Las 10 mejores experiencias en el Extremo Oriente de Rusia

Escrito por
Anna Kaminski, autora de Lonely Planet

9 Septiembre 2019
7 min de lectura
© saiko3p_Shutterstock
Extremo Oriente ruso: Vladivostok

Una selección de los grandes atractivos del lejano Extremo Oriente ruso

El Extremo Oriente ruso posee una mística que ha atraído a generaciones y generaciones de viajeros. Con los volcanes y los géiseres de Kamchatka, los antiguos pilares de piedra del río Lena y algunos de los asentamientos humanos más fríos y remotos del planeta, además de las ciudades cosmopolitas de Vladivostok y Jabárovsk, la región tiene ofertas para todos los gustos. El turbador pasado de Rusia también está presente en la zona, desde el ferrocarril BAM (Baikal-Amur Mainline) hasta la tristemente célebre Carretera de Kolymá que va a Magadán, el puesto más infame del sistema de campos del Gulag del Extremo Oriente.

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Destino Rusia

 

Las 10 mejores propuestas para descubrir el Extremo Oriente ruso:

1. Vladivostok

2. Esso

3. Valle de los Géiseres de Kamchatka

4. Yakutsk

5. El Ferrocarril BAM

6. Oymyakon

7. Jabárovsk

8. Magadán y la Carretera de Kolymá

9. Los pilares del Lena

10. Blagoveshchensk

 

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Extremo Oriente ruso: bahía del Cuerno de Oro en Vladivostok

Cae la noche sobre el puente colgante que cruza la bahía del Cuerno de Oro en Vladivostok © Ovchinnikova Irina / Shutterstock

 

1. Vladivostok, la moderna ciudad portuaria del Extremo Oriente de Rusia

La ‘Maestra del Oriente’, Vladivostok, una ciudad moderna y dinámica con una impresionante ubicación en la bahía del Cuerno de Oro, es la capital oficiosa del Extremo Oriente ruso y un peso pesado cultural por derecho propio. El famoso Teatro Mariinsky de San Petersburgo ha inaugurado el Primorsky Stage de la ciudad en los últimos años, uniéndose a la nueva sucursal del Hermitage Vladivostok y al estelar Zarya Centre for Contemporary Art como las principales atracciones de la ciudad. Mientras, el S-56 Submarine, el Fort No 7 y el Vladivostok Fortress Museum rinden homenaje al trasfondo de la ciudad como la más importante base naval rusa de Oriente. En el panorama gastronómico de Vladivostok, solo superado por los de Moscú y San Petersburgo, abundan los bares de cócteles que atraen a las aves nocturnas. Si su ritmo frenético resulta abrumador, siempre es posible huir hacia las playas de la isla Russki e isla Popov.

 

2. La localidad de Esso en la legendaria Kamchatka

En pleno corazón de la mítica península de Kamchatka, la pequeña ciudad de Esso es el punto de partida de espectaculares excursiones para bañarse en los istochniki (manantiales termales) y practicar rafting en el vecino río Bystraya. Entrañables izbas (casitas de madera) reposan en un valle aromatizado por los pinos, rodeado de montañas boscosas. Una red de rutas bien señalizada y con varios niveles de dificultad surca el Parque Natural Bystrinsky, que rodea la zona. La más corta es de 2 km; la más larga, de 42 km.

 

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Extremo Oriente ruso: Valle de los Géiseres de Kamchatka

Uno de los grandes puntos de interés de Kamchatka, el humeante Valle de los Géiseres, accesible solamente en helicóptero © Alla / Shutterstock

 

3. Valle de los Géiseres de Kamchatka

Accesible solamente con un circuito en helicóptero desde Petropávlovsk-Kamchatski, el humeante Dolina Geyzerov es la atracción estrella de Kamchatka; la península repleta de volcanes y géiseres que posee la topografía más espectacular y volátil de toda Rusia. Este valle de 8 km de longitud biseccionado por el río Geysernaya alberga docenas de géiseres que estallan esporádicamente escupiendo vapor, barro y agua. Algunos de los más llamativos se pueden contemplar paseando por una pasarela especial.

 

4. Yakutsk, la ciudad más fría del mundo

La remota capital de la República de Sajá, Yakutsk, es a la vez la ciudad más fría del mundo y una maravilla de la ingeniería soviética construida totalmente sobre el permafrost. Su maraña de tuberías en superficie, que transportan agua y gas, es una imagen peculiar, y a pesar de su aislada ubicación, Yakutsk es un lugar muy cosmopolita. Una visita al curioso Permafrost Kingdom es de especial interés, con sus esculturas de dioses paganos y personajes mitológicos que nunca se derriten, mientras que el National Art Museum expone tallas de colmillos de mamut y pinturas de los artistas de Sajá. Para saborear las delicias de Sajá, como el indigirka (pescado crudo helado), la carne de reno y el zherebyatiny (filete de potro) destacan los restaurantes Chochur Muran y Makhtal.

 

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Extremo Oriente ruso: Ferrocarril BAM

Un rótulo del Ferrocarril BAM, prodigio de la ingeniería y alternativa al Ferrocarril Transiberiano © Philip Lee Harvey / Lonely Planet

 

5. A bordo del Ferrocarril BAM

Con 4324 km desde Severobaikalsk (en la orilla norte del lago Baikal) hasta el mar de Ojotsk, el BAM (Baikal-Amur Mainline) es un hito de la ingeniería ferroviaria (y de los trabajos forzados) y la alternativa menos usada del Ferrocarril Transiberiano. Con sus puentes que cruzan los imponentes ríos Lena y Amur, sus túneles excavados a través de kilómetros de roca pura, y sus vías adentrándose entre tupidos bosques de coníferas y taiga, montar en el BAM es una forma maravillosa de conocer a gente rusa común. Es posible compartir una cerveza o una taza de té y unas cucharadas de caviar con un grupo de mineros o leñadores, absortos en su profunda curiosidad hacia el viajero. Merece la pena apearse en Tynda, donde la autora de libros de viajes Dervla Murphy se quedó atrapada mientras escribía Through Siberia by Accident, para visitar el Museo del BAM, y en Komsomolsk-na-Amure, para admirar los majestuosos mosaicos de la era soviética y la playa ribereña.


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6. Los renos y zorros plateados de Oymyakon

Unos 650 km al este de Yakutsk, la pequeña estación de Oymyakon (500 hab., aprox.), donde se crían renos y zorros plateados, es el lugar habitado de forma permanente más frío de la Tierra, con temperaturas que en los valles vecinos se precipitan hasta los -82°C. Varias agencias de viajes en Yakutsk, incluida Visit Yakutia, organizan circuitos de una semana a Oymyakon para asistir al anual Pole of Cold Festival a finales de marzo, con carreras de renos, conciertos al aire libre y otras actividades. 

 

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Extremo Oriente ruso: Catedral de la Transfiguración de Jabáros

Las cúpulas doradas de la Catedral de la Transfiguración de Jabárosk se ven bellísimas durante la puesta del sol de invierno © Konstantin Baidin / Shutterstock

 

7. Jabárovsk, la segunda ciudad más poblada del Extremo Oriente ruso

Tanto si se visita en invierno por sus esculturas de hielo, como en verano por su animada vida nocturna y la playa del río Amur, Jabárovsk es un soplo de aire fresco, sobre todo después de pasar varios días a bordo de un tren de camino hasta aquí. Sus amplios bulevares están flanqueados por majestuosos edificios de época zarista (destacan la Biblioteca científica del Extremo Oriente y el Tsentralny Gastronom), y abundan los senderos verdes para pasear por la ciudad, incluidos Amursky bul y Ussuriysky bul. En el próspero panorama gastronómico destacan la cocina georgiana de Satsivi y la de fusión en Farsh; y en el centro de la ciudad hay algunos buenos bares, incluido el hípster Brozbar, con una buena selección de cervezas artesanales.


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8. Magadán y la Carretera de Kolymá

Rodeada de montañas nevadas y cercada por el mar de Ojotsk, Magadán es una ciudad sorprendentemente agradable a pesar de su oscuro pasado. Descrita por Solzhenitsyn como “el polo del frío y la crueldad” en Archipiélago Gulag, fue el más infame de todos los campos de trabajos forzados estalinistas de la década de 1930 a mediados de los años cincuenta. Se estima que el durísimo clima subártico y las espantosas condiciones laborales acabaron con la vida de más de un millón de prisioneros en la región de Kolymá. En su memoria se alza el gigantesco monumento Máscara de la Tristeza, en una ladera que hay sobre Magadán, además del Museo Regional de Magadán. Se puede llegar en avión o con el viaje por carretera más ambicioso del Extremo Oriente ruso, un trayecto de tres o cuatro días desde Yakutsk en todoterreno o camión de seis ruedas por la Carretera de Kolymá, también conocida como “la carretera de los huesos”, construida sobre los restos de un sinfín de presos del Gulag.

 

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Extremo Oriente ruso: los pilares del Lena en la República de Sajá

Los pilares calizos del Lena son un popular crucero desde Yakutsk © Vicky Ivanova / Shutterstock

 

9. Los Pilares del Lena en la República de Sajá

El crucero más popular del Extremo Oriente ruso es una excursión de dos días desde Yakutsk hasta los Lenskie Stolby (Pilares del Lena) por el imponente río Lena. Con aspecto de un bosque petrificado, estos pilares, con 35 millones de años de historia y 80 km de largo, se elevan hacia el cielo desde la orilla del río. La imagen, después de varias horas de crucero entre impenetrables bosques de coníferas, es espectacular. Lena Tur Flot ofrece cruceros de 36 y 46 horas a bordo de dos confortables barcos; e incluso se puede ver la ceremonia de un chamán.

 

10. Blagovéshchensk y la frontera con China

Este remoto enclave ruso se remonta a 1644 y es una ciudad fronteriza que mira hacia su moderna vecina china, Heihe, al otro lado del río Amur. Merece la pena el desvío de 110 km al sur de la línea principal del Transiberiano hasta Blagovéshchensk para admirar la bella arquitectura de época zarista que preside el centro de la ciudad. Otro punto de interés es el extenso Museo Regional de Amur. Además, Blagovéshchensk es uno de los puntos de Rusia por donde es más fácil entrar en China (aunque hay que tramitar el visado con antelación).

 

 

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