Viaje al pasado en Mirepoix

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Mirepoix, sur de Francia

Situado a medio camino entre Carcassonne y Foix, Mirepoix, en el sur de Francia, ha sido uno de mis últimos descubrimientos en viajes. Si bien es cierto que lo elegí porque me encantó uno de sus hoteles, el Relais & Chateaux Relais Royal, reconozco que tan sólo es necesario visitar su colorida plaza medieval para enamorarse del resto. Lo bueno de Mirepoix es que además de ser bonito, es un lugar que te hace sentir bien. No es excesivamente turístico, sobre todo si viajas fuera de temporada, y aún se respira ese ambiente de pueblo tranquilo entre sus históricos muros, perfecto para el viajero en busca de desconexión. Descansar, pasear, comer bien, tomar el aperitivo en el mítico café de su plaza o comprar un rico pan de higos, del de verdad, en la panadería del pueblo. La vida tranquila de un lugar hecho así mismo.

Hubo dos cosas que sorprendieron en mi llegada a Mirepoix; una es la tranquilidad que se respira en este pueblo de poco más de 3.000 habitantes y la otra, la belleza de sus casas y su casi intacto pasado medieval. En el siglo XIII, Mirepoix fue reconstruida según los planes regulares de las casas de campo después de las grandes inundaciones de 1289, así pues su estructura original y medieval es la que se conserva hoy en día, donde destacan sus coloridas casas y el entramado de la madera que las sustenta. Las galerías que rodean la plaza del pueblo son sencillamente maravillosas y alegra comprobar que todo se ha cuidado y respetado con un mimo especial, adaptando pero no imponiendo las nuevas tendencias. No hace falta que yo te lo diga, podrás comprobarlo tú mismo, pero una de las cosas que más sorprende de Mirepoix, un pueblo relativamente pequeño, es su inmensa catedral. Construida en el siglo XIII como iglesia de San Mauricio, también fue sede del Obispado, tiene una sola nave y un elegante campanario. De las catedrales de Europa, solo la de Girona tiene una nave central más ancha. En su interior, las siete pinturas de Larivière Vesontius son dignas de admiración.

Como ya he reconocido, el motivo de mi visita a Mirepoix era conocer uno de los hoteles más importantes de la región de Ariège, el Relais Royal. Se trata de una antigua maison del siglo XIV que en su época también fue un hotel, después se transformó en casa privada y desde hace diez años es lo que vemos hoy, un precioso alojamiento de lujo dentro de una ciudad medieval. Tiene 9 habitaciones y rezuma encanto por toda su estructura. Desde la cocina original de la casa hasta elementos únicos como algunas de las puertas de madera de nogal de época Luis XIV. El hotel también cuenta con piscina y un saloncito perfecto para disfrutar l’apéritif, toda una religión en Francia, antes de cenar a la luz de las velas en su romántico restaurante gastronómico. Su oferta gastronómica se compone de un menú breve, aunque con algunos de los platos más deliciosos que he probado nunca, como su rica tatin de piña asada. Sencillamente inolvidable, al igual que toda mi estancia en Mirepoix.

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Restaurante al aire libre del Relais Royal

Cómo llegar a Mirepoix: Por la A 66, dirección Foix/Andorre, salida Mirepoix. Desde Carcasonne, A 61, salida Bram/Mirepoix. El aeropuerto de Carcassonne está a 40 km y el de Toulouse a 100 km.

Texto y fotos: Lorena G. Díaz