Incluso en los países más turísticos del mundo existen oportunidades para hacer viajes fuera del circuito habitual. Aquí van dos propuestas para descubrir la otra cara de destinos tan clásicos como Portugal y Escocia, con nuestras nuevas guías en la mano.
Portugal fuera de circuito: Tras-os-Montes
Dejamos atrás las grandes ciudades como Lisboa, Oporto o Coimbra, el abigarrado y turístico Algarve e incluso el delicioso y tranquilo Alentejo... En el vecino Portugal nos queda mucho por descubrir, como la región de Tras-os-Montes, una de las zonas más aislada del país, que a pesar de ser fronteriza con España permanece ajena al trasiego turístico. Enclavada en el extremo noreste de Portugal, entre el Duero y la frontera con España, es una región escarpada que limita su oferta urbana a unas cuantas ciudades de origen romano o medieval. El resto es vida rural en estado casi puro: colinas llenas de viñedos, olivares o almendros, cañones abruptos de difícil acceso, amplios castañares en el norte y muchas tradiciones medievales que sus hospitalarios habitantes mantienen casi inalteradas. Hay senderos en los tres parques naturales (Montesinho, Alvão y Douro) y muchas aldeas antiguas de piedra donde todavía viven pastores que suben los rebaños a los pastos. Para catar sus magníficos vinos se recomienda una visita al pintoresco Palacio de Mateus, a las afueras de Villa Real. Toda la información sobre la región está en la nueva guía de Portugal de Lonely Planet y geoPlaneta.
Escocia fuera de circuito: islas otoñales
En Escocia después de visitar Edimburgo, Glasgow, Inverness y los lagos, todavía quedan muchas maravillas naturales por descubrir. La nueva guía de Escocia, recomienda algunas de las islas más espectaculares de entre las más de 700 diseminadas en las orillas. Aunque la mayoría de los visitantes se decanta por las más grandes y famosas, como Arran, Sky, Mull y Lewis, suelen ser las más pequeñas las que perduran en la memoria: Iona, la joya de las Hébridas, preciosa, apacible y con mucha historia a sus espaldas; Eigg, la más fascinante de las islas menores, con su montaña en miniatura, su cueva de la Masacre y sus arenas cantarinas; Jura, salvaje y virgen, con más ciervos que personas; May, con solo 1,6 km de longitud, en la costa de Five y perfecta para los observadores de aves; o las islas Westray y Papa Westray, en el extremo norte de las Orcadas, con excelentes paisajes, lugares históricos y muy buenos hoteles y restaurantes. Las guías de Escocia tienen todas las claves para disfrutar de las islas escocesas.