La mejor forma de conocer Ámsterdam
Con más canales que Venecia, la mejor forma de conocer Ámsterdam es recorrerlos a pie o sentarse en uno de los numerosos cafés instalados en sus orillas mientras se contemplan las más de 2500 casas flotantes de la ciudad. Aunque tal vez lo más cómodo sea hacer una travesía en barco, una experiencia que permitirá comprender por qué la Unesco ha declarado Patrimonio Mundial a estas vías de agua.
Cómo moverse en los canales
En holandés gracht significa “canal”, por eso el grachtengordel es el cinturón de canales formado por los principales del centro. Fueron creados a principios del siglo XVII, cuando los urbanistas pensaron en un ambicioso diseño que permitiera el crecimiento de la ciudad. Fue entonces cuando construyeron estas vías fluviales concéntricas que básicamente son las mismas que hoy podemos contemplar. Hay una serie de canales centrales, semicirculares (Singel, Herengracht, Keizergrascht y Prinsengracht) y una serie de canales radiales que cruzan los centrales como si fueran los radios de una bicicleta: Brouwersgracht, Leidengracht y Reguliersgracht.
De salvar los canales se encargan unos puentes realmente asombrosos. El más antiguo, sobre el Singel, es el de Torensluis. Aunque el más famoso puede que sea el Magere Brug (puente falco), uno de los más fotografiados, que se eleva sobre el Amstel con más de 1200 luces que lo iluminan de noche.
Los canales favoritos de Lonely Planet
Prinsengracht, el más animado de los canales centrales, con cafés, comercios y casas flotantes que flanquean los muelles.
Reguliersgracht, que permite ver los arcos de siete puentes a la vez.
Brouwersgracht, considerado por muchos lugareños el canal más bonito de la ciudad, y eso que hay competencia.
Herengracht, el canal más regio de Ámsterdam, con las casas más imponentes en la Curva de Oro.
Bloemgracht, un espléndido canal con elegantes casas con tejados a dos aguas.
Egelantiersgracht, un canal señorial y tranquilo para disfrutar (casi) a solas.
Para entender mejor los canales
Para saber más sobre este patrimonio de la Humanidad, recomendamos ver algunos de los museos dedicados a ellos: el Houseboat Museum, una barcaza de 1914 convertida en museo donde descubrir lo gezellig (acogedora) que puede ser una casa flotante; o hacer un circuito Het Grachtenhuis, que explican el papel fundamental de los canales y las casas en la planificación urbanística de la ciudad.
Los mejores alojamientos en casas flotantes
Y si queremos vivir a tope la experiencia de los canales, nada mejor que alojarse en una casa flotante, como el Houseboat Ms Luctor, un bonito barco de 1913 perfectamente equipado y decorado con paneles de caoba, atracado en un rincón tranquilo cerca de la Centraal Station, o como el B&B Le Maroxidien, que propone hospitalidad neerlandesa en un antiguo carguero con tres camarotes de temática exótica en su ala de invitados.
Otra posibilidad es alquilar una casa flotante: en Frederic Rentabike además de bicicletas también alquilan casas flotantes en el Prinsengracht, el Brouwersgracht y el Bloemgracht.
Comer junto a los canales
Las orillas de los canales centrales están llenos de bares y restaurantes. Será difícil escoger. Estas son algunas opciones:
- Café Restaurant Open, sobre un puente ferroviario de la década de 1920 en desuso, con ventanas pivotantes y cocina a la vista.
- De Belhamel, al inicio del Herengracht, un restaurante espléndido junto al canal.
- Buffet van Odette, que ofrece cocina sencilla y creativa con vistas a las abigarradas casas flotantes del Prinsengracht.
- Gebr Hartering, para disfrutar de la cocina neerlandesa contemporánea presentada con gusto en un rincón de lo más romántico.
Una copa al borde del canal
Y si lo nuestro es la noche:
- ’t Smalle, una destilería de jenever (ginebra neerlandesa) del siglo XVIII con una encantadora terraza de piedra.
- Café P 96, un garito nocturno en una casa flotante con terraza de verano.
- Het Papeneiland, una joya de 1642 en la confluencia de los canales Prinsengracht y Brouwersgracht.
- De Ysbreeker, local de moda con vistas al Amstel y sus casas flotantes.
- Café de Jaren, junto al Amstel, perfecto para pasar la tarde tomando copas en su balcón.
- Café Binnen Buiten, la mejor terraza junto a los canales en el “barrio latino” de Ámsterdam, De Pijp.