Es cierto que Harlem se dibuja en la imagen del viajero como el barrio más oscuro y canalla de Nueva York, aunque la realidad pueda llegar a ser bien diferente. En la ciudad de las mil caras, Harlem es un barrio más donde poder ver reflejadas las diferentes comunidades, etnias y grupos sociales que configuran un Nueva York más allá del Cosmopolitan y las hamburguesas. El Williamsburg de los judíos ultraortodoxos, los asiáticos en Chinatown, latinos en Queens, negros en Harlem o jóvenes más que acomodados en el East Village y el Soho. Nueva York crea espejismos que responden a realidades dispares unidas bajo un mismo leit motiv: poder hacer realidad el sueño americano.
Es domingo por la mañana y toca atravesar Manhattan para llegar hasta Harlem. Reconozco que durante las primeras semanas de mi estancia neoyorkina me comporté como una auténtica turista, y no hay mayor plan turístico que acudir a una misa gospel. Si como yo, necesitas una guía de supervivencia de este desconocido barrio, tienes que saber que las iglesias más visitadas por los turistas son la Abyssinian Baptist Church (132 W 138th St), la Mother African Methodist Episcopal Zion Church (146 W 137th St) y la Canaan Basptist Church (132 W 116th St). La más popular es sin duda la primera, donde el domingo por la mañana las colas son enormes. Entre tanto turista, es cierto que la experiencia no es tan auténtica, pero afortunadamente existen otras verdaderas joyas en forma de iglesias mucho menos conocidas. Entre ellas se encuentra una de mis preferidas, la Rendall Memorial Presbyterian Church (59 W 137th St). También lo son la Salem United Methodist Chruch (211 W 129th St) o la Second Providence Baptist Church (11 W 116th St). Todas ellas reúnen las mismas condiciones; son pequeñas, bastante desconocidas y proporcionan toda una experiencia al turista, quienes por cierto son muy bien recibidos.
Como manda la tradición, en realidad es mi tradición, pero la hago extensiva a todos vosotros, el mejor plan después de una experiencia gospel es quedarse por la zona. Siento una debilidad especial por el Lenox Coffee y aunque esto sea Harlem, también es Nueva York, y no hay nada más neoyorkino que el brunch del domingo en uno de los restaurantes tradicionales más conocidos de la zona (y sí, más turísticos), Sylvia’s (donde se pudo ver a Obama comiendo en plena campaña electoral). Situado en el 328 Malcom X Blvd, siempre está bastante lleno, así que si quieres disfrutar de una buena comida mientras de fondo suenan las mejores notas de soul y jazz, deberás reservar tu mesa con antelación. Otras buenas opciones sin salir de Harlem son Amy Ruth’s o el Manna's Restaurant. Aunque si prefieres seguir una tendencia más cool, el garito de moda es Red Rooster, donde además de brunch, también sirven las copas más canallas de la zona.
Texto: Lorena G. Díaz