Londres es una de las capitales más vibrantes, energéticas y vitales del mundo
Resumir todo lo que ofrece es una tarea casi imposible, pero esta selección reúne 16 experiencias en Londres que sin duda alguna interesarán a todo el mundo.
1. Museo Británico
Con seis millones de visitantes cada año, este museo en Bloomsbury es la atracción más visitada de Inglaterra. El viajero podría pasar una vida en esta vasta colección de objetos y antigüedades milenarios y descubrir nuevas cosas cada día. La entrada es gratis. También se puede optar por un concurrido circuito por sus tesoros más destacados (circuitos eyeOpener).
2. Galería Nacional
Esta soberbia colección de arte, principalmente premoderno, situada en el centro de Londres, es una de las más extensas del mundo y cuenta con algunas de las composiciones artísticas más destacadas de la historia. Con obras de Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, Gainsborough, Constable, Turner, Monet, Renoir y Van Gogh, la Galería Nacional es de visita obligada. Los excepcionales restaurantes y cafés de la galería completan la experiencia y ponen la guinda al ya apetitoso pastel.
3. ‘Pubs’ de Londres
Londres sin sus pubs sería como París sin cafés o Beijing sin sus encantadores hutong. La cultura del pub es parte del ADN de Londres y los pubs son el lugar ideal para ver al londinense en su ambiente. La ampliación del horario ha consolidado a muchos pubs como pilar del ocio nocturno de la capital. También son los preferidos para los largos almuerzos familiares los fines de semana. Antaño lugares a evitar por los amantes de la comida, hoy fantásticos gastropubs salpican el firmamento culinario de Londres y rivalizan con los buenos restaurantes.
4. Tate Modern
Esta colección de arte contemporáneo, una de las favoritas de los londinenses (y puede que de todo el mundo), goza de una excelente ubicación junto al Támesis. La Tate Modern ocupa la antigua central eléctrica de Bankside y constituye una firme declaración de modernidad, renovación arquitectónica y accesibilidad. La colección permanente es gratis y la tan esperada ampliación de la galería, la dota de más espacios para exponer sus tesoros. Los nuevos espacios fomentan el marco conceptual con instalaciones y actuaciones artísticas.
5. Torre de Londres
Pocas partes del Reino Unido tienen tanta riqueza histórica ni están tan impregnadas de leyenda y superstición como las piedras titánicas de esta fabulosa fortaleza. La Torre no es solo una odisea arquitectónica, sino que alberga un diamante de tamaño descomunal, visitas gratuitas guiadas entre beefeaters impecablemente vestidos, una asombrosa colección de armaduras y armas y un aire de historia palpable en cada esquina. Con tanto que ver, conviene llegar temprano y dedicarle al menos medio día.
Siguiendo los pasos de la realeza por Londres
6. Longres gastronómico
Que nadie diga que en Inglaterra la comida no es buena: Londres lleva ya mucho tiempo brillando por su excelencia culinaria, con un caleidoscopio de cocinas sin parangón en Europa. La ciudad destaca por la comida india y de otros lugares de Asia (como China, Japón y Tailandia), pero no hay que dejar pasar la ocasión de probar la cocina británica tradicional o moderna, bien sea en un buen gastropub o en los restaurantes más elegantes. Para los amantes del dulce, es imprescindible el té de la tarde o un dulce de las muchas pastelerías de la ciudad.
7. Camden Town
Una incursión en el moderno norte de Londres, lejos del centro, es crucial en un viaje a la capital. El mercado de Camden – en realidad cuatro mercados mezclados– puede ser una experiencia frenética y muy turística, pero picar algo en sus puestos de comida internacional es una forma estupenda de calibrar el género. La fantástica oferta culinaria de Camden, su vida nocturna y su cultura de pub es bien conocida por los noctámbulos de toda la ciudad.
Comprar, comer y bailar en 4 mercadillos de Londres
8. Victoria & Albert Museum
Uno podría pasar un día entero en este museo y seguiría asombrándose con su variedad y profundidad. Sito en el elegante barrio de South Kensington, la colección más importante del mundo de artes decorativas tiene algo para cada gusto, desde tejidos islámicos a antigua cerámica china, fotografía, moda, obras de Rafael y clásicos diseños modernos, desde iMacs a zapatillas Nike. Repárese también en la fabulosa arquitectura del museo.
9. Palacio de Hampton Court
Aunque ya no sea la residencia real no ha perdido un ápice de su esplendor, ni dentro ni fuera. Este magnífico palacio Tudor, tan deseado por Enrique VIII que en 1515 convenció al cardenal Thomas Wolsey para que se lo cediese, fue ampliado en el s. XVII por Christopher Wren. Los visitantes pueden disfrutar de los diferentes estilos arquitectónicos en las variadas estancias. No hay que perderse las cocinas Tudor, que llegaron a preparar comida hasta para 1200 cortesanos de Enrique. También hay que dejar tiempo para recorrer los suntuosos jardines y acaso perderse en el laberinto...
10. Un espectáculo en el West End
El West End es sinónimo de musicales y un viaje a Londres no está completo sin una velada de Mamma mia!, Los miserables o El fantasma de la ópera. Para quienes prefieran otra cosa, hay alternativas: teatro, danza, ópera, conciertos –pequeños o a lo grande– o jazz en vivo. Londres es sin duda la capital de las artes. El truco consiste en reservar con mucha antelación si se tiene en mente algo concreto o buscar ofertas de última hora.
11. Hyde Park y Kensington Gardens
En cuanto a zonas verdes urbanas, Londres es imbatible. Sus parques son el lugar donde ver a los londinenses relajados y en su medio. Solo Hyde Park ocupa 142 Ha. Kensington Gardens ofrecen mucho más espacio para pasear, además de una ubicación céntrica, un palacio real, extravagancias victorianas, paseos en barca, conciertos al aire libre, una galería de arte, árboles espléndidos y un bonito monumento dedicado a la princesa Diana.
12. London Eye
Quizá ya se haya visto Londres desde las alturas al descender hacia Heathrow, pero seguro que el piloto no se detuvo mucho sobre las magníficas vistas de 360 grados que ofrece esta enorme noria junto al río. Las colas van despacio, pero eso hace que se disfrute aún más cuando uno se eleva y Londres se despliega bajo los pies. Mejor evitar los días grises, aunque puede resultar complicado. Si solo se va a estar unos días en la capital, conviene que esta sea la primera parada, para poder decir al menos que se ha disfrutado de las vistas.
13. Carnaval de Notting Hill
En agosto, el moderno barrio de Notting Hill se convierte en una larga y ruidosa fiesta. El mayor festival callejero de Europa consiste en tres días de colorida celebración de la música, cultura y cocina afrocaribeñas. Cada año, más de un millón de visitantes participan en las celebraciones, abarrotan las calles y se desmelenan. Es imprescindible si se quiere saborear la multiculturalidad de Londres y su mezcla de músicas, comidas, ropa, idiomas y patrimonio.
14. Abadía de Westminster
Los amantes de la arquitectura eclesiástica medieval alcanzarán el éxtasis en esta sublime abadía, lugar sagrado de coronación de los reyes ingleses. Casi todos los rincones de Londres tienen su propia historia, pero pocos son tan hermosos y están tan bien conservados como la capilla de Enrique VII. Alberga también la puerta más antigua del Reino Unido, el rincón de los poetas, el trono de la coronación, claustros del s. XIV, un jardín de 900 años, sarcófagos reales y mucho más. Eso sí, hay que ponerse en la cola a primera hora de la mañana.
15. Vida nocturna en el East End
Aunque se puede salir de fiesta por casi todo Londres, el East End lleva unos años en la cresta de la ola. Hay clubes grunge, bares en las azoteas alfombrados con hierba artificial, pubs de estilo victoriano retro-chic, pubs de 500 años de antigüedad, una animada escena para gays y lesbianas y bares de todos los estilos. Además, la oferta culinaria es tan diversa como su población, con restaurantes de curri, de moderna cocina británica y cafés de la mejor calidad.
16. Museo de Historia Natural
Con su estruendoso Tyrannosaurus Rex animado, fascinantes exposiciones sobre la Tierra, su increíble Centro de Darwin y una arquitectura directamente sacada de un cuento de hadas gótico, este museo hace gala de una gran imaginación por parte de sus conservadores. Está enfocado al público infantil, pero el viajero verá a adultos igualmente fascinados. La magia invernal viene de la mano de una centelleante pista de patinaje sobre hielo junto al jardín oriental.