Todo lo que ofrece Margaret River, Australia Occidental
Aguas cristalinas que cada año atraen a miles de ballenas, surfistas y playeros hasta escarpadas costas; un mosaico de frondosos viñedos que se extiende por el territorio y produce un vino muy digno para complementar el viaje; flores silvestres y bosques de árboles altísimos que flanquean senderos excursionistas y carreteras rurales… No hay duda de que Margaret River, en Australia Occidental, posee el factor sorpresa. Veamos cómo disfrutar de todo lo que ofrece esta bellísima parte del mundo.
Las ballenas migran, flirtean y crían en la costa de Margaret River de junio a diciembre, Australia Occidental © Nico Faramaz / Shutterstock
1. Observación de ballenas en Margaret River
Avistar una ballena jorobada juguetona emergiendo entre las olas en la costa de Margaret River es motivo de celebración. Las jorobadas son las ballenas más visibles, pero por las aguas de la región también desfilan cada año ballenas francas australes, rorcuales minke y ballenas azules en sus rutas migratorias.
A bordo de un circuito de observación de ballenas por las zonas de apareamiento de cetáceos que rodean Augusta (junio-agosto) o del santuario de cría próximo a Dunsborough y Busselton (septiembre-diciembre) se pueden conseguir muchas fotografías. Conviene contratar un operador turístico responsable y, antes de partir, informarse sobre la observación ética de ballenas.
Tadoussac y la ruta de las ballenas
Se puede ir de excursión por los bosques o rodeando la increíble costa de Margaret River, Australia Occidental © Fleur Bainger / Lonely Planet
2. Senderos excursionistas en la región de Margaret River
Bosques de árboles altísimos, alzándose unos 90 m hacia el cielo, cubren la región de Margaret River. Múltiples rutas excursionistas ofrecen una ventana al maravilloso bush australiano; y algunas de las más sencillas parten del campamento y las cabañas Wharncliffe Mill Bush Retreat o de sus alrededores. Allí se pueden alquilar bicicletas (20 AU$/medio día, 30 AU$/día entero) para recorrer las rutas de montaña pedaleando, incluido el popular tramo ‘Rails to Trails’, que sigue una antigua vía de tren.
Otra opción es la épica ruta ‘Cape to Cape’, de 135 km. Pegada a la costa, sube por colinas rocosas, pasa por playas, cruza campos de flores silvestres y recorre acantilados. La mayoría de la gente elige un tramo a cubrir en un día; y uno de los más espectaculares es el que cruza Boranup Karri Forest, cuyos troncos blancos parecen una colección de mondadientes.
3. Las maravillosas playas agrestes de Margaret River
Las suaves playas de arena de Margaret River se alternan con afloramientos de granito y crestas calizas. A menudo se encuentran playas sin apenas una huella humana en ellas. La playa Meelup, que nace en las inmediaciones de Perth, es despampanante. Su ‘hermana’, la playa de Castle Rock, con el bush australiano que alcanza a besar la arena blanca y sus aguas translúcidas, es más recóndita.
La playa de Yallingup es casi el símbolo del mundo playero, con la vecina playa Smiths siguiéndola de cerca en segunda posición. Más al sur, a 10 minutos en coche desde la ciudad de Margaret River, está la playa Prevelly, que suele estar vacía, mientras que la vecina Gnarabup está más concurrida gracias al White Elephant Café que la custodia.
Un surfista cabalga una ola en el campeonato Margaret River Pro, Margaret River, Australia Occidental © Kelly Cestari / WSL / Shutterstock
4. Enclaves surfistas en esta región de Australia Occidental
El ex campeón de surf Taj Burrow, nacido en Margaret River, recomienda las olas de la principal rompiente de Yallingup para el surf recreativo, a las que considera ‘sencillas’. También es fan de las olas más contundentes de la primera rompiente de Margaret River, conocida localmente como Surfers Point. Son olas muy potentes que pueden complicarse mucho, así que se recomienda usar una tabla grande si el surfista todavía no es un experto.
Otra ola favorita de la gente del lugar es The Box, que rompe sobre un arrecife poco profundo y bordea rocas. Esta sí que hay que dejársela a los profesionales. Solo deben abordarla los surfistas más expertos, y siempre acompañados. Quien prefiera quedarse en tierra firme puede dedicarse a contemplar como surfean los demás, hay sitios excelentes donde hacerlo tomando una copa del maravilloso vino de la región.
Si apetece tomar una copa de vino, Margaret River es el sitio ideal, Australia Occidental © JanelleLugge / Getty Images
5. Para ir de vinos y a cenar, Margaret River es el lugar ideal
Margaret River cuenta con cientos de bodegas para visitar y con un montón de restaurantes refinados con vistas a los viñedos. La mejor relación calidad-precio la ofrece Rustico at Hay Shed Hill, con un menú degustación de tapas de 65 AU$; un buen sitio para sentarse a pasar la tarde contemplando viñedos.
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Arimia Winery es otro gran hallazgo. Escondido tras una pista de tierra y rodeada de vegetación autóctona, este negocio familiar ofrece un ambiente acogedor y comida buena y de verdad. Si se busca algo más elegante, se puede ir a Aravina Estate, que expone los automóviles deportivos de lujo de los propietarios de la bodega. Sus cartas de temporada también son muy lujosas.
El Farmers Market de Margaret River es un festín de imágenes, aromas y sabores frescos, Australia Occidental © Catherine Sutherland / Lonely Planet
6. ¿Y qué más se puede hacer en la región de Margaret River?
Quedan más sitios interesantes que visitar en la región, y uno de ellos es el Margaret River Farmers Market (8.00-11.30) de los sábados. Ajos, patatas y aguacates de cultivo local se apiñan junto a tartas saladas italianas, quesos artesanales y un excelente café que se prepara en una furgoneta. Es buena idea visitarlo tras curiosear un rato por el extraordinario mercado de cachivaches local Lions Club Garage Sales. Suele celebrarse cada segundo y cuarto sábado del mes, y se llena de gente que va en busca de gangas.
Para almorzar se puede pasar por la Margaret River Bakery (cierra los domingos), que parece el salón de una abuelita. Sirve café en vajillas vintage con cucharillas de coleccionista, y los clientes se sientan en sofás antiguos de terciopelo. Si está muy lleno, se recomienda seguir andando hasta Brewhouse, una microcervecería en la linde de la ciudad con mesas de pícnic a la sombra y –lo más importante– cerveza.
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Por último, merece la pena dar con Yallingup Woodfired Bread y su local ‘hermano’, Margaret River Woodfired Bread. Venden panecillos recién horneados y huevos camperos morenos por hueveras (y las gallinas tienen un gallinero móvil que se desplaza por el prado). Hay que llevar dinero en metálico, solo se puede pagar en efectivo.
