En algún lugar he leído que Perhentian significa "lugar donde parar". La verdad, no puedo asegurar que la traducción sea fiel, pero después de conocer las islas que llevan su nombre no me extraña ese significado. Yo intenté quedarme algún día más de los tres que había previsto.
Situadas en la costa nororiental de Malasia, en el mar de la China Meridional, a unos setenta kilómetros de la frontera con Tailandia, las Perhentian son dos islas situadas a 20 kilómetros de la costa. Sólo se puede llegar en lancha, en un recorrido de menos de una hora desde el pueblo de Kuala Besut. No se complicaron mucho a la hora de ponerles nombre: la más pequeña se llama Pulau Kecil (isla pequeña) y la más grande Pulau Besar (isla grande). Sencillos los nombres y sencilla la vida allí. Son islas dedicadas prácticamente en exclusiva al turismo. Pero sin grandes hoteles, sin armatostes de hormigón, sin carreteras, sin coches ni motos, sin guías turísticos, sin monumentos para visitar.
Si eres joven, mochilero y amante del alcohol, el ruido, las fiestas y los hospedajes muy básicos, tu isla es la pequeña, Pulau Kecil. Si prefieres un lugar más sosegado y tranquilo, donde sólo disfrutar del mar, de la comida y de la soledad de los paisajes, mejor que elijas la grande, Pulau Besar. Y cuando hablo de grande, tampoco hay que pensar en muy grande.
Pulau Besar es playas y jungla. En cada playa, en el angosto espacio que queda entre la selva y el mar, hay algún pequeño hotel, generalmente en forma de bungalows. En la principal, un par de clubs de buceo. Cada hotel tiene su restaurante: mucho pescado y comida local. Un placer. Y cada playa tiene delante un pequeño arrecife. Si eres buceador podrás salir a realizar inmersiones a unos cuantos puntos en torno a las islas. Y si no buceas, el esnórquel te bastará para ver una abundante vida marina: cientos de peces de colores, los divertidos peces "nemo" que mordisquearan tu pierna mientras nadas en torno a las anémonas en las que viven, pequeños tiburones de arrecife... y tortugas.
Alejarse de las zonas más concurridas tiene su recompensa. Caminar hacia el sur de la isla permite descubrir, a sólo unos minutos, arenales solitarios de fina arena blanca y aguas transparentes. Puedes disfrutar, sin exageración, de una playa sólo para ti. A la vista sólo el azul del mar, el amarillo de la arena y el verde de la jungla.
Hay pocos hoteles donde alojarse, menos de media docena en toda la isla. El Tuna Bay Island Resort es, quizá, el que ofrece los mejores alojamientos (en torno a 103 euros los bungalows frente al mar), pero también está en la zona más concurrida (dentro de un orden). Otro alojamiento, mucho más básico, son las cabañas en la playa del Abdul's Chalets, en torno a los 40 euros las que tienen vistas al mar (bastante más de los 13 euros que me costaron cuando estuve hace unos años, pero a cambio han sido bastante renovadas). La ventaja de éste último es que no hay otros establecimientos en esa playa, por lo que la tranquilidad estáasegurada. Y la comida (con barbacoa nocturna) es excelente.
Aunque incluyo las islas Perhentian en esta serie de "destinos solitarios", lugares poco frecuentados por el turismo, si acudes en verano conviene reservar antes. Más que nada porque no hay más hoteles que los que hay y, si no encuentras alojamiento, mal asunto en una isla. No hay donde marcharse. Una vez allí, sípodrás disfrutar de la calma, la tranquilidad y los rincones solitarios. Y recuerda que se llaman Perhentian, "un lugar donde parar". Por algo será.
Texto y fotos: Marino Holgado