8 lugares de Bangladés que pasan desapercibidos
Bangladés tiene ofertas sustanciosas para quienes gustan de explorar un destino más allá de los clásicos puntos de interés. Los sitios más famosos de este país acuático ven pocos turistas; y los enclaves históricos, ruinas y parajes bellos casi parecen estar a la entera disposición de los visitantes.
Por supuesto que hay que empezar un viaje a Bangladés con lo imprescindible: la observación de tigres en el Sundarbans, un paseo en los rocket paddleboats, emblemáticos barcos de vapor a palas, las visitas a plantaciones de té y a la vieja Dhaka; pero también hay que tener en cuenta los siguientes 8 tesoros escondidos que avivan el espíritu aventurero.
1. Muktagacha Rajbari, una mansión olvidada
La grandeza desvaída de la Muktagacha Rajbari. © Ehtesham Khaled / Getty Images
Es una de las varias rajbaris (mansiones familiares de la antigua nobleza feudal) que se desmoronan, silenciosas, en el olvido por pueblos y ciudades de toda Bangladés. La Muktagacha Rajbari es un ejemplo de cómo deberían ser todas las ruinas.
Espléndido en su decadencia, el palacio principal ocupa el centro de una finca de 4 Ha con majestuosos exteriores adornados por enormes columnas corintias, parapetos elevados y detalles estucados florales.
No hay labores de reconstrucción o reformas meticulosas en marcha; solo el ocaso clásico de un gran esfuerzo humano a manos de la vegetación que lo engulle poco a poco. El entusiasta conserje de la finca, que habla algo de inglés, da vida al lugar a cambio de una pequeña propina del puñado de turistas que llega hasta aquí.
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Cómo llegar a Muktagacha Rajbari:
Tomar un autobús de Mymensingh a Muktagacha, y después seguir las indicaciones a la rajbari desde la carretera principal. Los lugareños de la zona estarán encantados de indicar el camino si uno se despista un poco.
2. Las colinas China Clay, un lugar pintoresco y tranquilo
Turistas locales en las colinas China Clay © Rehman Asad / Getty Images
El trayecto a este reducto de tranquilidad es realmente la mitad de la diversión del viaje. Situado cerca de la frontera con la India, al final de una deliciosa ruta de tres horas en barco por el apacible río Someshwari, estas ‘colinas’ son una serie de pequeños y pintorescos montículos que se elevan sobre el río y las tierras de cultivo vecinas, y que rodean un sereno lago de claras aguas turquesas.
Es un sitio fabuloso para disfrutar de un pícnic a la sombra de los árboles y para fotografiar la naturaleza, sobre todo a última hora de la tarde. De regreso se puede optar por un trayecto en rickshaw, pasando por un puñado de aldeas tribales remotas.
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Cómo llegar a China Clay:
Tomar un autobús de Mymensingh a Birisiri, donde habrá que pasar la noche. Las mejores opciones para ello son los albergues YMCA y YWCA, que pueden encargarse de contratar un barco. Otra opción es ir a la carretera principal y decirle a un conductor de rickshaw que se quiere ir a ‘cheena matir pahar’.
3. Isla de Maheskhali, templos hindúes y budistas
Templo budista de la isla de Maheskhali © Nicolasdecorte / Getty Images
Con su ambiente rústico y su colección de templos hindúes y budistas, la isla de Maheskhali es una maravillosa escapada de la soberbia de los resorts de Cox’s Bazar. Hay que recorrer una larga pasarela de madera que serpentea entre marjales hasta el muelle de los barcos y allí tomar una pequeña lancha rápida que transporta pasajeros de la zona por toda la isla.
Por el camino se navega entre espectaculares manglares mientras la lancha se mece en las olas de otros barcos que pasan. En la isla se pueden visitar salinas, mercados rurales y centros de secado de pescado, ejes de la economía local.
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Cómo llegar a la isla de Makeskhali:
El trayecto del muelle a la isla de Maheskhali dura unos 30 min. Al llegar a la isla se puede alquilar un auto-rickshaw por unas 500 takas para ver los puntos de interés durante las horas siguientes.
4. La mezquita Goaldi, un tesoro casi escondido
La mezquita Goaldi está muy influenciada por la arquitectura de templos bengalíes © Danita Delmont / Shutterstock
La mezquita Goaldi es una de las mezquitas más antiguas que quedan en pie en Bangladés y está escondida entre los campos de cultivo que rodean Painam Nagar (más conocida como Sonargaon), una pequeña ciudad abandonada próxima a Dhaka donde también se hallan los restos maltrechos de docenas de mansiones del s. XIX que antaño fueron propiedad de ricas familias hindúes.
La mezquita también está abandonada y ya no es un centro de culto, pero resulta una buena excursión si se visita Painam Nagar, y una gran excusa para aventurarse por los parajes menos trillados y la campiña sin tener que alejarse demasiado de Dhaka.
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Cómo llegar a la mezquita de Goaldi:
Hay autobuses regulares entre Dhaka y Painam Nagar. Salir a pie del asentamiento, torcer a la izquierda y seguir la carretera que sale de la ciudad hacia los campos de arroz. A partir de allí, preguntar a algún lugareño como llegar a ‘Goaldi Masjid’.
5. El Santuario Faunístico y las playas de Teknaf
Los extensos paisajes playeros de Teknaf © Md Farhad Rahman / Getty Images
En los bosques de Bangladés no solo hay tigres, también hay elefantes salvajes (aunque solo unos pocos). Uno de los mejores sitios para verlos es esta reserva faunística poco conocida que se extiende hasta la punta más meridional del país.
Es difícil ver elefantes (el mejor momento es al atardecer, cuando salen de la jungla en busca de pozas para beber y bañarse), pero adentrarse en el bosque montañoso es toda una aventura. Por el camino es fácil toparse con lugareños que van al monte a buscar leña. Los senderos están marcados con carteles de madera (en bengalí), por lo que no cuesta mucho orientarse. Teknaf tiene la bahía de Bengala al oeste, por lo cual también hay playas solitarias e impresionantes.
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Cómo llegar a Teknaf:
Tomar un autobús rumbo a Teknaf desde Cox’s Bazar. Apearse al ver la señal del elefante junto a la carretera, a unos 8 km de Teknaf. Si apetece ver elefantes al atardecer, es posible pasar la noche en el Hotel Ne-Taung de Teknaf, al que se puede llegar en auto-rickshaw compartido desde la reserva.
6. Los mercados flotantes de Banaripara, punto de encuentro
Fruta y verdura a la venta en el mercado flotante de Barisal © RubyRascal/Getty Images
Como los mercados flotantes del sureste asiático, más famosos, el pequeño mercado flotante de Banaripara es el punto de encuentro de los lugareños de esta zona ribereña de Bangladés, que venden y compran comida sin tener que moverse de sus barcos.
Este mercado en concreto vende sobre todo arroz, y es una visita original desde Barisal como parte de una excursión al sur de Bangladés. El día más activo es el sábado (localmente llamado haat o día de mercado), cuando el río se llena de barcos-tienda que se mecen en el agua y los puestos de las estrechas calles que dan al río lucen de lo más pintoresco. Barisal tiene su propio mercado flotante, especializado en frutas y hortalizas.
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Cómo llegar a los mercados flotantes:
Tomar un autobús de Barisal a Banaripara, y pasear por la ribera. Tras pasar el día se puede regresar a Barisal para pasar la noche en el Hotel Athena International o en el Hotel Sedona International.
7. Una travesía poco conocida por el río Sangu
El río Sangu © ashikcmc@yahoo.com / Getty Images
Dado que Bangladés ofrece mil y una travesías fluviales en barco, el tramo del río Sangu entre Ruma Bazaar y Bandarban es particularmente especial por dos razones.
La primera, que el paisaje es espectacular: es la zona de los montes de Chittagong, llena de espectaculares acantilados de roca que se alzan desde el río, resguardados por montes boscosos llenos de animales.
La segunda, que es de más difícil acceso que un río común de Bangladés, ya que las tensiones políticas y comunitarias obligan a los extranjeros a tramitar permisos (y a veces a contratar guardias) para visitar la zona. No obstante, la ruta en barco por este apacible río es mágica, pasando por aldeas a las que solo se llega en barco y ante cautivadores paisajes rurales por el camino.
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Cómo llegar al río Sangu:
Tomar un autobús a Bandarban desde Ruma Bazaar o desde Khokhongjiri (un puesto ribereño de jeeps a una hora de Ruma), y buscar un barquero local para regresar a Bandarban por el río (4 h desde Khokhongjiri, 6 h desde Ruma). Las posibilidades de conseguir un barco aumentan si se viaja con un guía local. El excelente Hillside Resort de Bandarban contacta con guías y reserva barcos para excursiones privadas, a diferencia de los ‘barcos de servicio’ que cubren la ruta a diario.
8. Templo de Kantanagar, el maravilloso templo de terracota
Los elaborados paneles de terracotta del templo Kantanagar. © bdspn / Getty Images
Uno de los pocos templos de terracota del s. XVIII que quedan en pie en Bangladés es este hermoso santuario dedicado a la deidad hindú Krishna. Está en un amplio claro azotado por el viento cerca de la ciudad norteña de Kantanagar, próxima a Dinajpur. Es un paisaje de lo más surreal, y aparte de algún pastor de vacas extraviado y su rebaño, apenas se ve a nadie en la zona, lo cual realza su ambiente etéreo.
Los paneles de arcilla cocida del exterior del templo son muy detallados y da gusto fotografiarlos. Si se visita el templo durante el festival hinduista del Maha Raas Leela, a finales de noviembre o principios de diciembre, se puede ir a ver la animada feria rural que se celebra alrededor del templo.
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Cómo llegar al templo de Kantanagar:
Hay autobuses que circulan todo el día de Dinajpur a Kantanagar, y desde allí hay un agradable paseo de 10 min por frondosas tierras agrícolas y aldeas de casas de adobe. También es posible alquilar un auto-rickshaw de ida y vuelta al templo desde Dinajpur.