¿Te gustaría viajar a Costa Rica? Te damos los ingredientes para que tu visita al país de la pura vida sea inolvidable.
Costa Rica es mucho más que solitarias playas de fina arena, parques naturales y una cuidada gastronomía, es un destino único en el mundo que ha sabido conjugar a la perfección la sagrada unión entre turismo y naturaleza. Costa Rica es, en efecto, conciencia de desarrollo sostenible. Bienvenidos al país donde otro turismo es posible.
El itinerario perfecto por la bella Costa Rica lleva años trazado al antojo del viajero más sibarita. Y es que turistas de todo el mundo acuden hasta este pequeño país de América Central para visitar, entre otras cosas, la exuberante vegetación que cubre el parque natural de Manuel Antonio –y también sus interminables playas–, los bosques de Monteverde, Tortuguero o el imponente volcán Arenal, la silueta más reconocible de Costa Rica.
Pero la realidad es que la verdadera belleza de Costa Rica se encuentra en casi cualquier parte. Es la gran ventaja que este pequeño país tiene frente al mundo. Una cuarta parte del país está protegido por parques y reservas naturales, siendo el Parque Nacional Corcovado la ‘casi’ joya de la corona. Aquí encontramos la perfecta conjunción entre flora y fauna, entre selva tropical y más de 400 especies de aves, todo bordeado por la sensual cuenca del Pacífico, en cuyas aguas conviven ricamente simpáticos delfines y, por temporadas, grupos de ballenas que, en sus migraciones, atraen a visitantes de medio mundo. Costa Rica mantiene intacto el privilegiado manto verde que la cubre, cuidándolo con mimo. Sus montañas son perfectas para los más aventureros y están incluidas entre las rutas de los trekkings más bellos dle mundo.
Pero si el color que define Costa Rica es el verde, el sonido que más representa el país es el de las olas del mar desembocando en cualquier solitaria playa de fina arena. Costa Rica tiene dos costas y aglutina más de 300 playas; y aunque algunas de ellas, como Tortuguero, son de pleno dominio de las tortugas, existen otras tantas donde lo ideal es tumbarse al sol, relajarse, escuchar los sonidos de la naturaleza o iniciarse en el surf y aprender a surcar olas, un deporte muy popular en Costa Rica. Como también lo es el buceo, una de las mejores opciones que existen para observar y maravillarse por los coloridos fondos marinos del país. La isla de Coco, a donde solo se puede acceder en barco y tras una intensa travesía, es uno de los mejores lugares del mundo donde realizar inmersiones. Un enclave donde la belleza que sí se ve compite con la que habita bajo el mar, de ahí que este trozo de paraíso sea el preferido no solo por buceadores de medio mundo, sino también por amantes de naturaleza en estado puro.
Tras una exultante sobredosis de belleza, es de recibo hacer un alto en el camino para reponer fuerzas. Los ‘ticos’, como se conoce popularmente a los habitantes de Costa Rica, son, además de buenos anfitriones, unos excelentes amantes de la gastronomía tradicional. De ahí que, aunque con platos mucho menos conocidos que los de vecinos países, la cocina costarricense esté ganando peso y todo el reconocimiento que merece entre los paladares más ‘foodies’ del panorama internacional. Es por eso que nadie debería dejar pasar la oportunidad comenzar el día acompañado por el típico desayuno costarricense, el gallo pinto, que además es uno de los orgullos gastronómicos del país. Este fotogénico plato está formado por unos huevos revueltos a un lado y una mezcla de arroz, frijoles y queso al otro que garantiza la energía suficiente para comenzar el día. Aunque si de tradiciones hablamos, es el café quien ocupa todo el protagonismo gastronómico, tanto, que hasta podría considerarse como la bebida nacional. En Costa Rica generalmente se bebe con leche, aunque merece la pena saborear la intensidad de un café recién hecho tomándolo solo. Si se quiere un cortado, hay que pedirlo “con leche al lado”. Sea como fuere, aquí lo único necesario es disfrutarlo, el café y sobre todo el destino.