12 rincones para oír el rugido de la Tierra
Los volcanes siempre han atraído la atención de viajeros, fotógrafos y aventureros. Produce cierto temor acercarse a estas montañas, más o menos imponentes, por donde es posible asomarse al interior de la Tierra. Hay volcanes accesibles y otros a los que es casi imposible acercarse, pero todos dejan imágenes y experiencias inolvidables. Estos son los 12 volcanes más imponentes del mundo.
1. Cráter del Ngorongoro (Tanzania): abrumadora concentración de animales
Cráter del Ngorongoro, Tanzania © Roman Boed / www.flickr.com/photos/romanboed/8367677621
El borde del cráter del Ngorongoro no es solo una de las mejores calderas intactas del mundo, sino que también es un lugar que plantea un dilema al viajero: ¿quedarse arriba o seguir hacia adelante? Quedarse arriba es tentador, porque el cráter hechiza cuanto más se le observa. La fértil tierra que se ve en la lejanía, bordeada por espectaculares precipicios de cientos de metros de altura, está llena de ciénagas, bosques, el lago Magadi y franjas de hierbas de la sabana. Que todo el mundo acabe bajando no es porque las vistas tengan nada malo, sino por la riqueza de lo que espera abajo.
La concentración de fauna en el cráter del Ngorongoro, especialmente de leones y otros grandes depredadores, no tiene parangón en África y sigue siendo uno de los mejores lugares del planeta para ver rinocerontes negros en libertad.
2. Etna (Sicilia): la isla humeante
Se diría que los habitantes de Catania deberían pasarse el día vigilando con el rabillo del ojo al Etna, este volcán que lleva destruyendo los asentamientos construidos a sus pies desde época romana. Sin embargo, esa bestia humeante forma parte de sus vidas, así que se adaptan. Ir a Sicilia obliga a subir hasta la cima, donde el Etna da la bienvenida con un gran espectáculo de luz y sonido, y luego retirarse a tomar una copa del contundente vino tinto que se produce en este singular suelo volcánico.
Cómo llegar: Catania, repleta de adoquines de lava e iglesias barrocas, es la ciudad más cercana al Etna, y alquilando una vespa se podrá subir al volcán con elegancia.
3. Koya-san (Tokio): una experiencia religiosa
Koya-san, cementerio, Tokio © Pal Teravagimov / Shutterstock
Situado en el norte de Wakayama, el Koya-san es importante como destino y como viaje en sí mismo. El tren serpentea entre valles y montañas antes de la etapa final, en teleférico, que conduce a la tranquila ubicación del boscoso Koya-san. Más de 110 templos forman parte de este complejo monástico, centro de la escuela Shingon de budismo esotérico. Aunque es posible ir a pasar el día, se recomienda pernoctar en el templo para hacerse una idea de cómo es la vida de un monje budista japonés.
Cómo llegar: En la estación Namba de Osaka se toma el tren a Gokurakubashi y desde allí al teleférico que sube la montaña.
4. Volcán Arenal (Costa Rica): estampas volcánicas
Este imponente volcán que domina toda la zona sirve de telón de fondo en todo momento, sea recorriendo sendas de lava, practicando windsurf en el lago Arenal o pedaleando por apartadas carreteras. Ya no ofrece esos espectaculares fuegos artificiales nocturnos de cuando escupía lava líquida que bajaba por sus laderas; lleva inactivo desde el 2010. Lo que queda es un pico de postal, apacible aunque aún humeante, rodeado de bosques ricos en fauna, cascadas y fuentes termales.
Cómo llegar: La Fortuna es la principal puerta de entrada al volcán. La temporada seca va de febrero a abril.
5. Kilimanjaro (Tanzania): de la sabana a la cima
Kilimanjaro, Tanzania © Ian Lenehan / 500px
Toparse con un glaciar estando tres grados al sur del ecuador resulta sorprendente, pero subir este monte es algo alucinante y lleno de contrastes. Los sentimientos van desde la euforia de contemplar las encendidas llanuras tanzanas al coronarlo al amanecer hasta las fuertes ganas de vomitar tras la subida. Según cuál de las seis rutas se tome, el ascenso desde la puerta del parque hasta el pico Uhuru puede llevar menos de cuatro días; se atraviesan cinco zonas ecológicas, desde la sabana africana hasta la parte alpina donde la temperatura llega a bajar hasta -25o C. El Kilimanjaro es el pico aislado más alto del mundo (5895 m), y el rápido cambio de altitud malogra muchos intentos de coronarlo. Haciendo caso a lo que dicen los guías –pole, pole (despacio, despacio)– quizá se logre alcanzar el techo de África.
Cómo llegar: Las localidades de entrada son Moshi y Arusha.
6. Lago de Ometepe (Nicaragua): la joya del lago Nicaragua
Las dos razones más obvias para visitar Ometepe, la isla más grande del mayor lago de Centroamérica, son los volcanes Maderas y Concepción. Unas excursiones bastante difíciles nos permitirán ver monos aulladores y atravesar bosques nubosos hasta llegar a las cimas. En Ometepe también hay petroglifos, playas y alojamientos maravillosos. Su historia está cuajada de piratas y conquistadores, y tiene fama de ser un lugar sagrado. Hay que ir ya porque existe un proyecto de canalización que transformará el lago Nicaragua.
Cómo llegar: Hay ferris a Ometepe desde San Carlos, Granada y San Jorge.
7. Snaefellnes (Islandia): inquietante esplendor volcánico
Snaefellnes, Islandia © Markus Ulrich / 500px
La península de Snaefellnes es un promontorio azotado por el viento y habitado esencialmente por ovejas empapadas por la lluvia, pero tiene un encanto especial y casi mágico. Julio Verne ambientó aquí su novela Viaje al centro de la tierra, y sobre la península se alza la blanca mole del Snæfellsjökull, un volcán activo cubierto por un glaciar que aparece en el mismo libro. Con una moto de nieve se llega a la punta, desde donde se obtienen las mejores vistas de Islandia: largas playas que se pierden en el horizonte, glaciares hacia el este y mareas atlánticas por tres lados. Y sin un alma.
8. Monte Fuji (Japón): la montaña más reconocible de Japón
Ver en directo el Fuji es como entrar en un grabado japonés. Este volcán fue la musa de Katsushika Hokusai, el grabador que creó las imágenes más representativas del Japón imperial. Subir hasta su cráter es todo un ritual nipón, si bien la experiencia y la sensación de logro se tiene que compartir con una multitud. Muchos se contentan con contemplar la montaña desde los cinco lagos del Fuji o desde los campos de cerezos de Fujiyoshida.
Cómo llegar: Se puede salir de alguna de las estaciones: Gotemba, Fujinomiya, Subashiri o Kawaguchiko. La temporada de senderismo es de julio a agosto.
9. Monte Nyiragongo (República Democrática del Congo): la boca del infierno
Cráter del Nyiragongo, República Democrática del Congo © MONUSCO / Abel Kavanagh / www.flickr.com/photos/monusco/21052498552/
Entre los volcanes de más difícil acceso está el Monte Nyrangongo, en el Parque Nacional de Virunga. Merece la pena porque es uno de los más llamativos del mundo: un volcán que se alimenta constantemente de un lago de lava hirviendo, que ha entrado en erupción más de cincuenta veces a lo largo del s. XX y que sigue en activo, con un lago naranja que parece la entrada al infierno.
Cómo llegar: Acceder al borde del cráter no es fácil: hay que conducir y caminar por más de 500 km. a una altura de 1400 m, atravesando una selva llena de chimpancés, monos y antílopes.
10. Volcán Mauna Loa (Hawái): uno de los grandes
Entre los volcanes más grandes del mundo está el Mauna Loa, que fue uno de los creadores de la isla. En 1984 volvió a entrar en erupción y de aquel momento han quedado muchas fotografías. Forma parte del Parque Nacional de los Volcanes de Hawái, declarado como Reserva de la Biosfera y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
11. Pitón de la Fournaise (Reunión): Mordor en el océano Índico
Pitón de la Fournaise, Reunión © Sebastien Conejero / 500px
La isla francesa de Reunión le debe mucho al volcán conocido como Pitón de la Fournaise (literalmente, pico del horno). Por un lado, buena parte de la isla fue escupida desde su cima en forma de magma fundido. A pesar de lo paradisíaco del paisaje, es uno de los volcanes más activos del mundo, con más de una centena de erupciones registradas desde 1640. Aunque no se pueda ver todo el espectáculo del magma cayendo en cascada, hay azufre para aburrir, especialmente si se recorren los campos de lava de los lados del volcán. Se parece muchísimo a la representación de Mordor en El Señor de los Anillos.
12. Estrómboli (Italia): fuegos artificiales naturales
Uno de los volcanes activos más accesible es este de las islas Eolias, de gran actividad. La zona está muy controlada y los visitantes pueden acceder a sitios activos acompañados de guías expertos.
Este volcán da nombre a un tipo de volcán, estromboliano, y produce unas explosiones espectaculares. Siempre que lo permita la actividad del volcán, se puede observar la montaña escupiendo lava desde un mirador a 918 metros.