“Todo lo que sé lo aprendí en Mont-roig”. Con estas palabras el artista catalán Joan Miró describió a la perfección qué significó para su vida y obra esta población de la comarca del Baix Camp en la que pasó largas temporadas. Con 18 años y aquejado de fiebre tifoidea, Joan Miró se trasladó de su Barcelona natal al pueblo tarraconense de Mont-roig del Camp.
Visita indispensable para los amantes del arte mironiano es el Centre Miró que desde el año 2004 se ubica en la iglesia vieja de Mont-roig del Camp. Aquí se pueden ver copias de algunas de las obras que Miró pintó en Tarragona cuyos originales se encuentran dispersos por museos de todo el mundo.
Aunque, a mi modo de ver, el mejor ejercicio para conocer a fondo la obra de Miró es hacer el itinerario Mirar Miró Mont-roig (3MR) para ver los originales de los originales, aquellos paisajes que sedujeron a Miró y que plasmó en sus cuadros. En total son 9 las localizaciones señaladas con un triángulo rojo, muchas de ellas reconocibles en la actualidad.
Uno de estos nueve puntos mironianos es la ermita de la Virgen de la Roca, ubicada sobre los restos de un antiguo castillo feudal del cual aún se pueden observar algunos vestigios. Este lugar, símbolo de la comarca, consta de la iglesia, la hospedería, reconstruida después de la Guerra del Francés, y la capilla cúbica de Sant Ramon de Penyafort, construida en el año 1826 y que todavía hoy sirve de guía a los marineros.
Para acceder a la ermita, meta de muchos aficionados al ciclismo y al senderismo, hay que subir por un camino abierto en la roca donde se pueden ver cavidades de un predominante color rojizo. El final del recorrido tiene como premio una de las mejores vistas panorámicas del litoral de Tarragona. Precisamente otra de las localizaciones preferidas de Miró era la playa de la Pixerota, hoy una de las más concurridas de la población de Miami Playa, donde Miró dibujaba sus estrellas en la arena, con cualquier trozo de palo.
En este sentido, el municipio de Mont-roig del Camp es en la actualidad un destino turístico familiar por excelencia de la Costa Daurada gracias, en parte, a sus 12 kilómetros de costa donde se combinan playas largas con sinuosas calas de gran belleza. La oferta de alojamiento es muy amplia aunque destacan sobre todo sus seis campings que dan a Mont-roig un plus de calidad turística. Uno de ellos, el Camping Playa Montroig, con más de medio siglo de historia, ha sido el único en recibir, durante más de tres décadas consecutivas, el reconocimiento de la calificación más alta que ofrece la guía ADAC –la guía de Europa más importante de este sector equivalente a la Michelin en hostelería y restauración.
Texto y fotos: María Jesús Tomé