un sinfín de opciones para mantenerse activo en esta isla nórdica: excursiones espectaculares que desvelan el milagro natural, los kayaks que permiten verlo desde el mar, o, para aliviar los músculos doloridos, nada mejor que las aguas termales.
La tierra puede parecer inhóspita, pero los mares y cielos rebosan vida. Islandia es uno de los principales lugares del mundo para observar ballenas y acoge una enorme cantidad de aves marinas.
Islas Feroe, al norte del norte
En un remoto rincón del Atlántico norte, las Feroe constituyen la base perfecta para grandes escuadrones de aves marinas. Aquí el viajero tendrá que esquivar a los pájaros que descienden en picado en Skúvoy, admirará los acantilados repletos de aves en Vestmanna o se quedará atrapado ante las encantadoras colonias de frailecillos en Mykines.
Los vuelos de helicópteros entre islas hacen que sea posible (y accesible) tener una “vista de pájaro” sobre las islas, sobrevolando los prados verde esmeralda y las escarpadas costas. Otra de las actividades con las que más se disfruta en estas apartadas islas danesas, es la exploración de las aldeas tradicionales, sobre todo las del norte de la isla de Eysturoy. Lo mejor es alquilar un coche y recorrer estas poblaciones pesqueras de pintorescos colores.