No es tan visitada como otras zonas de la popular Toscana, pero hay muchos motivos para visitar la región más oriental de la Toscana, esa que se adentra ya hacia la montaña y que salpica de ciudades medievales y senderos umbríos unos paisajes que han seducido a muchos directores de cine italianos y extranjeros.
La Toscana oriental
La vida es bella, El paciente inglés o Bajo el sol de la Toscana se inspiraron en ciudades como Cortona y Arezzo. Los escultores Della Robbia lo habían hecho ya mucho antes para crear algunas de las mejores esculturas del siglo XV. Con solo salir unos kilómetros de Florencia, el viajero tiene mucho por descubrir.
La guía de Lonely Planet y geoPlaneta, Florencia y la Toscana, dedica un capítulo completo a la zona más oriental de la región. "Hay dos motivos de peso por los que tantos directores italianos y extranjeros han elegido esta parte de la Toscana para localizar exteriores: su paisaje, que deja boquiabierto a cada paso, y las excelencias de su comida, vinos y alojamientos, con el soborno perfecto para garantizar una armoniosa cooperación mientras se rueda". Hasta ahora el grueso de los visitantes se ha limitado a turistas nacionales y a los mencionados equipos de rodaje, pero es muy recomendable dedicar una semana a explorar la región. Las recompensas son muchas: un espectacular paisaje de montaña y paseos en el Casentino; el arte y la arquitectura de las ciudades medievales de Arezzo, Sansepolcro y Cortona y la mejor bisteca alla fiorentina de la Toscana en el Val di Chiana.
Sugerimos tres itinerarios
Luces, cámara, acción
En los últimos años se han ambientado tres películas importantes en esta región. Roberto Benigni filmó escenas de La vida es bella en Arezzo y Cortona; Anthony Minghella rodó la escena más memorable de El paciente inglés en la Capella Bacci de Cortona y, Audrey Wells, buena parte de Bajo el sol de la Toscana también en Cortona.
Las dos ciudades hacen honor con creces a sus apariciones cinematográficas.
Sendero de los Della Robbia
La famosa familia de escultores del s. XV creó magníficas esculturas religiosas para iglesias de toda la región. La ruta empieza en el Casentino, donde puede visitarse el Sacro Eremo di Carnaldoli y el Santuario della Verna, con obras del miembro más famoso de la familia, Andrea. Después se continúa a Sansepolcro, para admirar otro de los trabajos de Andrea en el Museo Cívico y disfrutar por la noche de una comida en el Ristorante Da Ventura o Ristorante Fiorentino; ambos ofrecen, además, alojamiento.
Val di Chiana
Con pomares, olivares y lozanos prados donde pacen las níveas vacas Chianina, este enorme valle del sur de la Toscana oriental merece una visita de camino entre Arezzo y Cortona o si se va desde cualquiera de estas dos ciudades hacia el centro de la Toscana. Lo mejor es quedarse a dormir en Villa Fontelunga o Il Borno, al oeste de Arezzo, deambular por las calles empedradas y disfrutar de largos almuerzos en poblaciones como Castiglion Fiorentino, Cortona, Foiano della Chiana y Lucignano.