Begijnhof, el pequeño patio escondido de Ámsterdam

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Patio de Begijnhof, Ámsterdam, Países Bajos

Es uno de esos lugares en los que, al verlo, uno se pregunta: ¿qué hay que hacer para vivir aquí?, ¿por qué no soy yo uno de los afortunados vecinos de estas casas? El lugar se llama Begijnhof y está en el centro medieval de Ámsterdam, en el corazón de la ciudad. A poca distancia de la turística y frenética plaza del Dam, a unos minutos del no menos ajetreado Barrio Rojo y a solo unos pasos del Amsterdam Museum, este patio interior es una relajante parada en nuestro paseo por esta bulliciosa ciudad.

A Begijnhof es tan fácil llegar como sencillo pasarse la entrada si no vas muy atento. El acceso principal está en el cruce de las calles Gedempte Begijnensloot y Begijnensteeg. Hay otra pequeña puerta que comunica este lugar con Spui, la plaza de los mercadillos de libros y de arte. Begijnhof es un patio interior luminoso y ajardinado, rodeado de una treintena de casas de claro estilo holandés y con un par de pequeñas iglesias. Es un recinto privado. Hay una parte a la que no se puede acceder para respetar la tranquilidad de los vecinos. Sí se puede pasear por el resto, sobre todo para entrar en las dos iglesias que son parte de la historia de este lugar.

Porque Begijnhof surgió a mediados del siglo XII, allá por el año 1150, como una comunidad de mujeres religiosas que, sin ser monjas, se dedicaban al cuidado de enfermos y de personas desfavorecidas. Eran las beguinas: solteras, católicas, con obediencia al sacerdote, pero libres de mantener su propia riqueza y de abandonar esta dedicación cuando quisieran, en muchas ocasiones para casarse. 

Fruto de este origen vemos en el jardín una estatua religiosa. Otra recuerda la figura de una de estas mujeres. Y una capilla que ocupa dos de las casas, la Begijnhof Kapel, es una construcción del siglo XVII donde las beguinas practicaban su religión de forma clandestina ante el avance del calvinismo. Frente a ella la Iglesia Inglesa sí es un templo perfectamente reconocible.

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La iglesia Inglesa de Begijnhof, en Ámsterdam

Las casas son las que ocupaban en su día esas beguinas. La última murió ya en los años setenta del siglo XX. Los edificios eran originariamente de madera. Las actuales son en su mayoría posteriores al siglo XVI, cuando ya no se podían levantar de ese material y se utilizaba el ladrillo. Dicen que en Ámsterdam sólo quedan dos casas anteriores, con fachada de madera. Pues bien, una de ellas está precisamente en este patio. La Houten Huis (casa de madera) ocupa el número 34, está datada en 1420 y podría ser la más antigua de Holanda.

Pero, más allá de su curiosa historia, Begijnhof es un encantador patio, una tranquilo oasis en el centro medieval de Ámsterdam donde detenerse un momento, mirar los pequeños edificios y a sus vecinos y pensar aquello de... ¿qué hay que hacer para vivir en una de estas casas?

Más información: http://www.begijnhofamsterdam.nl/home-en

Texto y fotos: Marino Holgado