Las mejores aventuras asiáticas

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'Puenting' en la Macau Tower, Macao, China

10 viajes míticos por un gran continente

Para muchos el viaje iniciático consiste en poner rumbo a Oriente y atravesar Asia. El continente es inmenso, variado y lleno de contrastes, con las montañas más altas del mundo, paisajes surrealistas y culturas llenas de espiritualidad. No es fácil diseñar un viaje completo por un continente gigantesco, aunque hay ciertas experiencias que deberían figurar en las agendas de los viajeros amantes de los retos.

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Asia

 

1. Cruzar la selva de Borneo (Indonesia)

La selva tropical de Borneo quizá sea uno de los sitios más primitivos en la Tierra. Atravesar de costa a costa la tercera isla más grande del mundo es una de las mayores–y menos explotadas– aventuras de Asia. Se comienza río arriba en Balikpapan, por el Sungai Mahakam, en varias embarcaciones (más de 900 km, 7 días). En la otra parte de la isla se desciende el Sungai Kapuas, el río insular más largo del mundo; pero el punto crucial de la travesía está entre esas dos rutas: 5-7 días de senderismo por la cordillera Muller, famosa por sus vados de río, sanguijuelas y pendientes traicioneras. En esta aventura es imprescindible contar con la ayuda de un buen guía para atravesar la cordillera Muller.

 

2. Pedalear por Vietnam

Vietnam, Ninh Binh © Perfect Lazybones / Shutterstock Vietnam, Ninh Binh © Perfect Lazybones / Shutterstock

La bicicleta es casi la imagen oficial de Vietnam, ya sea en las calles coloniales de Hoi An o en las terrazas elevadas de los arrozales. Para los turistas, la bicicleta es uno de los principales vehículos y Vietnam ofrece múltiples experiencias para realizar sobre dos ruedas. Por ejemplo, en el sur, donde puede recorrerse el delta del Mekong, o en llano, sobre tierra y agua (quizá sea el lugar con mayor congregación de puentes del mundo). En el centro de Vietnam es posible mezclar rutas costeras en zonas turísticas como Danang y Nha Trang con ascensos a las tierras altas, entre selvas tropicales y cafetales. 

 

3. ‘Puenting’ en la Macau Tower (China)

La ciudad de Macao quizá solo sea famosa por dos cosas y dos tipos de personajes: los grandes jugadores de sus casinos y los temerarios saltadores desde la mayor altura del mundo. A 233 m, practicar ‘puenting’ en la Macau Tower es como saltar desde la azotea de un edificio de 76 plantas; en llegar a la plataforma se tarda 60 segundos en ascensor. La noticia es que se tarda una décima parte de ese tiempo en bajar, ya que en la caída se alcanzan 200 km/h, mientras la ciudad parece alzarse ante el saltador, y no al revés. Para disfrutar de un toque único, se aconseja un salto nocturno. 

 

4. Surf en Bali (Indonesia)

Indonesia, Bali, Padang Padang © Tatiana Popova / Shutterstock Indonesia, Bali, Padang Padang © Tatiana Popova / Shutterstock

En el extremo sur de Bali, la península de Bukit es como un rompeolas en el mar que embrida las olas del océano Índico. La costa este atrae a surfistas de todo el mundo y la pequeña península se orienta a todos los niveles. En la popular playa de Kuta las olas rompen suaves en la arena (el entorno ideal para aprender), y las olas largas y aceleradas de Padang Padang –o Bali Pipeline– son legendarias. El lugar más paisajístico es Uluwatu, al sur de Padang Padang, donde los surfistas nadan hasta sus cinco rompientes a través de una cueva. En la bulliciosa Kuta es muy fácil alquilar tablas y conocer todo sobre las olas balinesas

 

5. Senderismo en el Himalaya (Nepal)

Nepal no empezó a desarrollar una industria del senderismo hasta mediados de la década de 1960, pero se convirtió rápido en el destino más deseado por los senderistas. Lo atraviesa la franja de montañas más altas del mundo, veteadas por valles que llevan a los senderistas a montañas como el Everest, el Ama Dablam, el Dhaulagiri, el Cho Oyu o el Anapurna. La caminata al campamento base del Everest es la más popular, mientras que el famoso circuito del Anapurna ha quedado devorado por las carreteras, dispersando a los senderistas con dirección a Pokhara hacia el santuario del Anapurna o, a más altitud, a Mustang. Algunos destinos menos concurridos son Dolpo, región inmortalizada en El leopardo de las nieves de Peter Matthiessen, y el campamento base del Makalu. 

 

6. Descenso en neumático por Vang Vieng (Laos)

Laos, Van Vieng, río Nam Song © Don Mammoser / Shutterstock Laos, Van Vieng, río Nam Song © Don Mammoser / Shutterstock

Flotar por el río Nam Song en un flotador suena muy tranquilo, pero es, sobre todo, una actividad muy divertida. El descenso del río sobre un gran neumático es un pasatiempo tan popular que se ha convertido en uno de los ritos de iniciación del circuito mochilero en el sureste asiático. Sobre el río se alzan acantilados de piedra caliza, con túneles y cavernas, aunque muchos son incapaces de verlos, ya que Beerlao ha abierto bares en la ribera para atraer a los turistas a tomarse una o varias copas. Las autoridades han cerrado algunos después de varios accidentes mortales; se aconseja ir con cuidado. Para llegar hasta aquí, hay autobuses desde Vang Vieng hasta Luang Prabang y Vientiane. 

 

7. Kayak en la bahía de Halong (Vietnam)

La bahía de Halong es uno de los paisajes más reconocibles de Asia, con aguas que forman pozas en torno a miles de picos de piedra caliza e islas. Durante años se identificó con la imagen de barcos de junco viajando entre las islas; ahora se ha convertido en un destino de aficionados al kayak que buscan una visión única de las rocas de la bahía. Como en todos los paisajes de piedra caliza, la bahía de Halong está salpicada de cuevas, arcos y columnas; donde quiera que se dirija el kayak se verá una nueva formación. Las excursiones de varios días suelen ir acompañadas por barcos de junco, donde se comerá y se dormirá. 

 

8. Recorrer a pie la Gran Muralla (China)

China, la Gran Muralla © Aleksei Kornev / Shutterstock China, la Gran Muralla © Aleksei Kornev / Shutterstock

La historia cruje bajo los pies. Las tierras protegidas de China quedan al sur y los saqueadores, al norte. O así se planteó cuando los chinos construyeron esta increíble estructura. Llegó a ocupar más de 8000 km y ahora se pueden recorrer de 3000 a 4000 km si se siguen todos los restos de la muralla, lo que no es tan fácil como parece. La muralla está deteriorada en muchas zonas y tan solo encontrar la senda puede convertirse en un reto. Para la mayoría de quienes desean caminar por ella, la excursión de una semana por el tramo bien conservado de la provincia de Hebei, cerca de Beijing, suele bastar. Las caminatas guiadas por la Gran Muralla suelen cubrir el tramo que rodea Gubeikou (a 140 km de Beijing), Jinshanling y Simatai. 

 

9. Conocer las ciudades de la Ruta de la Seda (Uzbekistán, China)

Tres ciudades –Samarcanda, Bujará y Kasgar– representan el exotismo de la Ruta de la Seda y llevan siglos atrayendo almas inquietas hacia el inmenso centro de Asia. En Uzbekistán, la imponente arquitectura de la plaza Registán de Samarcanda ofrece una visión evocadora de la Ruta de la Seda. En la vecina Bujará, el minarete Kalon impresionó a Gengis Kan y más tarde se convirtió en mazmorra de funcionarios y espías del Imperio británico. Los bulliciosos bazares de Kasgar (China) aún atraen a viajeros y comerciantes a la llamada de una de las grandes rutas terrestres. Casi equidistante entre Bujará y Kasgar está Taskent, el punto de partida más práctico para esta zona. 

 

10. Escalada en roca en Railay (Tailandia)

Tailandia, isla Railay © Quality Master / Shutterstock Tailandia, isla Railay © Quality Master / Shutterstock

¿A quién no le gustaría escalar desde una playa tropical hasta una cima con vistas, donde James Bond hizo de espadachín en El hombre de la pistola de oro? Railay es de lo más relajado: cabañas entre palmeras, bares a pie de playa y acantilados sobre cabos abruptos, playas blancas y botes alargados. Hay una variedad genial de opciones de escalada. Para los principiantes están la Diamond Cave North Face y el ABC Wall. Y hay zonas de psicobloc para escalar por un acantilado marino sin cuerdas y dejarse caer al mar de Andamán al terminar o cuando se esté sucio. El acceso más fácil es en bote desde la playa de Ao Nang.