Lo que no debería perderse del noroeste andino
En Argentina el norte también existe. Aunque todos los viajeros dirijan sus pasos a Buenos Aires, a la célebre Pampa, a la infinita Patagonia o a las soledades antárticas de Tierra de Fuego, en el norte existe otra Argentina, andina y diferente, con muchos parques naturales y paisajes que merece la pena descubrir. Son más solitarios y menos visitados por los viajeros, pero muy auténticos. Estos son algunos rincones fuera de ruta que bien merecen un viaje.
Para esta ruta hay que situarse muy lejos de los paisajes de la Pampa o de la Patagonia, incluso de las poderosas cumbres de los Andes, aunque se vislumbran a lo lejos. El punto de partida es el noroeste, un paisaje elevado, seco y severo. Los amantes de los lugares menos turísticos o quienes repiten su visita a Argentina encontrarán en las provincias de Jujuy y Salta lugares impresionantes y auténticos, donde la naturaleza hace magia con las rocas: desde las imponentes formaciones del Parque Nacional Talampaya, en el lejano sur, hasta los estratos sinuosos de la quebrada de Cafayate; desde los picos escarpados de los Valles Calchaquíes hasta la paleta de colores de la quebrada de Huamahuaca.
Queda muy lejos la cosmopolita Buenos Aires. En el noroeste se respira auténtico ambiente andino, con su artesanía tradicional, su habla quechua, sus hojas de coca, sus llamas, sus ruinas incas y su elevada y árida puna (la meseta de la alta montaña), que se extiende al oeste hasta Chile y al norte hacia Bolivia. Sus ciudades fueron los primeros asentamientos coloniales de Argentina y tienen un atractivo especial. El tranquilo refinamiento de Santiago del Estero evoca siglos pasados, la belleza de Salta absorbe a los viajeros, y la urbana Tucumán, capital de la caña de azúcar, parece mirar ya hacia el futuro.
Lo que no se debería perder del noroeste argentino:
-Una buena ruta en coche para descubrir la región:Hay varios itinerarios muy populares desde Salta: el que lleva a ver los cactus centinelas del Parque Nacional Los Cardones, de camino a la maravillosa Cachi, y después baja a través de las comunidades tejedoras tradicionales de los Valles Calchaquíes hasta Cafayate, cuna de algunos de los mejores vinos argentinos. Otra ruta desde Salta remonta las montañas hasta la población minera de San Antonio de los Cobres, prosigue hacia el norte hasta las espectaculares Salinas Grandes y regresa por la extraordinaria quebrada de Humahuaca, llena de historia.
-La paleta natural de colores de la quebrada de Humahuaca, al norte de Jujuy: Un estrecho y espectacular recorrido por el Río Grande que discurre entre altas laderas rocosas de diversas y sorprendentes tonalidades. En cada trecho de esta antigua ruta del correo colonial se descubre un rincón pintoresco, un pueblecito quechua interesante, una capilla centenaria o un paisaje insólito.
-Observar cómo trabajan los tejedores en los memorables Valles Calchaquíes.
-Limpiarse los pulmones con el aire fresco de montaña de Tafi del Valle.
-Chilecito, el Salvaje Oeste argentino: Un buen punto de partida para emprender excursiones por las altas montañas.
-El ambiente colonial de la sofisticada Salta, capital de la provincia, fundada en el año 1582.
-El Tren de las Nubes: Una mítica ruta desde la ciudad de Salta hasta el viaducto La Polvorilla, a lo largo de 217 km y a 4220 metros de altura
-Otros parques nacionales argentinos, menos visitados por los turistas: Por ejemplo, El Rey y Baritú, en Salta; los Alisos, en Tucumán; y el Calilegua, en Jujuy.