Consejos de salud para ir a Tailandia
Decía Sócrates que no existe para el hombre un bien más precioso que su salud. Y se podría añadir que en el caso del viajero esta premisa vale el doble: enfermar en ruta puede estropear el viaje más apasionante del mundo. Para evitarlo se cuenta con dos útiles herramientas: la información y la prevención.
Informarse es tanto una obligación como una parte importante de la primera etapa del viaje: la preparación. Averiguar cuál es la situación sanitaria del país ayudará al viajero a planificar todos los aspectos relativos a la prevención. Una visita al doctor antes de salir es una opción muy recomendable. Además de chequear el estado general de la salud, preparar los medicamentos que puedan necesitarse y organizar un botiquín e identificar los riesgos a los que el viajero puede exponer, es también el momento adecuado para actualizar el calendario de vacunación.
¿Por qué son tan importantes las vacunas para el viajero? Pues porque durante el viaje, aumenta el peligro de entrar en contacto con microorganismos desconocidos contra los que el cuerpo no ha desarrollado defensas inmunitarias. La vacuna no siempre evitará que el viajero caiga enfermo, pero sí que aumentará sus defensas y así disminuirá la gravedad de la infección y sus posibles secuelas.
Tailandia ofrece mil tesoros al viajero: llamativos templos, playas tropicales y la reconfortante y amplia sonrisa de su gente. Para sumergirse sin peligros en este destino dueño de una cultura única y una fascinante historia, convendría tener en cuenta los siguientes puntos:
- Consultar las recomendaciones que el Ministerio de Asuntos Exteriores ofrece a los viajeros proporciona una información clara y actualizada. Muchas de ellas son simplemente cuestiones de sentido común, pero nunca está de más refrescarlas.
- El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad proporciona información muy clara y precisa: no se necesita ninguna vacuna antes de viajar a Tailandia, excepto si se procede de países con riesgo de transmisión de la fiebre amarilla.
- Los organismos oficiales alertan acerca del riesgo de contraer paludismo en las zonas rurales, sobre todo en bosques y colinas situados en las fronteras del sur del país. Este peligro no existe en las ciudades ni en los principales centros turísticos del país.
- También hay un aviso sobre la detección de algunos casos de transmisión del virus zika. Es recomendable que las mujeres embarazadas consulten con su médico antes de viajar a Tailandia.
La calidad de la red sanitaria es muy variable: en Bangkok la atención médica es correcta mientras que en zonas rurales no se encontrará el mismo nivel. En líneas generales, y dado que las tarifas de un hospital pueden ser muy elevadas, es muy recomendable contratar un seguro de salud con una amplia cobertura. En el caso de que vayan a practicarse actividades como escalada en roca o submarinismo, añadir una póliza adicional será una buena idea.
También es muy conveniente llevar los medicamentos necesarios ya que aunque en Tailandia se consiguen muchos sin receta, podría ser difícil encontrar justo el que se necesita. Productos habituales como antibióticos, antihistamínicos, ibuprofeno, paracetamol o laxantes se encuentran sin ningún problema.
A continuación, estas son algunas de las enfermedades infecciosas que pueden contraerse en Tailandia:
- Dengue: se transmite por mosquitos y dado que no existe vacuna la única arma contra su contagio es prevenir las picaduras.
- Enfermedades de transmisión sexual: se recomienda realizarse una prueba médica de detección si se han mantenido relaciones sexuales en el país.
- Fiebre tifoidea: se contagia a través de la comida y el agua, y dado que la vacuna existente no es totalmente eficaz, la prevención se basa en el cuidado con el que se come y se bebe.
- Hepatitis A: vacunarse contra este tipo de hepatitis (que se transmite por agua y comida) es recomendable.
- Hepatitis B: en algunas zonas de Tailandia hasta el 20% de la población porta este virus. Es la única enfermedad de transmisión sexual que puede prevenirse con la vacunación.
- Larva ‘migrans’ cutánea: se trata de una enfermedad común en las playas de Tailandia que se cura con medicación fácilmente.
- Leptospirosis: se contagia a través de agua dulce contaminada, a menudo tras practicar rafting o barranquismo. Puede quedarse en ligeras molestias o situaciones graves.
- Malaria: en ciudades y zonas turísticas apenas hay riesgo de contraer la malaria, con lo cual los efectos secundarios del tratamiento pueden ser superiores al riesgo de contraerla. En el caso de visitar zonas rurales de alto riesgo, es aconsejable consultar con el médico.
- Rabia: puede provocar la muerte si no se trata bien. En el caso de no estar vacunado habrá que llevar a cabo un tratamiento con immunoglobulina; si se está, solo se necesitan dosis de recuerdo.
- Sarampión: es preferible asegurarse de que se está vacunado ya que puede causar secuelas graves.
- VIH: se recomienda, además de mantener relaciones sexuales seguras, evitar hacerse tatuajes o usar jeringas no estériles.
- Diarrea: es un trastorno bastante frecuente y que responde rápidamente al tratamiento con antibióticos y la hidratación.
Y estos son los riesgos específicos a los que puede enfrentarse el viajero por Tailandia:
- Calor: se necesitan un par de semanas para adaptarse a las condiciones climáticas del país.
- Comidas: para evitar el contagio de la diarrea hay que tomar alimentos recién preparados y no probar productos que hayan estado expuestos a la intemperie.
- Insolación: la prevención (cremas con filtro solar, sombrero y gafas de sol) es la mejor manera de evitarla.
- Mordeduras y picaduras: chinches, garrapatas, sanguijuelas, avispas y abejas pueden molestar a los viajeros.
- Parásitos: se evitan caminando siempre calzado y evitando la comida cruda.
- Problemas cutáneos: el sarpullido y las erupciones pueden combatirse con frío y polvos de talco.
- Serpientes: en Tailandia existen más de 85 especies de serpientes venenosas. Si el viajero se adentra en su hábitat, debe llevar botas y pantalones largos.