Filipinas fuera de ruta: Palawan

© matthew lee - www.flickr.com/photos/findiver/4403756832
Palawan, Filipinas

El paraíso secreto de los submarinistas

Filipinas está en auge como destino para el gran viajero, pero una vez allí hay más de 7000 islas para escoger destinos más populares, como la imprescindible Manila, paraísos de los submarinistas, como Bohol, o destinos playeros, como Boracay. Pero más allá de los destinos que incluyen los circuitos turísticos hay miles de opciones para los que quieran ir más lejos y salir de las rutas convencionales. Por ejemplo, Palawan, la región menos poblada de Filipinas y también la más llamativa, con paisajes marinos equiparables a los mejores del sureste asiático y una rica vida terrestre y marina. 

Palawan, con su alargada silueta se extiende al oeste de las Filipinas como una cuña de 650 kilómetros que parece intentar escaparse hacia Borneo, en busca de libertad. La puerta de entrada a la zona es Puerto Princesa (Puerto), capital culinaria y centro turístico, aunque la  mayoría de los viajeros va hacia el norte, hasta El Nido o Corón, desde donde se puede viajar de isla en isla.

En Palawan el mar frente a la costa se usa como carretera alternativa, con bangkas (barcas de madera) que navegan entre pueblos pesqueros, ciudades turísticas y un laberinto de islas deshabitadas. En el sur, donde la topografía es más agreste, se pueden explorar también montañas cubiertas por la jungla, aunque los servicios son bastante rústicos. Estamos en un paraíso del buceo, de la espeleología y sobre todo de las playas para no hacer nada de nada. Lo dicho: el paraíso. 

Las mejores experiencias para disfrutar en Palawan: 

1. Explorar Puerto Princesa y sus alrededores, en moto

Los filipinos la venden como “la capital ecológica” del país, pero es bastante exagerado. Lo que sí que es cierto es que Puerto Princesa tiene un buen panorama gastronómico y que, al estar en el centro de la isla principal, nos puede servir como punto estratégico para saltar a otras islas o acercarse a Sabang, famosa por su playa y sobre todo por su río subterráneo.

Una forma de moverse por la zona es en moto. Así podremos llegar fácilmente a lugares como el Palawan Butterfly Garden o el Irawan Eco-Park, acercarnos hasta la playa de Nagtabon o incluso a bahía Honda para bucear o visitar las islas de este arrecife.

También hay varias excursiones de un día desde Puerto Princesa que merecen la pena, como acercarse a otras islas con playas aisladas o recorrer en coche sus impresionantes campos. Uno de los puntos más recomendables son los arrecifes de Tubbataha, una reserva marina protegida que suele compararse a las islas Galápagos, y que están a 10-12 horas en barco desde Puerto Princesa. En 1993, la reserva fue declarada Patrimonio Mundial por la Unesco y alberga cientos de especies de aves marinas y peces, incluidas mantas, tiburones ballena y todo tipo de vida marina pelágica.

La temporada para visitar Tubbataha va de mediados de marzo a mediados de junio y la única manera de ir es en la media docena de cruceros que salen desde Puerto Princesa.

2. Bucear con tubo por lagunas en el archipiélago de Bacuit 

 

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Bacuit

 Bacuit © MrGaryLarson - www.flickr.com/photos/chinesegary/1162552601

Este pintoresco archipiélago está repleto de lagunas secretas, playas y paisajes rocosos. Hay que pasar en la zona varios días (como mínimo) para ir de isla en isla, pasear en kayak hasta aislados tramos de arenas blancas e incluso para tener tiempo de tomar algunas copas en los restaurantes instalados frente al mar.

Las aguas cristalinas de la bahía de Bacuit son un paisaje de fantasía formado por escarpadas islas de piedra caliza, hipnóticas desde cualquier punto que se miren: bajo el agua, desde el aire o tumbado en una hamaca. Comparables con las del sur de Tailandia o la bahía de Halong en Vietnam, las islas esconden centenares de playas de arenas blancas, lagunas y calas, además de cientos de especies de peces y corales.

Miniloc es, tal vez, la isla más interesante de todo el archipiélago, con tres de los lugares más fotografiados de Palawan: la laguna grande, la laguna pequeña y la laguna secreta. Otra de las islas más bellas es Cadlao, como un Tahití en miniatura, con la atractiva laguna en la que se puede bucear con tubo por los jardines de coral que se encuentran a poca profundidad.

3. Escurrirse entre las portillas de los pecios de la II Guerra Mundial en la isla de Busuanga

En el extremo norte de Palawan hay un conjunto de islas que parecen quedar al fin del mundo: son las islas Calamianes. La mayor de todas estas islas es Busuanga, cuyo centro es Corón, el mayor asentamiento. Se podría pensar que no hay mucho que ver en tierra, pero bajo el agua la cosa cambia: más de dos docenas de barcos japoneses de la II Guerra Mundial descansan en el fondo marino. De ellos, más de una docena se pueden explorar si se tiene suficiente tiempo. También hay infinitas playas vírgenes de arena blanca, corales para explorar buceando con tubo, una densa selva y manglares, además de los lagos cristalinos de la isla de Corón.

Busuanga es un destino de fama mundial para el buceo en pecios. Los mejores para buceadores inexpertos son el Lusong, que también puede verse buceando con tubo, y el East Tangat, a 9 y 22 metros respectivamente.

Y si estamos cansados de estar bajo el agua, siempre podremos dedicarnos a recorrer en kayak los manglares de la península de Butong o alquilar una moto y explorar los campos de Busuanga recorriendo aldeas, bosques y ricas tierras de cultivo. 

4. Moverse al ritmo lento en Port Barton

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Port Barton

 Port Barton © Thorsten Martens - www.flickr.com/photos/80262455@N04/8058538131

Muchos viajeros van directamente al norte de Palawan y se quedan atrapados con el encanto de esta costa salpicada de calas y playas aisladas y laberínticas islas. Es el séptimo cielo para los amantes de la playa y los aventureros submarinos. El Nido y Corón son sus principales puertas de entrada pero el centro del submarinismo está en Port Barton, un pueblo de apenas dos calles, donde la jungla se precipita en la bahía y se goza de placeres sencillos. El tipo de sitio del que, tras un par de paseos por la playa, uno no quiere marcharse. A poca distancia de la costa hay varias islas con buenas playas en las que bucear con tubo, y se observan hilera tras hilera de boyas, que marcan las localizaciones de las granjas de perlas. 

5. Aprovechar al máximo los días en Sabang

Sabang es famosa por una de las principales atracciones turísticas de Filipinas: el río subterráneo. Pero hay más motivos para visitar esta localidad del centro de Palawan: una amplia playa espectacularmente enmarcada por las montañas y las cálidas aguas, y varios puntos de buceo con tubo muy cercanos, como la cueva de Panganano o las islas de Pilomena y García. También resulta fácil organizar salidas de pesca con algún pescador local o hacer senderismo por la Jungle Trail (5 kilómetros) que va desde Sabang hasta el Parque Nacional del Río Subterráneo de Puerto Princesa, la principal atracción de la zona.

Aunque el río tiene 8 kilómetros de largo, los circuitos solo recorren 1,5 (pasado ese punto, la navegación se complica). La cueva de piedra caliza que atraviesa el río es una de las grutas navegables más largas del mundo. 

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