100 pisos por encima de Manhattan. Y apenas sesenta segundos. Es el tiempo que necesita el ascensor para dejarme en la parte superior del edificio más alto de Estados Unidos. Un pequeño viaje que han realizado ya 739.418 personas antes que yo. Y eso sólo en los tres meses que lleva abierto el One World Observatory, el mirador que corona el nuevo One World Trade Center de Nueva York. Es un viaje a las alturas. Pero también a las emociones.
A las emociones porque este no es un edificio cualquiera. La imagen del atentado contra las Torres Gemelas pertenece a nuestra memoria colectiva. Y es imposible no recordar aquello cuando se visita el nuevo observatorio. En un primer pasillo, monitores de video ofrecen "Voices", las reflexiones de personas que han participado en la construcción del nuevo One World Trade Center. No es un lugar en el que se detengan demasiado los visitantes, deseosos de llegar cuanto antes al techo de Nueva York.
La siguiente galería es toda una metáfora. "Foundations" ("Bases"), simula el lecho de roca sobre el que se asienta el edificio. Es un símbolo de fortaleza, de la convicción en este nuevo proyecto levantado en una zona tan simbólica. Mientras subimos hasta la planta 102, en el ascensor una proyección muestra los distintos perfiles de esa zona de la ciudad desde hace seis siglos hasta llegar a las vistas que veremos enseguida con nuestros propios ojos. Ya en lo alto, una nueva proyección, "See Forever Theater", nos habla de la vibrante vida de la ciudad con un final sorpresa que no voy a desvelar.
Y por fin, accedemos al observatorio situado en la planta 100. Estamos 381 metros por encima de las calles de Manhattan, de sus taxis amarillos, de sus puentes, del hormigueo humano apenas perceptible desde aquí. Los 360 grados del mirador permiten contemplar al norte el inmenso laberinto de calles de Nueva York y el Empire State, el destronado rey de las alturas; al oeste el río Hudson y New Jersey; la isla de Ellis y la de la Estatua de la Libertad, al sur; el East River, Brooklyn y los puentes, al este; los edificios del World Trade Center, debajo nuestro. El "Sky Portal", una plataforma situada en el suelo, proyecta imágenes de las calles que hay debajo y te permite caminar como si lo hicieras en las alturas. En la planta 101, un restaurante ofrece las mesas de "más altura" de la ciudad de los rascacielos.
Las entradas para el nuevo observatorio cuestan 32 dólares y 26 para los niños. Es recomendable comprarlas con antelación en su página web para un día y hora concretos. Gracias a esto, no parece haber grandes colas para subir. Sus organizadores aseguran que las esperas y los trámites no superan los 20 minutos.
El One World Trade Center es, con sus 541.32 metros de altura, el edificio más alto de Estados Unidos. Un título no exento de polémica que le disputa la Torre Willis, de Chicago. La azotea de la torre está, no por casualidad a 417 metros. Es la altura de las antiguas Torres Gemelas. Mientras que la azotea de su rival de Chicago está a 448 metros. Por eso, en la ciudad de los Grandes Lagos, afirman que su rascacielos es más alto. La diferencia la marcan las antenas. La Torre Willis mide, en total 527 metros y la de Nueva York, llega a esos 541.32 metros, los 1776 pies de altura con que sus creadores recuerdan el año de nacimiento de los Estados Unidos. Otro símbolo para este rascacielos que domina el nuevo skyline de la ciudad de los rascacielos.
Texto y fotos: Marino Holgado
Más información: oneworldobservatory.com/es/
