Grandes viajes: la ruta báltica del ámbar

Escrito por
Varios autores de Lonely Planet

28 Mayo 2018
5 min de lectura
© sergeisimonov_Shutterstock
Costa báltica, Curonian Spit, Nida, Neringa, Lituania

Una ruta que recorre las costas de Kaliningrado, Lituania y Letonia

No hace falta ir a por ámbar para disfrutar de esta ruta, ya que ofrece experiencias inéditas. La ruta báltica del ámbar recorre, a lo largo de las sinuosas costas de la región de Kaliningrado, Lituania y Letonia, los singulares puntos de interés del ámbar en el Báltico.

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Ámbar en Kaliningrado, Rusia © Oleinik Iuliia / Shutterstock
 Ámbar en Kaliningrado, Rusia © Oleinik Iuliia / Shutterstock

El ámbar, resina fosilizada, se formó en la zona del Báltico hace entre 40 y 60 millones de años. Se comercializaba antes del nacimiento de Cristo, aunque no fue hasta mediados del s. XIX cuando el llamado “oro del Báltico” empezó a adquirir importancia. En los años 1854-1855 y en 1860, se hallaron grandes cantidades de ámbar cerca de Juodkrantė, en el istmo de Curlandia, en Lituania. Durante la “fiebre del ámbar” se encontraron tres cúmulos que juntos pesaban 2250 toneladas, pero en 1861 ya no quedaba ámbar. Desde 1869 la mayoría del que se vende en la zona del Báltico se extrae de la mina Yantarny, en la región de Kaliningrado, Rusia.

 


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Rusia

La ruta báltica del ámbar, una ruta turística financiada por la Unión Europea, recorre 418 km y está diseñada para llevar a los visitantes por los principales puntos de interés relacionados con el ámbar, siguiendo las costas del mar Báltico desde Kaliningrado, en el sur, hasta Letonia, en el norte. No hay mejor lugar para disfrutar de la magia sutil de esta resina fosilizada que en la región rusa de Kaliningrado, fuente de la mayor parte del ámbar báltico.

 

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Museo del Ámbar, Kaliningrado, Rusia © S.O.E / Shutterstock
 Museo del Ámbar, Kaliningrado, Rusia © S.O.E / Shutterstock

El Museo del Ámbar de Kaliningrado conserva joyas de ámbar impresionantes, así como el segundo pedazo de ámbar más grande del mundo. Un recorrido por la mina de ámbar industrial de Yantarny desde la capital es obligado para los fans de este material, por no hablar de la mejor galería de ámbar de la región, en Nida (Lituania), al otro lado de la provincia rusa.

 


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Lituania

En Lituania, el preciado ámbar se halló en Juodkrantė en la década de 1850, pero hoy solo hay algunas piedras en la orilla tras alguna gran tormenta, momento en que recolectores de ámbar profesionales frecuentan las playas de Karklė y Šventoji. Palanga cuenta con un museo del ámbar de estilo palaciego.

En Liepāja (Letonia), presumen de contar con la obra de arte hecha en ámbar más grande del mundo (un enorme tapiz colgante) y un reloj de sol de ámbar. También hay bonitas piezas de ámbar en el interior del castillo de la Orden Livona en Ventspils, en el extremo norte de la ruta del ámbar.

 

El viaje hoy

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Pirámide de ámbar en la mina de Yantarny, Kaliningrado, Rusia © siete vidas / Shutterstock
 Pirámide de ámbar en la mina de Yantarny, Kaliningrado, Rusia © siete vidas / Shutterstock

Lo mejor es dejarse guiar por esta resina de árbol fosilizada hasta sitios y escenarios extravagantes. Al recorrer esta ruta, uno piensa en las utilidades del ámbar: los primitivos lo quemaban para calentarse, en la Edad Media se usaba como moneda, hacia el 12 000 a.C. tribus prusianas frotaban pedazos de ámbar entre sí para crear electricidad estática, y durante el s. XII se decía que tenía cualidades místicas que acercaban a la gente a los espíritus.

 

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Mina de ámbar de Yantarny, Kaliningrado, Rusia © siete vidas / Shutterstock
 Mina de ámbar de Yantarny, Kaliningrado, Rusia © siete vidas / Shutterstock

Al contemplar la enorme mina de ámbar de Yantarny en Kaliningrado, extraña saber que los extranjeros no pudieran entrar en esta región hasta 1991. Es la mayor mina de ámbar a cielo abierto del mundo. Aquí se respira un ambiente fronterizo al estilo del Lejano Oeste, donde los buscadores de ámbar compiten por el mejor ‘oro del Báltico’.

 

 

 

Y uno se va de Lituania preguntándose qué pinta tendría un cowboy lituano, un pensamiento que se esfuma al llegar al museo del ámbar de Palanga. Allí el viajero podrá admirar las piezas expuestas, joyas de ámbar en las que quedaron atrapados mosquitos y otros insectos.

 

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Recolector de ámbar en la costa báltica © Ilya Finagin / Shutterstock
 Recolector de ámbar en la costa báltica © Ilya Finagin / Shutterstock

Después toca recorrer la larga costa báltica, viendo a los recolectores de ámbar peinar la zona en busca del preciado material. Se pone el sol y el viajero no podrá evitar imaginarse el cielo anaranjado como una gran cubierta de ámbar que envuelve la tierra.

La experiencia final será en Nida, donde se puede visitar la casa de los Gaigalas, una granja desvencijada situada en un tramo agreste de la costa, abierta al público y decorada con todo tipo de restos devueltos por el mar (boyas, cepillos de dientes, etc.) que forman esculturas. Es un hogar de lo más auténtico; sus propietarios sobreviven vendiendo 15 kg de trocitos de ámbar que recogen en la playa tras las tormentas.

 


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Letonia

Atajo

Una ruta reducida podría limitarse a Letonia. Hay varios vendedores de ámbar en el casco antiguo de Riga, y es un país con ingredientes tan mágicos como pinares con castillos en ruinas, catedrales con cúpulas bulbosas y playas animadas. Riga es la ciudad con más vida del país. 

 

Desvío

Si el viajero ya está cansado de tanto ámbar pero no de la antigua cultura báltica, será buena idea explorar los tesoros protegidos de la Unesco en Letonia y Lituania. Riga cuenta con una espléndida colección de edificios medievales y neoclásicos, además de presumir de los mejores ejemplos de art noveau de Europa. Vilna está llena de iglesias medievales, góticas, renacentistas y clásicas, además de contar con el mayor casco antiguo barroco de Europa. El yacimiento arqueológico de Kernavė también merece un desvío, igual que el istmo de Curlandia, la franja que une Lituania con Kaliningrado, una maravilla natural esculpida durante milenios por los vientos y las olas del mar Báltico.

 

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Palanga, Lituania © Sergei25 / Shutterstock
 Palanga, Lituania © Sergei25 / Shutterstock

Experiencias únicas

  • Buscar ámbar en la playa, con el permiso de los lugareños.
  • Explorar el casco antiguo de Riga y el de Vilna; ambas ciudades resumen lo mejor de la región báltica.
  • Admirar la espléndida arquitectura báltica y la de estilo art nouveau en Riga.
  • Explorar el magnífico yacimiento arqueológico de Kernavė, cerca de Vilna; es como viajar en el tiempo.
  • Disfrutar de los muchos y excelentes festivales de música y danza bálticas de la región, que permiten conocer de cerca la interesante cultura báltica.
  • Descubrir el ámbar: hay más de 250 colores de ámbar. Algunas de las piezas que se venden se calientan o se comprimen; otras se combinan, mientras que también las hay que se pulen. Para saber si una pieza pulida es ámbar auténtico, hay que colocarla en agua salada; si se hunde, no es ámbar. Las más valiosas son las que tienen trocitos de tierra, conchas, etc.

 

  • DISTANCIA - 418 KM
  • PAÍSES - LA REGIÓN DE KALININGRADO (RUSIA), LITUANIA Y LETONIA
  • DURACIÓN IDEAL - ENTRE CUATRO DÍAS Y UNA SEMANA 
  • MEJOR ÉPOCA - DE MAYO A SEPTIEMBRE

 

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